Mientras Wilmar Barrios se luce en las canchas europeas de la Champions League, Boca Juniors extraña a un medio centro capaz de poner orden en el Superclásico.
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El Zenit de Rusia ganó 3-1 ante el Benfica el miércoles por Champions League al compás de un imponente Wilmar Barrios. La noche anterior, Boca Juniors, el ex equipo del cartagenero, sufrió una derrota frente a su rival eterno River Plate por 2-0, que lo superó ampliamente en su juego. Dos realidades y una conexión: Barrios era el punto de equilibrio de un equipo que, 10 meses después de su partida, le cuesta armar un mediocampo ordenado en los partidos importantes. La ironía, cómica según el que la vea, es que Barrios salió por la puerta de atrás del xeneize en enero pasado tras recibir una roja en la famosa final de Libertadores contra River en Madrid.
Wilmar Barrios no debería quejarse de la situación. Lo culparon de forma injusta por la derrota en aquel partido, pues gracias él Boca acabó el primer tiempo arriba en el marcador y River apenas pudo pasar el mediocampo. A pesar de eso, su llegada al Zenit le permitió crecer como jugador, dejar atrás una liga argentina venida a menos y competir en torneos como la Champions League. Esta semana, por ejemplo, dio una lección de poder en el mediocampo contra el Benfica. Acertó el 83% de los pases que dio, ganó seis de ocho enfrentamientos mano a mano, hizo cuatro entradas y apenas una falta. Barrios, como es costumbre, brilló como medio centro en 90 minutos, pero esta vez fue jugando la competencia más importante a nivel de clubes. Lo que Messi y compañía vieron en la última Copa América, cuando Wilmar anuló el juego argentino en la victoria de Colombia 2-0, ahora lo disfrutan en Rusia y Europa.
Mientras eso sucede, Boca Juniors llora la derrota y el baile que River Plate le hizo en el Monumental por la ida de la semifinal de la Libertadores. En el estadio de Núñez solo hubo un equipo (el local) con las ideas claras y sus jugadores ordenados. Ganó 2-0 porque Boca tiene en su arco a Esteban Andrada, uno de los mejores arqueros del fútbol sudamericano. El mediocampo de Boca nunca pudo ejecutar la táctica pensada, si es que había una, porque sus volantes no se adaptaron a la propuesta del rival. Pelotearon balones como si fueran un equipo chico e hicieron pases que no tenían ni destino ni sentido claro. Iván Marcone, el medio centro, tuvo un 46% de efectividad en el pase. En defensa, corrieron con intensidad pero sin cabeza y siempre a destiempo. Hoy al equipo xeneize, aparte de una propuesta de juego, le falta alguien en el medio que sepa mantener la calma. Sin Wilmar Barrios, o un reemplazante de su calidad, Boca Juniors no controla sus tiempos.
El fútbol pone a cada uno en su lugar. Boca tiene muchos problemas en su juego que superan la ausencia de Wilmar Barrios, pero queda clara que su salida no ayudó nada al equipo. El xeneize va puntero en una liga local pobre que apenas comienza, pero no es capaz de jugar de igual a igual contra su máximo rival y eso pesa mucho en la cabeza de la prensa y del aficionado. Me alegro que Barrios haya pegado el salto a Europa y se destaque por su juego. Su salida de Boca Juniors, si bien inmerecida, le permitió crecer. No sobra, en todo caso, pensar en quienes lo culparon de los males de aquella noche en el Santiago Bernabéu y recordarles que hoy no hay nadie en Boca Juniors capaz de equilibrar, cortar al rival y salir con la calidad que lo hace el cartagenero . Ahí están los resultados.