Quintero mejoraría como jugador, pero arriesga la estabilidad que tiene en River Plate a cambio de un fútbol en el que podría no encajar.

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Los rumores sobre el interés del Ajax por Juan Fernando Quintero extrañan a pocos. El colombiano, a pesar de su reciente lesión, es uno de los mejores futbolistas de Conmebol y sorprende que siga jugando en Sudamérica. Un talento como ese no suele ser ajeno a las grandes billeteras del fútbol europeo. Sin embargo, Quintero ya tuvo una aventura en el viejo continente y no pudo consolidarse. Quizá su fútbol, mágico como pocos, no se adapta bien al juego de Europa.

Le pasó a Juan Román Riquelme, quien jugó en el Barcelona y en Villarreal, pero nunca mostró el nivel superlativo que luego le vimos en Boca Juniors. El fútbol en Europa exige que el mediapunta sepa defender o tenga velocidad para contraatacar. Riquelme, muy sabio con el balón en los pies, nunca se destacó por robar balones o correr la diagonal. Algo parecido sucede con Quintero. Si bien puede hacer trabajos en defensa, no tiene la resistencia física para cumplir con la tarea de forma regular y le falta velocidad.

Ajax puede ser un equipo ofensivo, de mucho toque y con atacantes inteligentes, pero su estrategia no se detiene ahí. Para jugar a la posesión es necesario tener futbolistas con buen ritmo físico, que sean capaces de presionar alto y recuperar el balón cuanto antes. Grandes administradores del balón como Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Andrea Pirlo o Luka Modric saben bien que el volante ofensivo va más allá del buen pase. Un jugador así debe sacrificar mucho por el equipo, cerrar líneas y mantenerse en el partido cuando el rival tiene el balón. No sé si Juan Fernando es un jugador al que pedirle este sacrificio sea una opción.

Coger el que puede ser su último tren a Europa es un riesgo. Tiene lo que necesita en River y con eso se acerca más a la Selección Colombia. Hacer maletas es empezar de nuevo y exponerse a desaparecer. Si Quintero hace maletas, lo admirare por su valentía, pues deberá aprender a superar su grandes debilidades como futbolista. Quizá Ten Hag, entrenador del Ajax, pueda encontrar un sistema que suavice la adaptación. Si el mediapunta colombiano se adapta y triunfa en el equipo holandés, me animo a decir que estaremos frente a uno de los mejores jugadores del mundo.