Tres técnicos después, queda claro que el problema del Real Madrid es el mal estado, en muchos sentidos, de la plantilla
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Al final, el culpable de la crisis del Real Madrid no era Julen Lopetegui. Desde su polémica contratación en junio hasta hoy han pasado por el banquillo blanco tres técnicos. Al español le siguieron Santiago Solari, un voluntarioso pero inexperto argentino que quiso probar suerte, y Zinedine Zidane en su segunda etapa, tras dejar tres Champions seguidas en el museo del club. Tres estrategas que, con sus más y sus menos, intentaron de todo para hacer que el equipo jugará conforme a lo que pide el escudo. Ninguno logró que los jugadores, verdaderos responsables del fracaso, compitan al nivel que exige la historia merengue.
Nadie duda de la inmensa jerarquía de la plantilla del Real Madrid. El mismo club lo expresó de forma arrogante en un comunicado tras destituir a Lopetegui: cuenta a su servicio con ocho candidatos al Ballon d’Or 2018 (y al ganador). Sin embargo, lo que inició como un reclamo para el español por ngestionar bien a las estrellas hoy se vuelve contra ellas, porque no se entiende como ocho candidatos a un trofeo de tanta importancia son capaces de jugar un fútbol tan pobre.
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Algo de culpa habrá tenido Lopetegui en su manejo del vestuario, como Solari después de él e incluso Zidane, que pese a ganar la Champions el año pasado no dejó entrar ninguna estrella a la plantilla y la dejó sin recambio cuando él y Cristiano Ronaldo se fueron. También responderá por el problema Florentino Pérez, que como Presidentefue incapaz de prever el desequilibrio que causaría la ida del portugués. Todo eso es válido pero, incluso en esa situación, la afición y los que seguimos el fútbol esperábamos más de los jugadores.
Es un hecho notorio, como decimos en la jerga jurídica, que Marcelo no corre la banda desde que se lesionó en Rusia 2018. Toni Kroos dejó de cubrir los espacios y salir con el balón. Casemiro parece haber perdido su instinto de recuperador y es ahora no llega ni para la falta. Gareth Bale mandó el mensaje de que el fútbol para él es un trabajo, no una pasión, y que no hay que pedirle más. Marco Asensio, ante la oportunidad de su vida de ser titular, no encontró el talento por el que muchos le veían como futura leyenda. La lista sigue y pocos son los eximidos en el Real Madrid de esta temporada.
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Hizo falta que volviera Zinedine Zidane, ese que le metía magia y mística al vestuario cuando tenía dificultades, paracomprender que a esta plantilla no hay quien la salve. Debe ser muy difícil para un técnico plantear una estrategia y que luego los jugadores no tengan las piernas, la concentración e incluso la actitud para ejecutarla. Le pasó a Lopetegui, que venía de mostrar sus credenciales con España,le pasó a Solari, con sus limitaciones de inexperto, y le va a pasar a Zidane, por lo menos hasta final de temporada. Es la primera vez en mucho tiempo que puedo decirlo: al Real Madrid hay que darlo por muerto.
Foto: EFE