Carlos Queiroz debe ajustar su propuesta de aquí a marzo, pero las figuras de la Selección tienen que mejorar su estado para jugar más.
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El año pasado la Selección Colombia tuvo un momento positivo, aunque fue de mejor a peor y tuvo sus bemoles. A Carlos Queiroz le afectó no contar con la continuidad de varios jugadores por lesión o mal momento deportivo. Si bien hay conceptos tácticos que el seleccionador debe analizar, existe una idea de juego que puede funcionar. Su ejecución dependerá del estado de forma de varios jugadores sin los que la Selección Colombia baja un escalón competitivo.
Hablo de Duván Zapata, Juan Fernando Quintero, Luis Muriel, James Rodríguez, Radamel Falcao y David Ospina. Salvo el primero, todos han jugado al menos un mundial con Colombia y podrían llevar la cinta de capitán sin problema. Son futbolistas que, si están en forma, deben hacer parte de la titular (tocaría escoger entre Duván y Falcao, eso sí). Con ellos en el equipo, más Wilmar Barrios, Yerry Mina, Dávinson Sánchez y Juan Cuadrado, Colombia pasa de ser un equipo competitivo a un equipo favorito a cualquier título. No es poesía: con todos estos jugadores (salvo Muriel que se lesionó), Colombia ganó y superó a Argentina en la Copa América pasada.
Y claro que importan los demás, pues un equipo no es solo sus titulares. Alfredo Morelos y Rafael Santos Borré, por ejemplo, no pueden pasar desapercibidos en la próxima convocatoria si mantienen el ritmo. Tampoco Luis Díaz, que cada día crece más y puede ser muy importante en el futuro de la Selección. Sin embargo, no es lo mismo salir contra Brasil con esta delantera que con James, Duván y Muriel. Todos ellos pueden ejecutar la estrategia de Carlos Queiroz, pero la calidad entre unos y otros es diferente y eso define partidos, como hemos visto en los últimos amistosos. No le podemos exigir lo mismo al entrenador si la mitad de sus figuras no está en forma.
Dicho esto, la responsabilidad este año no es solo del Carlos Queiroz, que debe corregir ciertos conceptos de su propuesta táctica. También es de James Rodríguez, por ejemplo, que decidió meterse de nuevo en el arroyo del Real Madrid y tiene que ganarse un puesto para sacar su mejor versión. Lo mismo David Ospina, al que poco ayuda ver tantos partidos desde el banco. Duván y Muriel ya prendieron motores, pero ojalá puedan jugar más juntos de aquí a junio. Falcao y Quintero encontraron color después de mucho tiempo, y ojalá puedan tener continuidad y alegrar muchos estadios este semestre. De ellos depende que Colombia sea favorita en la Copa América que jugará en su casa este 2020.