Tras un Mundial irregular, Juan Guillermo Cuadrado amplió su repertorio de juego en la Juventus y en la Selección Colombia. Hoy vuelve a ser figura en Italia y en el país.
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La Gazzetta dello Sport, uno de los periódicos deportivos más importante de Italia y Europa, y el periodista Matteo Pierelli no podido contener sus elogios hacia Juan Guillermo Cuadrado en las últimas semanas. «Es una pila Duracell» «¿Qué haría la Juve sin Cuadrado» «Super Cuadrado» son algunos de los titulares recientes sobre el jugador colombiano. No es para menos, después de dos temporadas con un pubalgia y un Mundial 2018 sin destellos, el jugador de Necoclí se reinventó y no solo mejoró su juego por la banda derecha, sino que amplió su participación a otros sectores del campo.
Sorprendió a muchos cuando Arturo Reyes, durante su dirección temporal de la Selección Colombia, decidió usar a Juan Guillermo Cuadrado como interior por la izquierda en los amistosos de septiembre y octubre de 2018. Ese lugar de la cancha está reservado para los futbolistas de cabeza fría y visión amplia, no en los regateadores que miran al piso cada vez que tienen el balón en los pies. Cuadrado, que pertenecía al segundo grupo, sorteó sin grandes momentos el reto de su entrenador y, al final, algo le quedó sonando. En la Juventus, dirigida aún por Maximiliano Allegri, el colombiano empezó a participar del juego por el centro y el entrenador lo puso unos cuantos partidos por esa zona para que se adaptara a una función que llamaba a la puerta. El Juan Guillermo faltó de ideas y afanado que ocupó sin éxito la banda derecha en Rusia 2018 fue desapareciendo y llegó una nueva versión de Cuadrado, voluntariosa para aprender nuevas técnicas como si de un juvenil se tratara.
Por eso apoyé desde el inicio la idea de Carlos Queiroz durante la Copa América de ponerlo como interior. Cuando un futbolista está mutando su juego, lo mejor es dejarlo, pues su vieja versión suele estar agotada. Su primera fase en Brasil (sobre todo contra Argentina en el debut) fue sorprendente. Si bien se notaba la etapa de cambio, Juan Guillermo Cuadrado colaboró mucho en el orden defensivo que tanto busca Queiroz en sus equipos y fue crucial en la salida vertical del equipo. Tuvo una noche mala contra Chile en octavos de final, como la mayoría del equipo, pero quedó claro que aportaba más en una posición dinámica como la del interior, en la que cuenta con más campo y no se vuelve predecible para el defensa.
Ha seguido creciendo. Inició la temporada de suplente en la Juventus, pero las lesiones del delantero Douglas Costa y del lateral defensivo Danilo obligaron a Maurizio Sarri, nuevo entrenador, a usarlo en varias posiciones. Sigue teniendo la banda como principal arma, pero su rol en la Selección Colombia le permite ahora participar de más fases del juego. Se ha convertido en un futbolista que, como dice el periodista Matteo Pierelli «Sabe defender, sabe atacar y saber iniciar jugadas, por lo que genera superioridades en el campo». Su porcentaje de pases acertados no baja del 80% y en los últimos tres partidos ha sido más del 90%.
Contra Venezuela en el pasado amistoso de Colombia, Cuadrado mareó a la vinotinto, que sacó el empate sin goles porque cuenta con un enorme portero y porque la delantera cafetera no aprovechó la magia de Juan Guillermo. Ojalá siga su evolución de cara a la siguiente Copa América y pueda dar clases de polivalencia de juego en las canchas de Colombia. Por ahora, su función en la Selección como interior es crucial y entre más aprenda de ella, mejor para el equipo. Tiene bien merecidos los elogios en Italia, eso seguro.