Cabify y Uber entre lo legal y lo necesario.
Si la ley exige un contrato de prestación de servicios entre la empresa transportadora y el pasajero de un taxi blanco, de servicio especial, me parece realmente brillante la solución de Cabify: ¡Llevar una impresora!
Por eso el conductor puede preguntarte el número de cédula para imprimir el contrato que piden la ley y la policía.
Muy bien por los Cabify blancos.
¿Y los que no son blancos?
REPRODUCTOR AUTOMÁTICO DE AUDIO:
Yo encuentro la medida legal anticuadísima, diseñada por un ministerio que todavía piensa todo en función de «empapelar» a la gente y que a todas luces ha estado tratando solo de proteger el poder electorero de los votantes amarillos y el gremio que amenaza con paralizar la ciudad si no nos acomodamos todos a ir sólo al barrio en el que cada taxista «tiene que entregar». Al menos es lo que me dicen a mí los conductores que me niegan el servicio, que solo pueden ir hacia su destino y no a donde yo -que pongo la plata- necesite ir.
Buena jugada la de la impresora: A leguleyada, leguleyada y media. La tecnología todavía tiene mucho por ofrecer y es un excelente ejemplo para Uber. ¿No les dará envidia ver que les ganan mercado a punta de una buena idea?
La torta del mercado de transporte urbano individual ha estado por muchas décadas dictada y manipulada por los señores feudales del taxismo: reinas y zánganos de esa industria amarilla como las abejas, que no quieren mejorar su servicio ni compartir nada con nadie y mandan a sus ejércitos de taxistas rasos, abejas obreras, a pelear guerras como carne de cañón, a aguantar el hambre y las ganas de hacer pipí enlatados por eternas horas adentro de sus ‘zapaticos’ asesinos mientras defienden los intereses de sus patrones para mantener el negocio de los cupos intacto como está.
¿Uber llegó para innovar y sacarnos del feudalismo? Sí y no. Porque estamos atorados en el cuento de la legalidad manipulada desde intereses politiqueros ruines, que no han pensado jamás en los usuarios ni en las ciudades. Solo piensan en sus votos y sus tajadas de torta. Lo sabemos muy bien todos.
https://audioboom.com/posts/5505073-cabify-lite-y-uber-x-ambos-ilegales-pero-necesarios
¿Cabify es la tercera posición en disputa que nos puede salvar?
Quizás sí.
Pero no todo es optimista en mi visión de Cabify, pues parece que el afán por ganarse una porción más grande del pastel los llevó a entrar en la modalidad más cuestionada de los nuevos modelos: carreras de servicio público en carros particulares.
En un episodio anterior de este podcast (Cabify acepta la ley) yo había comentado y aplaudido el manejo más legal que Cabify le ha dado a su presencia en Colombia prestando servicios de transporte individual de pasajeros, pues tienen empresa de transporte -como manda la ley colombiana- además de tener la plataforma tecnológica. ¡Gol a taxistas y a Uber! Incluso ofrecen servicio de taxi amarillo tradicional con una alianza con la empresa Taximo, administradora de taxis. Me pareció en ese momento que estaban escribiendo su historia en este país más despacio y con mejor letra que Uber.
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el episodio podcast con un documental especial:
Balance del Día Sin Taxi en 2015.
Acaban de lanzar un nuevo servicio: el Cabify «Lite», y creo que está en el mismo nivel de i-legalidad que Uber X pues también usa vehículos particulares y no los públicos de placa blanca con contrato. ¿Podrían llevar impresora para firmar el contrato de ley? No, un carro particular no puede prestar ese servicio legalmente ¿o sí?
El nuevo Lite de Cabify se suma a los problemas y también a las soluciones de transporte urbano del siglo 21.
https://www.spreaker.com/user/locutor.co/cabify-lite-y-uber-x-ambos-ilegales-pero