He agradecido tanto, tanto, vivir en un primer piso con ventanas grandes que dan hacia la calle y en donde puedo sentarme por minutos a ver la gente pasar, en una vaga ilusión de que también estoy fuera, en ese intercambio de sonrisas que compartíamos antes con aquellos para...
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Por: Leandra Cuestas SuárezA mi cuarto no he vuelto, me he quedado fuera. Pasé mañanas largas/harta moviendo cuerpos, de un solo tirón, para que ellos mismos, confundidos, atribuyeran su caída a los efectos secundarios del trago o a esos kilitos que descuelgan por la consciencia. Luego, dogmáticamente repetía el mismo diálogo, la misma entonación, sin error, cada palabra […]
Continuar leyendoLas luces de los autos enredadas en tu pelo, tu pelo de siempre enredado, “qué bonita congestión”, pensaba al verte. 12:30, hora de recorrer la avenida. J: ¿Tú me has escrito? Dime, ¿por qué nunca me escribes nada? El semáforo en verde, la noche detenida. El color...
Continuar leyendoIlustración por Dario Montoya* Me oculto tras los audífonos, de esa plaga autodenominada hombres, cuando no escucho las voces, puedo negar su existencia, aunque los vea inquisitivos. Biológicamente, tengo una alta probabilidad de articular palabras, de emitirlas, he leído que aquello nos diferencia de otras especies inferiores, entonces, prefiero otorgar un tiempo limitado a la […]
Continuar leyendoIlustración por Dario Montoya* Crecí siendo hija única y fue como hasta los 11 años que dejé de pedirle a mi mamá la valerosa tarea de engendrar otra vida, a la que yo pudiese llamar hermano (o inculto, infructuoso, bastardo, entre otros), omitiendo el nombre con el que...
Continuar leyendoRepresentación por: Darío Montoya. Si profundiza en la imagen, se dará cuenta que la cantidad de ramas que emergen del pocillo, son todas esas hojas que dejé por escribir. Así empieza este texto. Me presento hoy como tabula rasa, con la esperanza de que al fin funcione....
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