La primera temporada de su segunda etapa deja un título de liga merecido, pero también la sensación (esperada) de que no rendirá como antes.
Sígame en Twitter: @avargasdeporte
Eventualmente iba a pasar: Zinedine Zidane perdió una eliminatoria de Champions League. Desde su primer partido en febrero de 2016 como entrenador en competencias europeas, el francés había superado a todos los rivales que su Real Madrid enfrentó. El viernes, el Manchester City de Pep Guardiola acabó con esa racha. Errores puntuales desde su vuelta al club después de un año sabático han marcado una temporada con un título de liga, pero sin el fútbol de las otras temporadas.
El gran mérito de Zidane siempre fue su gestión del vestuario. Aquí en Colombia queda el asterisco del poco protagonismo que tenía James Rodríguez en sus equipos, pero es complicado discutirle: Real Madrid siempre levantaba la Champions. No tenía a toda la plantilla contenta, pero al menos mantenía paz en el vestuario y los suplentes respetaban su rol. Este año fue diferente.
El club merengue tiene una plantilla envidiable, pero poco funciona si la mitad de los suplentes juega sin aspiraciones personales. Mariano, Jović, Brahim Díaz y el mismo James participaron muy poco en la temporada. De esos, solo el colombiano y el serbio contaron con más minutos que el portero suplente del equipo Alphonse Areola, acostumbrado a jugar poco. Zidane tampoco pudo recuperar a Gareth Bale, figura que ha dado copas al Madrid con sus goles, y el galés vivió la temporada con una actitud pasivo agresiva para mostrar su disconformidad en el club. De aquella plantilla que ganó la liga española con mucha participación de los suplentes en 2017 poco queda.
Quizá lo peor de la situación es que Zidane permitiera a James y Gareth Bale desentenderse del equipo. Ni siquiera un club como el Real Madrid puede permitirse que dos talentos como esos digan “míster, no me convoque más”.
No hay información de cómo fue la conversación con James, pero el periodista Óscar Sainz comentó en el programa español El Chiringuito de Jugones (célebre por dar varias exclusivas) que Zidane le habría manifestado a Bale que, aunque entrara en la convocatoria, no contaba con él contra el Manchester City. El galés decidió no viajar tras esa charla. Bale es responsable de su apatía durante el año con el equipo, pero el entrenador tiene responsabilidad en no recuperar un talento como él.
Otro error de Zidane, más puntual, fue renunciar a su fútbol en un partido tan importante como el del viernes. Lo comenté en este espacio: el Madrid ganó con lo justo la liga española y su juego no daba las garantías esperadas. Quizá ZZ pensó igual. En vez de sacar un equipo con juego sencillo, vertical y veloz, apostó por jugar a la posesión. Intentó quitarle el balón al equipo de Pep Guardiola, tarea titánica, con jugadores que no estaban preparados para ello. Courtois, Casemiro, Militao y sobre todo Varane sufrieron la presión de su rival y su incapacidad para sacar la pelota en corto. El Madrid perdió por dos pérdidas del defensa francés.
Pero más allá de su inesperada e irregular gestión de vestuario o la poca confianza en su propuesta de juego, el error de Zidane fue volver. Él mismo dijo en su salida que no encontraba la forma de seguir ganando con el club. Es muy complicado que el Madrid vuelva a tener la gloria de su primera etapa con ZZ en la que ganó tres Champions seguidas. De él se espera que repita hazañas y que no se equivoque nunca, menos en partidos internacionales. Su gestión, por buena que sea, será peor que la anterior. Como dijo MisterChip en su momento, su retorno fue un acto de amor por el club. Le iría mejor en proyectos nuevos, aquí todavía está el desgaste que lo sacó la primera vez.