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El mercado de drones en el mundo está en continuo aumento. Para 2025, se estima que estos dispositivos tecnológicos generen un volumen de negocio de 12.600 millones de dólares, según la consultora Tractica, y es cada vez más común observarlos volando en las ciudades, ser el centro de atención en las noticias y llamar la curiosidad de los compradores en las tiendas de tecnología.

Este panorama no es ajeno en Colombia y su uso les ha dado la posibilidad, tanto a las empresas, al gobierno y las personas del común, de realizar tareas complejas en un menor periodo de tiempo como grabar, monitorear la seguridad o entregar paquetes. Sus aplicaciones potenciales siguen expandiéndose día a día, y con ello emana la necesidad de asegurar espacios aéreos confiables para permitir el éxito de sus operaciones.

Actualmente, se ha vuelto una prioridad de las autoridades y las compañías establecer nuevos sistemas de gestión y conectividad para garantizar la seguridad de otras aeronaves, el entorno y las personas en general. Si bien el marco regulatorio de estos dispositivos no tripulados ha sido una de las prioridades gubernamentales de muchos países, han surgido nuevas herramientas que permiten hacer uso de las redes 4G y 5G como un catalizador del control de tráfico para drones.

En diversos países ya se ha permitido, de la mano de los operadores móviles, la habilitación de las redes de telecomunicaciones como un soporte de conectividad con el cual se logra captar toda la información del dispositivo durante su plan de vuelo y garantizar su seguridad. Estos datos logran viajar a través de las redes móviles para llegar a los servidores y que puedan ser consultados por los actores que estén autorizados en capturar la información de los distintos elementos que estén en el aire.

Es decir, estas redes ya no solo están disponibles para que las personas se comuniquen, naveguen por internet o consuman entretenimiento, también están siendo un aliado para que los drones puedan ser monitoreados de acuerdo con los lineamientos legales.

Esta conectividad ha sido garante para que la identidad del dispositivo no sea alterada durante ninguna de las fases del vuelo; sea cual sea el usuario, se podrá tener certeza de cuál es el dron que se está rastreando para no caer en manos de los delincuentes.

Con el aumento de las regulaciones de drones en Colombia, es fundamental que las compañías de telecomunicaciones extiendan un puente de conectividad para que las operaciones con estas tecnologías se sigan consolidando. Los drones están permitiendo la creación de nuevos trabajos y servicios para los ciudadanos, el sector público y el privado. Permiten el riego y fumigación de campos de cultivo, hacen envíos de bienes y suministros o garantizan la seguridad de puertos, conciertos y recintos, siendo potencializadores de crecimiento económico y desarrollo; pero si se busca que estas iniciativas progresen, deben operar de forma segura por medio de la habilitación de conectividad.

Mientras que en el mundo se han implementado diversas herramientas y soluciones para los drones, Colombia no puede quedarse atrás, mucho menos cuando entidades como la Policía Nacional ya los utilizan para capturar delincuentes, otras empresas privadas ya tienen luz verde para iniciar sus envíos a domicilio a través de estos vehículos, y ciudadanos del común los maniobran en todas partes de las ciudades. La conectividad es ahora.

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