Es entendible que Carlos Queiroz no convoque a James para los amistosos. Sin embargo, su ausencia es un lujo que debería guardar para cuando el proyecto esté más consolidado.
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Por si no tuvo la oportunidad en los últimos siete meses, Carlos Queiroz pudo ver lo apasionada que es la afición con la Selección Colombia y con sus ídolos. Desde el 1 de octubre, cuando reveló la convocatoria para los amistosos contra Chile (mañana) y Argelia (martes) en España, no le han parado de llover reproches por excluir de la lista a James Rodríguez. Al técnico no le importó mucho e incluso enfatizó que se trataba de una decisión meramente técnica. Admiro que Queiroz no se deje llevar por posturas populares y que haga su trabajo a partir de lo que cree. Dicho eso, dejar a la pieza más importante del equipo afuera cuando la Selección sigue trabajando un nuevo proyecto de juego no es oportuno.
La decisión no es dramática, como muchos medios la han vendido, pero sí puede entorpecer el proceso en un momento crucial. Colombia jugó una Copa América muy buena cuando Carlos Queiroz apenas llevaba tres meses de trabajo. El partido contra Chile demostró las falencias del grupo y desde entonces el objetivo ha sido afianzar ideas que quedaron sueltas. Tras los empates con Brasil y Venezuela en septiembre, quedó claro que el equipo tiene un gran potencial, pero le falta finalizar las jugadas y evitar bajones de ritmo durante los partidos. Lejos de estar listo para la Copa América 2020 (que jugarán en casa), la Selección de Queiroz tiene nueve meses para explotar todo el potencial que le hemos visto.
Mientras sucede esto, tener a la figura principal es crucial. Carlos Queiroz dijo en su primera rueda de prensa que iba a construir el proyecto a partir de los ejes de la Selección, siempre que estuvieran en forma. James es en este momento el mejor jugador de fútbol que tiene Colombia y para muchos es el mejor que ha tenido el país en toda su historia. No contar con él cuando la idea de juego apenas se está cocinando es arriesgado. Hoy el entrenador dijo que su objetivo «es preparar un gran equipo que no puede permitir una enfermedad en donde si falla uno fallen todos». Es entendible que quiera evitar la dependencia del equipo en un futbolista, pero para que la idea de juego funcione sin un jugador importante (la excepción), primero debe asegurarse que funcione con él en el campo (lo general). James, por muy bueno que sea, necesita jugar en la Selección para entender el sistema y para que sus compañeros entiendan cómo funciona él adentro.
Seguramente Colombia hará un buen papel contra Chile y Argelia durante esta fecha FIFA. Incluso es probable que el equipo consiga debutar en la Copa América del año que viene con un juego poderoso y contundente. La decisión de dejar por fuera a James en unos amistosos no pasa de ser anecdótica y sujeta a un buen debate. Creo, eso sí, que la mejor vía para preparar la Selección incluye al mediocampista dentro del plantel. Si la razón para no verlo con la camiseta amarilla es netamente técnica, Carlos Queiroz se arriesga, pues James pierde 180 minutos para adaptarse al sistema que el portugués quiere implantar de forma innecesaria. No será mucho, pero es algo. Ojalá me equivoque.