El nivel intermitente de Colombia en el preolímpico no debe eclipsar el buen nivel de Carrascal, Fuentes, Benedetti y Cetré.
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Se acabó el Preolímpico de fútbol 2020. Colombia no pudo ganarle a Uruguay y se quedó sin ir a Tokio. Los de Arturo Reyes ya jugaron siete partidos y es posible hacer un balance de lo que vimos en Pereira, Armenia y Bucaramanga. Como equipo, Colombia fue intermitente y volátil, situación que deja intranquilo a más de uno. A pesar de eso, varios jugadores mostraron sus cartas y tienen con qué desarrollar un nivel de competiciones de élite.
Suena a premio de consolación, y quizá lo sea, pues el aficionado quiere ver ganar a su selección. Sin embargo, los torneos juveniles tienen un componente de formación que no podemos ignorar. Como Juan Quintero, James Rodríguez, Radamel Falcao y otros más, Jorge Carrascal usó un torneo juvenil para mostrar sus dotes y presentarse como futuro crack ante muchos seguidores. Le queda bastante camino, pero tiene los ingredientes. Gabriel Fuentes fue otro protagonista. Entendió muy bien su posición de lateral izquierdo y con un poco más de experiencia en el Junior puede pegar el salto a un fútbol de mayor nivel. Nicolás Benedetti, que ya emigró a México, mostró buen ojo con el balón en los pies. Ojalá su lesión no lo detenga. Edwuin Cetré, si aprende a usar su gambeta y velocidad, puede volverse un dolor de cabeza para los defensas.
Es una lástima que, con esos talentos, la Selección Colombia Sub 23 haya tenido tantos problemas de efectividad ofensiva durante el Preolímpico. Faltaron figuras, como Cucho Hernández o Luis Suárez, que no pudieron ir porque sus equipos no los prestaron. Eso hubiera ayudado, pues si bien hay talentos en la convocatoria actual, el equipo necesita ser más contundente y fuerte al desarrollar su estrategia en el campo para no regalar partidos como sucedió en la fase final.
Colombia necesita un nuevo proyecto y lo más coherente sería buscar un nuevo entrenador que consiga convertir el talento individual en poder grupal. Ese vaso amargo tiene una cucharada de azúcar, pues, a pesar de los problemas, algunos futbolistas ilusionan de cara al futuro y permiten que el equipo aún pelee por el premio. Cada uno de esos talentos tienen una carrera por delante y podrían aportar a la Selección Colombia de mayores en un futuro no tan lejano. Ojalá veamos a Carrascal y compañía crecer.