James Rodríguez no tiene espacio en el Real Madrid de Zinedine Zidane y Florentino Pérez no acepta todavía una oferta por el colombiano.

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James Rodríguez | Real Madrid

Desde que volvió Zinedine Zidane al banquillo blanco quedó claro que James Rodríguez tendría problemas para quedarse en el equipo. Por eso Jorge Mendes, su representante, le buscó salida desde temprano. Napoli, Juventus, Manchester United y el Atlético de Madrid coquetearon, pero se encontraron con la terquedad del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Aunque Zidane tiene apartado al colombiano de las convocatorias, el directivo merengue fuerza su permanencia en el equipo salvo que llegue una oferta irrechazable. En un acto egoísta, Florentino solo está perjudicando y desvalorizando a un jugador que merece estar en otra situación.

Es difícil que el Real Madrid venda a un jugador que compró por 60 millones de euros en 2014 por menos de 40 millones hoy en día sin sentirse perdedor en el negocio. En eso Florentino tiene razón, sobre todo porque con los altos precios del mercado es muy complicado pensar que James Rodríguez es un jugador que valga la pena vender por esa cantidad. No habría problema si la ecuación fuera así de sencilla, pero falta el factor más importante: Zidane no quiere a James en su equipo. El francés tiene todo el derecho a decidir cómo arma su plantel y su poco interés por el colombiano responde a un gusto profesional que hace parte de este deporte. Florentino, al retener a James,  solo incomoda al entrenador, que ya tiene suficiente presiones, y al jugador, que solo juega en el campo de entrenamiento.

A la larga, forzar una situación que nunca se va a dar pone a Florentino en una situación peor. Vender barato a una joya como James Rodríguez deja mal sabor en la boca, pero tenerlo sin jugar hará que las ofertas futuras solo bajen el precio. Hoy todavía hay clubes importantes dispuestos a pagar millonadas por el colombiano, pero la gloria es efímera y si James no aparece en los próximos meses, pocos se acordarán de él y quienes lo hagan se estarán arriesgando. Por mucho talento y disciplina que tenga un futbolista, la falta de competencia le quita nivel. Salvo un cruce de cables repentino de Zidane, a James en el Real Madrid le espera una temporada en el palco del Santiago Bernabéu. A ver quién paga en diciembre 50 millones por eso.

Todo esto se puede arreglar esta semana con una oferta final del Napoli que le guste a la calculadora de Florentino Pérez, pero la temporada italiana y española empieza dentro de muy poco y el margen de maniobra se hace muy pequeño. James Rodríguez ya sufrió las consecuencias del capricho que tiene el Real Madrid, pues se quedó sin jugar en toda la pretemporada. Más allá del miedo a una lesión por culpa de ello, preocupa el panorama tan oscuro del colombiano en el club blanco. Zidane le puede dar minutos de a ratos, pero su plan para esta temporada no le incluye. La culpa no es del francés, eso debe quedar claro, sino del Presidente y su obsesión por no perder un euro e imponer jugadores en las plantillas de sus entrenadores. Con Zidane eso no funciona. Florentino va a acabar con James Rodríguez… No será el primero.