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Si usted alguna vez ha ido al teatro podrá entender cómo funciona el actual proceso de paz colombiano. Si nunca ha ido, no se preocupe, podemos hacer un intento por describirlo.

Partamos de la idea que el teatro es una representación frente a un público mediante el uso del diálogo, el espectáculo y otros elementos. Se trata de un arte escénico donde hay actores que representan todo tipo de historias; lo que sea, como por ejemplo: el proceso de paz.

Algunos recordarán que, a finales de los noventa, en el Festival de Teatro de San Vicente, no se vendió ningún boleto, ni siquiera existió un primer ensayo. Los protagonistas solo se tomaron unas fotos y con eso creyeron ganarse los aplausos del público. Todo fue una total frustración, el día de la obra uno de los protagonistas principales no asistió, no había director ni nadie que garantizará la continuidad del espectáculo, el libreto era denso, extenso y confuso.

El Caguán se convirtió en una de las peores escenografías para el público colombiano. La obra fue un total fracaso. Sin embargo, no todo puede ser sinónimo de desilusión, afortunadamente para los amantes del teatro, llegó el II Festival de Teatro: Proceso de Paz.

Lo malo es que aquellos que vieron la butaca vacía no querrán ni repetir el acto. Se generó tanto escepticismo que hoy en día muchos de los que apoyaron aquella obra, son detractores y saboteadores de un segundo festival. Y los que nunca apoyaron el Festival de San Vicente, se sostiene en su inflexible
obra de ciencia ficción «plomo para todo el mundo».

Hoy estamos hablando de algo muy distinto. Lo bueno es que se reúnen por primera vez todos los elementos básicos que se necesitan para una obra de teatro de verdad: texto, actuación estelar, escenografía, público y director.

Desde hace más de un año los actores han estado ensayando detrás de cámaras por varias ocasiones. Encuentros secretos en Cuba, son sinónimo de cautela y prevención, si tenemos en cuenta que en el pasado los micrófonos estaban muy encima de los actores, tanto así que las expectativas con el Festival de San Vicente crearon una fuerte presión por parte de los medios y al final el telón tricolor se vino abajo.

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Los protagonistas principales han realizado una propuesta de teatro no tan colectiva, pero si reducida, acordando un mismo texto para representar. El libreto recoge cinco capítulos: campo, participación, narcotráfico, víctimas y fin del conflicto. Por fin se escribió sobre «dejar las armas». Eso nunca se contempló en otros libretos.

La actuación ya comenzó. Las primeras representaciones han tenido un contenido beligerante. Primero recitó el gobierno y luego la guerrilla, debería haber sido al revés. Pero habrán más actos.

El lugar que acoge la presentación es el teatro de Oslo, la capital mundial de la paz. Es el mejor sitio para este tipo de actos y representaciones de sosiego y tranquilidad. La gira continua en Cuba, pero eso depende del éxito en Europa. Los actores son consientes que el ridículo no cabe, los ve todo el mundo y el teatro está lleno. Hay de todo, académicos, empresarios, militares, víctimas, comunidad internacional y hasta la Iglesia ¿quién lo fuera a creer?. Como en toda escenografía, también hay máscaras e interpretaciones bastante alejadas de la realidad.

Los medios están tentados por manejar a su acomodo la iluminación. Saben que pueden distraer al público focalizando solamente los aspectos más problemáticos y resonantes de la representación. Una cosa es cubrir la noticia y otra muy distinta es cubrir a esos «sonajeros y saboteadores» que impiden ver el verdadero acto. La negociación no la hacen las cámaras ni los micrófonos y por experiencia se sabe que la negociación avanza de mejor manera sin tanta distracción producida por los
medios y los enemigos del proceso.

Pueden existir espacios de improvisación, un monólogo o acuerdo unilateral que libere a los secuestrados es totalmente válido. Cada actor hará su propia representación y al término será el director quien sea el garante para que el libreto cumpla con el objetivo planteado, para que los actores no se salgan de la agenda, para que los protagonistas no abandonen el escenario, para que actúen y reciten sobre lo acordado, para que la paz sea una representación plenamente coordinada, para que baje el telón y comiencen los aplausos. Bienvenidos al II Festival de Teatro: El Proceso de Paz.

Twitter: @JavierUrreaC

Ilustración Lucas Agudelo

Nota: La colaboración entre el dibujante y el escritor que se presenta en este blog esta intencionada para producir reflexiones y preguntas desde medios expresivos diferentes. Los temas y las problemáticas son producto de las inquietudes comunes de los autores sin que esto signifique que exista un acuerdo previo sobre el enfoque de cada cual. Los autores se encuentren directamente en este blog como una forma de compartir o confrontar opiniones.

 

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