Justo cuando se estableció de nuevo como titular en el Bayern, James le hace un guiño al Real Madrid.
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Con James Rodríguez no hay remedio. Desde hace ya varias semanas volvió de su lesión y ha recuperado el nivel que le hace honor a su nombre. Recuperó en tiempo récord la titularidad en el Bayern Múnich, equipo donde lo quieren, y el martes pasado jugó un partido perfecto contra el Liverpool. Sin embargo, con todo para seguir en alza y quedarse definitivamente en tierra bávara, él quiere volver al Real Madrid. Está enamorado del blanco y no hay quien le quite la traga.
A diferencia de hace dos años, su inicio con el Bayern esta temporada fue intermitente. Una lesión durante el Mundial le impidió hacer una buena pretemporada y le costó jugar varios encuentros seguidos. Sólo disputó 11 partidos el primer semestre y apenas completó uno de ellos Se lesionó de nuevo en noviembre y tuvo que parar tres meses. Ahora, en plena forma, es titular y mientras sea así no saldrá del once, porque es uno de los mejores jugadores que tiene la plantilla. La afición le quiere, incluso a sabiendas del amor que siente James por el Madrid. Bajo estas condiciones, el colombiano tiene todo para cerrar negocios con el Bayern, triunfar y mantener un romance de color rojo con uno de los grandes del fútbol mundial.
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Pero no, James ve al Real Madrid como un amor inconcluso. El año pasado no se aguantó las ganas de pedir perdón a las gradas del Bernabéu tras marcarle un gol importante al Madrid en semifinales de Champions League. Esta semana tampoco pudo callar su deseo. Tras el partido contra el Liverpool, dijo que en Madrid lo tiene todo, como si el romance con el Bayern y la ciudad de Múnich le supiera a poco. Dejó un mensaje claro a los alemanes de que su pasión tiene dueño.
No hay más ciego que el que no quiere ver. James habla del Real Madrid como si allá nunca hubieran sido injustos con él. La plantilla que manejaba Zinedine Zidane era la mejor de Europa, pero James mereció más protagonismo del que recibió en dos temporadas con el francés. Jugó 32 partidos por temporada con Zidane, pero casi todos entrando desde el banquillo y solo por media hora. Cuando fue titular, pocas veces duró y casi siempre fue el primer cambio. Alguna rabieta de James quedó en cámara.
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El colombiano parece haber olvidado que su autoestima nunca estuvo más baja que en esos años de blanco. Quizá sus ganas de volver estén ligadas al nuevo entrenador, o a que el Real Madrid necesita un recambio y él puede liderarlo. Eso sí, arriesga demasiado por salir en busca de un amor que nunca ha sido correspondido, cuando en Múnich sucede todo lo contrario. Pero, ni modo, si eso es lo que James quiere, ojalá tenga éxito.
Foto: Bayern Múnich