Eran tiempos difíciles. Colombia había sido eliminado por
una inferior Perú en la Copa América de Argentina 2011 en tiempo suplementario.
El círculo vicioso de técnicos locales nos había entregado como salvador, como
eje de «renovación», al popular ‘Bolillo’ Gómez. Era nuestra carta para volver
a sentir esa pasión que se despertó en 1998 cuando en Francia, Leider Calimenio
le dedicó a doña Colombia -su madre- aquel gol contra Túnez. Cuando poco después del mundial de ese año le empatamos a la poderosa Alemania 3-3.

 

Pero volvamos a agosto de 2011, el mes que cambió
nuestro rumbo futbolístico y que nos tiene hoy celebrando como niños chiquitos.
Empecemos por el contexto: por esos días se celebraría el Mundial sub 20 en
nuestro país. La selección que participaría en ese certamen, con algunos de los
que hoy nos tienen festejando (especialmente James Rodríguez), estaba en manos de un
experto vallecaucano, especialista en disfrutar de ese mes, agosto, dicen que
por eso de las cometas, tradición de las fértiles tierras del suroccidente
colombiano. Toda Colombia pensaba en fútbol y estaba contenta, ese Mundial empezaría a cambiarnos la mentalidad para conseguir cosas grandes. Pero el
verdadero punto de quiebre se dio el 6 de agosto, a eso de las 2 de la mañana.
Lugar: El Bembé, en Bogotá.

El popular ‘Bolillo’ en un acto de suma valentía (¿?), aun
estando casado y siendo una figura pública, por los días en los que estábamos
de fiesta por el Sub20, llevó a esta famosa discoteca salsera del centro
bogotano a su amante. Pero su osadía fue más allá y en un acto de , como lo
llamamos los colombianos, patanería o guachada, le cascó a su querida, a la
otra. Se escapó de ser linchado el ‘Bolillo’, pero llegó uno de esos héroes
anónimos a rescatarlo: Un hombre de tez trigueña, rastas y hablado enredado y
chillón. El encargado de cuidar los carros que llegaban al sector
llamado Boris Candela.

 

Él ayudó a salvar al DT paisa de sufrir una golpiza
monumental, eso se le apunta. Pero su mayor contribución al balompié nacional
fue su denuncia, o mejor, su relato a Caracol Noticias donde le contó al país
que el ‘Bolillo’ le había pegado a una mujer con quien estaba, que no era su
esposa. Boris Candela inició este sendero que nos tiene hoy con la alegría más
grande en muchos años como lo es volver al Mundial.

 

Es cierto, antes de Pékerman llegó Leonel ‘Papito’ Álvarez, hizo
4 puntos de 9 posibles y salió. Era un fusible. Pero de no haber sido por ese
relato maravilloso, lleno de verdad y mística de Boris Candela, probablemente
hoy no estaríamos contando la historia. Gracias, Boris, por encender la luz que
nos guío por el camino a Brasil. Así muchos no te lo reconozcan, tú empezaste
todo, gracias a ti, sencillo cuidador de carros, un país llora y celebra
volver, tras 16 años, a un Mundial.

@riverasoyyo