Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
No todo fue fútbol el 5 de septiembre de 1993. Drácula y el aeromóvil formaban parte de la agenda.Estas son algunas historias excéntricas, curiosas y tristes, reportadas el día del famoso, y cada vez más repudiado, cinco a cero.   

Las elecciones presidenciales se avecinaban. El país, golpeado por la guerra contra el narcotráfico, buscaba a su próximo líder. Ernesto Samper prometía tres millones de empleos antes del año 2000. Andrés Pastrana procuraba la recuperación de la moral administrativa y Antonio Navarro Wolff se comprometía a saldar la deuda social del M-19 con la nación.

samper.jpg

Los diarios colombianos daban cuenta del optimismo del Gobierno con respecto a la inflación: el acumulado de los primeros ocho meses era de 17.1%. Los precios se habían incrementado sólo 1.25% en agosto (en 2012, la inflación acumulada es de 3.03%).

José Vicente Molano, sociólogo de la Universidad Nacional, de seguro amaneció (aquel domingo 5 de septiembre) con la ilusión de ver el aeromóvil surcando Bogotá en los próximos años. ¿Acaso sería la solución a los interminables trancones? ¿Habría convencido a los analistas con su presentación, llevada a cabo días atrás?  

aeromovil.jpg
En otro extremo de la capital, el expresidente Alfonso López Michelsen preparaba su discurso sobre el Conde Drácula, uno de sus personajes predilectos. En tres días ofrecería una disertación al respecto en el Castillo Mono Osorio.

dracula.jpg
En el barrio La Victoria, Leonor Bejarano de López cocinaba el desayuno de sus tres hijos: Andrés David, Carlos Eduardo y Jorge Esteban. Visitarían a un familiar en Suba y verían el encuentro entre Argentina y Colombia a partir de las cinco de la tarde. Andrés David, en una muestra de poco interés por el partido, solicitó a su madre regresar temprano a casa para no perderse la transmisión de The Hitman (con Chuck Norris) a las diez de la noche, por el Canal Uno.

hitman.jpg

El joven Duván Garzón Torres, por su parte, se preparaba para el partido en su casa ubicada en el barrio El Tunal. Desayunó hojuelas de maíz y planchó su camiseta original de la Selección Colombia con fervor religioso. En menos de ocho horas se enfrentarían los equipos de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama y Gabriel Omar Batistuta, conocido como «Batigol». 
 
A las once de la mañana, Diana Marcela Blanco López, de tan sólo 7 años de edad, apostaba por una victoria del onceno colombiano, cinco goles a cero, frente a la selección de Argentina. Sus familiares celebraban tal optimismo, pero lo atribuían a su ingenuidad e inocencia. «¿Ganar 5-0?, ¡imposible!», exclamó su padre, Germán Blanco.

Y llegó la tarde y ganó Colombia. Y se desató el furor, el desenfreno y la alegre locura de un pueblo ávido de victorias. Colombia, al Mundial; Argentina, de rodillas. «Apláudenos, Maradona, te ganamos 5 a 0″, vociferaban los fanáticos.

Diana Marcela se llevó un botín de $7.000 aquella noche (un aproximado de $50.000 en la actualidad) producto de la polla organizada por los integrantes de su familia. Su padre festejó a su lado, presa de la incredulidad.

diana_marcela.jpg
 
En la calle 94 con 11, Carlos Eduardo, el hijo de Leonor Bejarano, recibió un balazo que le atravesó el rostro de pómulo a pómulo (así de enardecidas se encontraban las multitudes, lanzando tiros al aire por doquier). No murió, por fortuna, pero su hermano Andrés David se perdió la película de Chuck Norris aquella noche.
 
Duván Garzón Torres sería uno de los 76 muertos reportados al día siguiente. El joven de 18 años falleció producto de una herida por arma blanca. La celebración se transformó en duelo y amargura para su familia. 

José Vicente celebró en compañía de sus allegados, a quienes expuso, como era debido, las ventajas del aeromóvil, incluso bajo los efectos del alcohol. Diez cervezas, veinte cervezas, ¡qué más daba!, «¡viva Colombia y viva el aeromóvil!», gritaba el señor Molano.

Los medios se indignarían porque «los gringos no se habían enterado del juego». Maturana afirmaría que «había soñado con una goleada».’El Pibe’ y sus amigos se transformarían en leyendas. Y, mientras tanto, en Nicaragua se preparaban diálogos de paz.

enterarse.jpg

Y ustedes, ¿qué recuerdan de aquel día, aparte del cinco a cero?

Nota: Los nombres y eventos expuestos en el relato son reales. Algunos eventos se recrearon con fines literarios.

Compartir post