Se trata de entender cuál es la relación entre el Estado, la sociedad, el gobierno y el mercado. Para ello es necesario realizar un ejercicio imaginario donde el Estado es una embarcación, la sociedad son los marineros, el gobierno es el capitán y la economía de mercado es cualquier representación geográfica donde se pueda navegar (ríos, mares u océanos).
Una vez hecha en nuestra mente dicha representación, partimos de la metáfora utilizada en los discursos de Platón y algunas reflexiones hechas por Foucault. Recordemos que la noción de gobierno proviene de la raíz griega «kubernao» que significa dirigir con el timón. Cuando Platón se refiere a la actividad política de la ciudad de Atenas con preocupación semejante a la de un mal gobierno, postula la metáfora que toma al Estado como un navío y expresa su gran preocupación por qué los gobiernos mantenían a la ciudades sin rumbo y sus constantes cambios de dirección terminaban por «marearle».
La metáfora puede ser entendida de varias formas, por una parte representa las ocupaciones de los gobiernos mientras conducen al Estado en forma de navío hacia un horizonte con determinada dirección y por otra parte advierte de la necesaria inter-relación de intereses que se dan al interior de la nave. Se visualizan simbólicamente dos ejes de gobierno (hacia fuera y hacia dentro) que deben estar conectados entre si.
¿Quién gobierna? ¿Qué gobierna? y ¿Cómo gobierna?, es el verdadero problema del gobierno. Esto interpretaría que el poder del capitán es el poder de quien gobierna. El cómo se somete a los marineros y qué aparatos institucionales utiliza para desplegar ese poder serían los problemas del gobierno.
El gobierno, representado en el capitán, es quien genera el poder, es quien delimita y controla el territorio del Estado, es quien se encarga de controlar todos los espacios del navío, es quien genera sentido de pertenencia, existencia y compromiso en los marineros. Las permanentes relaciones entre capitán y marineros generan tensiones que deben ser resueltas entre formas institucionales y modos culturales.
Desde el punto de vista hegemónico, gobernar hacia fuera consiste en darle norte al navío y gobernar hacia dentro significa hacer uso de las instituciones ya sean de control, represión o asignación a través de políticas públicas que transformen los intereses de los marineros en intereses de toda la embarcación.
En el modelo del barco, existe un actor fundamental e indispensable para darle vida a la metáfora: los mercados. Los Estados se hicieron más pequeños porque los mercados se hacen más grandes. El protagonismo por el desarrollo provocó que la mayoría de embarcaciones se lanzaran a mar abierto. Este nuevo modelo de globalización acelerada, economía capitalista, tecnología e independencia monetaria y crediticia se convirtió en la brújula de muchos capitanes. Se ha preguntado alguna vez ¿hacia donde va nuestra embarcación? y ¿qué tipo de capitán tenemos?
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