En su primera etapa como entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane destacó por manejar bien la plantilla. Hoy apenas puede manejar un equipo titular.
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El 27 de octubre de 2009 un equipo de la división 2B (tercera) de España, llamado Alcorcón, goleó 4-0 en su cancha al Real Madrid por los treinta y dozavos de final de la Copa del Rey. La tímida victoria de los blancos en la vuelta por 1-0 sirvió de poco y el capítulo quedó escrito en las páginas del deporte español como El Alcorconazo. Este miércoles otro equipo de la misma división llamado Alcoyano eliminó de la Copa al Real Madrid. No hubo goleada ni partido de vuelta, pero sí un expulsado para el ganador y una prórroga que dejó ver el punto más oscuro del proyecto que dirige Zinedine Zidane.
Como en aquel 2009, cuando la prensa y la afición pidieron la salida del entrenador Manuel Pellegrini, los disparos de este jueves fueron contra Zinedine Zidane. Está mal cuestionar a un técnico que ganó tres Champions League seguidas, pero está peor no criticarlo cuando su equipo juega mal y, tras quedar eliminado la semana pasada de la Supercopa de España, cae de esta manera en Copa del Rey. Antes de iniciar la prórroga en un partido que debía ser de trámite, Zidane no dirigió una sola palabra al grupo. Nunca fue un gran estratega, pero ahora ni siquiera maneja bien el vestuario.
No hablamos de una plantilla armada por otro entrenador. Cuatro mercados de fichajes han pasado desde que ZZ volvió al Madrid. Este es el grupo que él escogió. Ya se fue James Rodríguez porque Zidane nunca supo usarlo. También se fue Gareth Bale, héroe de varias copas ganadas desde su llegada al Madrid, pero que perdió protagonismo con el francés. Llegó Luka Jović, un joven talento serbio que pidió Zidane, y se marchó porque el técnico apenas lo usó. Volvió el noruego Martin Ødegaard para darle recambio a los veteranos Modrić y Kroos, pero tras siete meses pidió salida y en pocas horas se podría confirmar su cesión al Arsenal. A pesar de los logros conseguidos en su primera etapa, pareciera que Zidane es incapaz de mutar su plantilla y se desprende de futbolistas con mucha calidad para mantener a su vieja guardia.
La consecuencia de esto es una plantilla peor a la de hace unos años. No sería tan grave si al menos viéramos una rotación entre todos sus jugadores. El mejor Real Madrid de Zidane, aquel que ganó Champions y Liga en 2017, destacaba por tener un equipo A y un equipo B en el que casi todos tenían su espacio. Una razón para la debacle contra el Alcoyano puede ser que varios futbolistas que salieron al campo, como Odriozola o Lunin, no habían jugado en meses. Eso de dejar a medio equipo sin competir sale mal hasta en un videojuego de fútbol.
Todo sucede mientras Sergio Ramos, capitán y leyenda del Real Madrid, no renueva aún su contrato con el club y podría irse gratis en junio de este año. Quizá esto deba preocupar a Zidane, quizá no. A este paso, el entrenador francés no debería estar mucho tiempo en el banquillo del club blanco. En febrero se mide al Atalanta por los octavos de final de la Champions. Contra Duván Zapata y Luis Muriel, Zidane se enfrenta a una batalla que lo puede dejar sin empleo. En estos puntos límite, el francés nos tiene acostumbrados a sacar su mejor versión. Sin embargo, mucho a lo que nos tenía acostumbrados ya no lo vemos.