Un entrenador de 33 años llamado Nagelsmann dejó pintado al Atlético de Simeone, que nunca fue capaz de asumir el rol de favorito en el campo.

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“Ganar es lo único que hay”, fue la frase que dijo Diego Simeone antes del partido contra el Leipzig. Como lema espartano, el comentario fue protagonista de la previa. Mal hicimos en fijarnos tanto en el aura gladiador del Atlético de Madrid y dejar de lado al Leipzig de Julian Nagelsmann. El club alemán ganó al español en lo táctico y en el resultado. El técnico de 33 años ha logrado armar un equipo muy completo, con un fútbol dinámico, veloz y efectivo. Mientras el discurso de Simeone es un perro que ladra y poco muerde, Nagelsmann tiene al Leipzig en semifinales de la Champions League.

Mucho tuvo que ver la propuesta de cada club en el campo. Durante gran parte del partido (hasta que entró João Félix), el Leipzig tenía claras sus ideas tanto en defensa como en ataque, mientras que el Atlético solo parecía entender cómo armarse sin balón. Cuando los colchoneros cogían la pelota, la especulación y la falta de ideas reinaban en ellos. Desde hace rato, el equipo de Simeone deja una sensación de desperdicio de talento, como si no se creyera su crecimiento de los últimos años. Juega todavía como un equipo emergente y le cuesta asumir el protagonismo que hace rato se ganó. De quien esperábamos una actitud más modesta era el del Leipzig y nos sorprendió con rebeldía.

No se trata del estilo de juego. Entrenadores como Mourinho, Ranieri o Carlos Queiroz suelen replegar muy bien sus líneas y darle la pelota al rival. La diferencia es que cuando cogen el balón hay una propuesta de ataque clara y peligrosa. Es cuestión de sensaciones. Los mejores equipos parecen impenetrables en defensa e imparables en ataque. Simeone ha logrado lo primero en muchos tramos de su etapa con Atlético de Madrid, pero muy pocas veces (quizá cuando estaba Falcao García) logró generar la segunda.

El Leipzig es un equipo mucho más ofensivo, pero aparte del vértigo que produce al atacar, destacó ayer por su solidez defensiva. Uno de los mejores jugadores del partido fue el central Upamecano. Nagelsmann propuso dos esquemas diferentes para defender y atacar. Sin el balón, Leipzig armaba una línea de cuatro defensas, pero a la hora de crear jugadas dejaba tres en esa línea y ponía dos carrileros muy abiertos por las bandas para estirar al rival. Así generaba espacios adentro en los que medios y delantero podían hacer toques rápidos y avanzar al área rival.

Merecido pase a semifinales del joven entrenador y sus dirigidos. Enfrentarán a un Paris Saint-Germain fuerte en ataque, pero que depende mucho de inspiraciones individuales. Sufrió para ganar a un Atalanta que no destaca por su defensa. Como frente al Atlético, el Leipzig no es favorito en esta llave, pero su propuesta atrevida y muy bien trabajada seguro meterá en algunos problemas al club francés. Simeone acaba la temporada y el desgaste de su proyecto, que en siete años tuvo muchas facetas de éxito, invita a pensar en un cambio para el Atlético de Madrid.