Ve sola, you´re so fucking special
En lo que llevamos de caos este año, con sus diferentes estados de pensamiento y convulsiones emocionales, me ha acompañado la música, trayendo con ella como souvenir los espacios en donde bailé con sol, estrellas, tierra y muchas veces, agua, amada agua de lluvia.
Las experiencias que he tenido en estas aglomeraciones benditas, que tanto extraño, han hecho que viva la música como el refugio que es. De esta forma, quiero contarles de sus revelaciones comenzando por Radiohead con el Sound Hearts Festival, en Bogotá, y el descubrimiento de que siempre puedo ir sola adonde quiera.
Empezaré confesando que justo ahora, escribiendo esta nueva entrada del blog, escucho la playlist del concierto en Spotify, permitiendo que su música evoque en mi memoria ese lugar vibrante y así transmitirles todo lo que fue para mí el mejor concierto de mi vida hasta hoy. Es más, prefiero que se sumen, audífonos o speaker, ustedes deciden, vamos a darnos una vuelta:
Cuando supe que venían, no tenía duda alguna de querer verlos lo más cerca posible y el costo de la boleta en la mejor localidad estaba por encima de lo que podía costear una practicante como yo en ese momento. El valor correspondía a más de la mitad de lo que ganaba y mi mamá ya no estaba para alcahuetearme aquellas experiencias que no entendía, daba lo mismo, según ella, buscar un concierto en Youtube e incluso, estar más cómoda sentada en el sofá. Encomendada al dios de las artes logré un préstamo con uno de mis amigos y después de un par de meses, ya estábamos a pases. Salud por los amigos.
Ya con boleta en mano de OK Computer me fui caminando hasta el parque Simón Bolívar, porque el trabajo me quedaba cerca. Al llegar, había una fila interminable, como era de esperarse. En ese momento, por primera vez fui consciente de mi posición, había decidido ir, así ello implicara estar sola, si no encontraba un compañero de marcha. Y no hubo retracto, ya estaba ahí.
Intimidada, veía grupos de personas hablando en la fila, riéndose entre ellas, con la energía que imparten aquellos que se conocen. Me adelantaba en el tiempo, pensaba en cómo iba a ser cantar sola, ir a comprar una cerveza y al volver, no tener con quién compartirla. Entonces, fui por unos chicles, para desviar la acción de morderme los cachetes por la ansiedad que estaba experimentando, le pedí a una persona que me guardara el puesto, al ver que iba hacia un vendedor, me pidió que le llevara un cigarrillo y ahí empezamos a hablar. Él pensaba, naturalmente, que esperaba a alguien, le era muy difícil creer que tomara ese riesgo. Sebastián es su nombre, llegó ese día más temprano que sus amigos, que con él, sumaban diez. Al final conmigo, fuimos más de once, porque lo bonito de la música es que te da intimidad, mostrando lo entrañable de la gente.
Al entrar, lo primero que noté es que ya éramos demasiadas almas esperando, todos guardaban recelosos sus lugares con barreras humanas impenetrables, sin embargo, de a poco, logramos estar en una gran ubicación, octava fila, si mal no recuerdo. El evento se atribuyó el nombre de festival, porque dentro de su programación tuvo como bandas invitadas a Flying Lotus, Junun y Ghetto Kumbé.
Aquél consagrado miércoles de 2018 el cielo bajó hasta el escenario, solo así explico las luces que acompañaron a la banda, las luces ondulantes entre nuestras voces mientras en un génesis melancólico cantábamos Dreamers, they never learn, they never learn, beyond the point, of no return, of no return.
Con la euforia sacudiéndonos el pecho, saltamos abrazados.
How come I end up where I started?
How come I end up where I went wrong?
Won’t take my eyes off the ball again
You reel me out and you cut the string
Estábamos en el sitio correcto, Everything, everything, everything, everything.
In the deepest ocean
The bottom of the sea
Your eyes
They turn me.
Cuando tocaron Nude, no sabía muy bien si eran lágrimas o lluvia lo que me recorría el rostro, Now that you’ve found it it’s gone. Me desvanecí por un momento.
Immerse your soul in love
Immerse your soul in love.
Flotando de un lado a otro en el mismo espacio, You float like a feather in a beautiful world.
Llevaba años fascinada con Thom Yorke en el vídeo de Lotus Flower y esa noche, fui parte de la canción, no solo bailé con Thom, también con Jonny, Ed, Colin y Phil. El éxtasis definitivamente tiene que ser esto.
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Y fue con el piano de Karma Police que llegó la catarsis, al menos yo, no volví a ser la misma después de haber estado allí, me crecieron más las alas, tenía la certeza de que podría ir sola adonde quisiera mientras contara conmigo para hacerlo.
Les digo: un día volveremos todos a la misma pista de asfalto, tierra o prado. Volveré con mis botas de festival, rayadas como están, porque así es como les gusta contar historias y llegaré a casa al otro día en la madrugada, vuelta nada, pero con la música bombeándome el cuerpo. Si nos encontramos seguro nos abrazaremos como quienes vuelven completos con todas sus terminaciones nerviosas, después de una guerra. Confío en que sí, afuera bailaremos, con compañeros de marcha o solos seguro bailaremos.
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