El origen del gobierno abierto se inspiró en el “derecho a saber” lo que los gobiernos hacían y mantenían de forma oculta a pesar del volumen de información existente en la segunda postguerra mundial. Pero fue hasta 2009, con Barak Obama, donde se presentó una directiva para que la ciudadanía expusiera sus ideas (y tomara algunas decisiones), a partir de una relación con el gobierno de manera más participativa y transparente, usando internet.
En Bogotá, sin hablar específicamente de gobierno abierto, los primeros pasos se dieron con los postulados de la democratización de la administración pública contenidos en el Acuerdo 257 de 2006. Luego se evidenciaron esfuerzos en diferentes gobiernos como los cabildos ciudadanos de presupuestos participativos, los diálogos ciudadanos para la permanente rendición de cuentas, el uso de la plataforma de co-creación cívica “Bogotá Abierta”, y la consulta ciudadana anticorrupción. Todo lo anterior ocurrió hasta antes del 2019.
Sin embargo, fue en el gobierno de Claudia López (2020-2023), cuando por primera vez la capital hizo parte de la alianza global del gobierno abierto Open Government Partnership. En ese momento Bogotá asumió seis compromisos internacionales, adoptando todo un plan de acción de gobierno abierto, con presupuesto, metas, acciones y estrategias contenidas en el Plan Distrital de Desarrollo. La capital se tomó en serio lo de una nueva forma de gobernar y entró en las grandes ligas internacionales del gobierno abierto.
Todas las visiones del gobierno abierto giran alrededor de los mismos principios: transparencia (y rendición de cuentas), participación y colaboración apoyados en el uso eficiente de las tecnologías de la información y comunicación. Sin embargo, con el avance tecnológico, ya no solo se habla de abrir los gobiernos, sino de apropiar gobiernos inteligentes que co-gobiernan con la ciudadanía haciendo uso de las TIC, la innovación social y las tecnologías emergentes (IA, Blockchain, Big Data, etc.) con propósito y valor público.
Más de 100 propuestas de gobierno tecnológico presentaron las candidaturas a la Alcaldía de Bogotá 2024-2027
El Gobierno Abierto de Bogotá usa herramientas con inteligencia artificial como el chatbot “Chatico”. Pero también cuenta con instrumentos de política pública que sirven para futuras administraciones de gobiernos inteligentes. Ese marco institucional de Bogotá puede verse reflejado en la directiva de gobierno abierto; en los decretos distritales de transparencia y lucha anticorrupción o de gobernanza de datos; y en la política pública de Bogotá Territorio Inteligente.
Tras una balance hecho con el software Maxqda sobre el análisis de los programas de gobierno de la candidaturas de la Alcaldía Mayor de Bogotá 2024-2027, se encontraron hallazgos interesantes que permitieron evidenciar cuáles candidaturas de la capital son más afines a los gobiernos abiertos. Resulta de gran interés este análisis discursivo de los programas de gobierno porque se convierte en el punto de frontera hacia el próximo gobierno inteligente de Bogotá. Ya existe un antes, ahora se trata de conocer el después.
Fuente: Elaboración propia con base en los programas de gobierno y uso del software Maxqda.
Entre todas las candidaturas a la Alcaldía de Bogotá se identificaron de forma explícita 50 propuestas de participación (algunas de ellas con participación directa e incidente), 28 propuestas de transparencia y rendición de cuentas, 34 propuestas de colaboración e innovación pública y 102 propuestas de gobierno tecnológico. (Propuestas Gobierno Inteligente. Candidaturas Alcaldía Bogotá 2024-2027)
A pesar de los datos y las propuestas, siguen estando presente algunos desafíos como la reducción de la brecha digital, la sinergia con las formas presenciales de participación y colaboración, la alfabetización digital, la medición del gobierno abierto, la protección de los datos y de la seguridad de la información, la ética pública, y los temores o expectativas con el desbordamiento tecnológico, por mencionar algunos ejemplos.
Las ventajas están comprobadas porque el gobierno inteligente permite que la ciudadanía colabore con la institucionalidad, se fortalezca la transparencia y el control social, se mejora la experiencia ciudadana con el uso de las TIC, se solucionen problemas gracias a la inteligencia cívica y a la innovación pública y se validen los gobiernos por parte de la sociedad civil.
Sin embargo, el desafío más importante consiste en que la ciudadanía les exija permanentemente a sus gobernantes, líderes y representantes; gobiernos más participativos, más transparentes y más colaborativos. Pero también, que las futuras administraciones locales y nacionales se comprometan con darle continuidad a dicho propósito a pesar de las transiciones gubernamentales; asumiendo los retos análogos y los desafíos tecnológicos de la época.
Emerge una gran oportunidad para que todos los programas de gobierno de Bogotá y de otras ciudades de Colombia, armonicen sus propuestas y desarrollen una estrategia de gobierno inteligente que se adapte al contexto y a sus líneas programáticas. Y si llegan a gobernar, lo retador es que dicha estrategia se traduzca en programas y metas específicas en los planes de desarrollo territorial.
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