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Mientras un fabricante de PC´s utiliza la Inteligencia Artificial (IA) para analizar el Big Data, con el fin de diseñar nuevos productos a partir de la información entregada por los usuarios, los pasajeros de diversos aeropuertos alrededor del mundo están mejorando sus experiencias de viaje y sus niveles de satisfacción gracias a la IA y su implementación en registros biométricos rápidos y seguros, y controles de seguridad sin filas o esperas. La automatización de fábricas, el reconocimiento facial, la detección y el tratamiento de enfermedades, y cientos de otros usos en menor o mayor grado de sofisticación, han comenzado a implementarse soportados por esta tecnología.

Es evidente que la IA está transformando constantemente los negocios y el mundo en general. En este sentido, un artículo de McKensey asegura que “el 80 por ciento de los ejecutivos en compañías que están implementando IA manifestaron que ya han podido visualizar parte del valor esperado”; y, algunas investigaciones de esta empresa indican que “para 2030, la IA podría generar un valor económico adicional a nivel global equivalente a USD 13 billones anuales”.

Según el portal Statista, el mercado de IA alcanzará los 51.2 billones de dólares al finalizar este año y se estima que llegue a los 118.6 billones para 2025, una cifra que representa un crecimiento del 232 % en los próximos tres años. Esto representa que el auge de los algoritmos de aprendizaje automático seguirá fortaleciéndose, teniendo un importante papel dentro de la toma de decisiones.

En sectores como el de viajes y turismo, la IA ha permitido facilitar el tránsito de los pasajeros en los aeropuertos a través del reconocimiento facial, la biometría y la verificación de documentos en cada uno de los controles de seguridad y chequeos rutinarios. De hecho, se han implementado soluciones que permiten tener una experiencia de registro más rápida desde que se entra al aeropuerto hasta que se aborda el avión, representando un gran ahorro de tiempo para los pasajeros y eficiencia para las aerolíneas y terminales.

A ello se han sumado las entidades financieras que han visto a la IA como un método eficaz de protección para los usuarios y en contra de la suplantación de identidad. Tal es el caso de la biometría del comportamiento, una tecnología que le permite al sector identificar características unipersonales de las transacciones y la forma, por ejemplo, en que las personas ejercen presión sobre el teclado, mueven el ‘mouse’ del computador o sostienen su dispositivo móvil.

Con la adopción de estos sistemas de inteligencia artificial, las instituciones bancarias no solo están logrando una mayor confiabilidad por parte de los usuarios, sino una reducción en sus costos operativos y administrativos. Las grandes ventajas para las compañías es que dichas tecnologías son altamente eficientes y seguras.

De hecho, en un futuro a corto plazo, continuarán automatizando múltiples tareas mientras que las compañías entienden cuál es la importancia de su implementación como una nueva fuerza para el bien empresarial.

 Sin embargo, esto tendría un impacto en el sector laboral que no se puede dejar pasar por alto. El Foro Económico Mundial plantea la importancia de educar a las personas para afrontar los nuevos retos de la tecnología, y asegura que 75 millones de empleos podrían ser desplazados tan solo en este año en algunas de las economías más importantes del planeta.

No obstante, paralelamente, también se podrían generar 133 millones de puestos de trabajo desde las nuevas necesidades de negocio enfocados en las tecnologías, la programación, el mantenimiento y los sistemas artificiales. Por esta razón, es clave realizar un trabajo armonizado entre empresas, gobiernos y el sector de la educación para preparar a las actuales y a las nuevas generaciones y contar con las habilidades necesarias para aprovechar los cambios.

Con el fortalecimiento de la IA, la implementación de esta tecnología se está convirtiendo en un elemento cardinal a la hora de analizar y procesar datos, aportar precisión, extraer conclusiones, reconocer patrones o predecir futuros resultados dentro de las compañías. Si bien trae consigo algunos retos, la IA está ayudando a las empresas en el fortalecimiento y productividad de los negocios en un mercado global que cambia constantemente y se adapta, cada vez más, a la tecnología.

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