Por más glorias pasadas que nos haya dado James Rodríguez, el pasado no mete los goles y las asistencias. Deberá probarse contra Venezuela.
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Rara y difícil. Así describió Carlos Queiroz la situación deportiva actual de James Rodríguez. A pesar de su talento innegable, apenas ha jugado 13 partidos con el Real Madrid esta temporada. En un mes Colombia recibirá a Venezuela en Barranquilla para iniciar las eliminatorias a Catar. Aunque el 10 de la Selección debe ser convocado y jugar en el Metropolitano, tiene que usar el partido como una oportunidad para probar que está en forma y que no hace falta sacarlo de la titular a pesar de su situación en España.
Duele poner en el estrado a James. ¿Quién quiere cuestionar a esa zurda que inmortalizó a Colombia con un golazo en el Maracaná? ¿Por qué dudar del goleador de un mundial? Por lo menos en números y logros, Rodríguez es el mejor futbolista colombiano de la historia. Con todo y eso, un jugador no corre balones con su pasado, sino con la mente y el cuerpo del presente. Le pasó a Radamel Falcao en la Copa América de 2015, que tras llevarnos a un Mundial con goles importantes, no estaba en el nivel necesario y ponerlo solo por su jerarquía perjudicó el ataque colombiano. Mantener a James en el equipo por nombre y no por rendimiento solo afectaría su confianza y el juego de Colombia, por duro que sea admitirlo.
Conocer las razones por las que no juega es complicado. Apuesto por una teoría poco polémica. Zinedine Zidane le dio una oportunidad y confió en él a inicios de temporada, pero James perdió el ritmo con varias lesiones y se le fue el tren de la temporada. Hoy, en el momento más crítico del año, es entendible que el entrenador francés no quiera arriesgar con un jugador que ha sido tan intermitente. Más allá no puedo ver y por eso prefiero no comentar, pues ir más allá sería confundir sin fundamento. En todo caso, el hecho es que James juega poco y eso toca tenerlo en cuenta a la hora de convocarlo a la Selección.
Si Carlos Queiroz quiere ayudar a su mejor jugador, debe darle una oportunidad contra Venezuela para que muestre la condición en la que está. Sin embargo, su titularidad no es incondicional y si James no rinde, será necesario dejarlo al margen hasta que recupere su nivel. Aunque el entorno de la Selección Colombia admire y quiera a James Rodríguez, es necesario separar los sentimientos del ejercicio profesional. Ojalá veamos una buena versión del mediapunta el 27 de marzo y vuelva a jugar a nivel de clubes.