Uno de los aportes más importantes de Colombia a la jerga del español es responsabilidad del economista Jorge Child. Al ver los nombres de los líderes del Partido Comunista, encabezados por Gilberto Vieira y su secretario, Filiberto Barrero, amén de Robertos y Albertos variados, Child acuñó el término «mamerto» para referirse a los miembros del partido con el sufijo -erto en su nombre. Hoy en día los vástagos de Gilberto, Filiberto y demás mamertos continúan con su alharaca, pero en vez de la calurosa balaclava de lana que hiciesen popular los dueños de la Plaza General Santander de la Universidad Nacional y recientemente el Subcomandante Marcos, se refugian en las redes sociales. Recientemente, y con el ánimo de encender la campaña política de Bogotá (y defender las alcaldías de izquierda), han sacado las infaltables acusaciones contra los candidatos opositores, sobre todo con el que ven como la bestia negra: Enrique Peñalosa. He decidido, sin ningún tipo de apoyo por Peñalosa (todavía no he decidido por quién votaré el 25 de octubre), utilizar algunos de los argumentos que han lanzado contra este candidato (tomados de este post de Facebook, refugio de estos mamertos armados con sus smartphones en espacios que fungen de serios como la «revista» Hekatombe o en abiertas y pueriles parodias), de tal forma que vean una de las formas más detestables de «argumentación» de la izquierda: inventarle rumores a su rival.
1. «Dejó un Transmilenio desorganizado con 3 tarjetas (Petro lo está solucionando, la unificación de tarjetas que permite subsidio a la población vulnerable va en 75%. En diciembre de 2015 será un 100%)»
El error de las tarjetas no viene de Peñalosa: cuando inició Transmilenio había una tarjeta de un viaje, otra de dos viajes y una de diez viajes, todas manejadas por el mismo operador. Ese error viene de Clara López, quien asignó el contrato para la Fase III a otro operador (TuLlave) a pesar de la oposición de todos los candidatos a la Alcaldía, y dejó el conflicto TuLlave-Angelcom para que el Querido Alcalde lo solucionara.
2. «Es el culpable del multimillonario detrimento patrimonial de miles de millones de pesos en losas que dejo Peñaloca [sic] por su irregular contratación. Además tenían un diseño técnico adecuado, ya que tenían que durar en buen estado hasta el 2020 pero se deterioraron notablemente en apenas 4 años»
El problema de las losas, a pesar de la alharaca de muchos, no es de Peñalosa ni del injustamente encarcelado Andrés Camargo (uno de los pocos directores del IDU que ha hecho algo). Es un error técnico, para lo cual quiero citar a Semana: «Se han hecho varios estudios pero el del iraní Jhasmid Armagani, autoridad mundial en la materia, que fue contratado por la administración de Antanas Mockus, concluyó que se combinaron problemas de diseño (losas delgadas), de construcción (falta de drenajes) y del material (el propio relleno fluido)». Además, el éxito de Transmilenio generó que las losas, diseñadas para soportar un peso determinado en un lapso de tiempo determinado, tuvieran que soportar una demanda mucho mayor de la esperada en las troncales. Cabe anotar que esa sobrecarga se debe no sólo a la velocidad del sistema, sino a la lentitud que, durante los gobiernos de izquierda de Bogotá, han tenido las obras de las fases posteriores a la fase III gracias al rechazo de Petro y Samuel para con el sistema y al robo de Bogotá orquestado por Samuel y los Nule y acatado por el impoluto Polo Democrático, que vio en las sanciones al vástago de María Eugenia «un acto político», en palabras de Clara López, en el desafiante «que traigan pruebas» del prolijo Jorge Robledo o la duda a las declaraciones de los Nule sobre Samuel el Positivo porque «tiene 900 contratos con el Estado», según Aurelio Suárez.
3. «Tiene el apoyo de Lucho Garzón, que firmó el contrato de la calle 26 con los Nule, en diciembre de 2007, faltando sólo dos días para terminar su mandato»
Lucho Garzón el Dipsómano, actual Ministro de Trabajo, no puede apoyar políticamente a ningún candidato. Y si tuviera la oportunidad (como ocurre en países como Estados Unidos), seguramente apoyaría a Carlos Vicente de Roux (de quien, debo decirlo, no tengo la mejor opinión después de ver su defensa de Asonal Judicial y de uno de sus dirigentes, Fabio Hernández). Y hablando de Lucho, cabe anotar que ese contrato con los Nule lo firmó como Alcalde elegido por el Polo Democrático.
4. «Francisco Santos es solo un títere y una distracción, este es el verdadero candidato del narcotraficante Alvaro Uribe«
Tampoco tiene el apoyo de Álvaro Uribe: él apoya a su candidato, Francisco Santos. Además, dudo que Uribe y Peñalosa estén en buenos términos después de que no apoyó a Oscar Iván Zuluaga en segunda vuelta. Y decir que es un espejismo sólo para perjudicar a un candidato que, desde el principio, ha declarado su oposición al Querido Alcalde, es una reverenda estupidez. Si acaso, deberíamos acusar a Peñalosa, Luna, Galán, Parody y Mockus de no haberse unido en una candidatura única para evitar que Gustavo Petro el Humano se convirtiera en el tercer alcalde de izquierda en convertir a Bogotá en un infierno.
5. «No inició la construcción del metro y optó por copiar el sistema Transmilenio; una solución de transporte de ciudad pequeña, útil como sistema complementario, pero inadecuado como sistema principal para una urbe como Bogotá»
Si Peñalosa no inició el metro en su Alcaldía fue por una razón simple: no había dinero. Colombia estaba saliendo de dos crisis económicas (1995 y 1999), responsabilidad del pésimo manejo de las finanzas que tuvo Ernesto Samper el Elefante, quien apoya hoy a Clara López y ha sido el poder en la sombra en las últimas tres administraciones (basta mencionar nombres como Abel Rodríguez, Mónica de Greiff, Yuri Chillán, Juan Antonio Nieto o Catalina Velasco, para no mencionar a Carlos Romero, esposo de Clara López, actualmente inhabilitado para ejercer política gracias a su irresponsabilidad al no posesionarse como concejal y de ingrata recordación entre los empleados de la difunta Caja de Previsión Social de Bogotá -sobre todo en la Clínica Fray Bartolomé de las Casas- por su mal trato hacia los médicos y su exigencia del mejor tratamiento posible por su condición de concejal: un Nicolás Gaviria antes de Nicolás Gaviria).
6. «Durante su administración privatizó la educación pública, entregando los colegios en concesión a operadores privados, amigos suyos que se enriquecieron, Bogotá tuvo que poner la infraestructura. Además no se preocupó por la calidad de la educación y el bienestar de los maestros»
Decir que «privatizó» la educación pública con los colegios por concesión es un exabrupto, aún más decir que la entregó a sus «amigos». ¿Quienes manejan los colegios por concesión? Cajas de compensación con experiencia educativa (Cafam, Colsubsidio), colegios privados (Gimnasio Moderno, Los Nogales, Nueva Granada) y universidades (Los Andes). Y los resultados demuestran que estos colegios son mucho mejores que aquellos manejados por las mafias de Fecode y ADE.
7. «Llenó de bolardos las aceras, incurriendo en el gasto inútil de miles de millones de pesos, más los sobrecostos que terminaron favoreciendo a familiares y amigos»
Mal que bien, los bolardos han servido para que los carros no invadan las aceras. Hoy en día, los bolardos no invaden las aceras: lo hacen los vendedores ambulantes, apoyados y estimulados por las alcaldías de izquierda que ven en esos trabajadores informales un capital político enorme para otorgar subsidios que no tienen nada que envidiarle a Agro Ingreso Seguro.
Podría seguir contraargumentando esos puntos, pero sería inútil para cambiar la opinión mamerta de que Peñalosa es un «ladrón». Y eso que aquí no han contado algunos de los chismes que, desde la izquierda, surgen (que Peñalosa es dueño de Carrefour y de Volvo, que formalizó a los vendedores ambulantes para ganar plata él…) y que buscan, de forma siniestra (léase, literalmente, de izquierda), ocultar el hecho más visible de los últimos trece años de Bogotá: los gobernantes de izquierda, apoyados por el samperismo, han acabado con Bogotá. Y elegir a Clara López sería el peor colofón a la destrucción de una ciudad donde, cada vez más, sus mentes jóvenes buscan la migración a ciudades como Medellín, Cali o Barranquilla, libres de la zurdería que ha convertido a una ciudad modelo en una ciudad Modelo.
Entonces, ¿cuál es la solución? Lamentablemente, mi solución ideal es imposible hoy en día. Hace cuatro años, la incapacidad de Peñalosa, Gina Parody, David Luna, Carlos Eduardo Galán y Antanas Mockus de unirse en una candidatura única abrió las puertas del Palacio Liévano a Gustavo Petro. Las consecuencias de elegir a este megalómano de opereta, menos preocupado por Bogotá que por su propio poder y el culto a la personalidad que ha creado a su alrededor, se ven al caminar por la ciudad. Hoy pasa un escenario similar: Rafael Pardo, Francisco Santos y Peñalosa están en caminos separados. Y aquellos que argumentan la necesidad de abrirse paso en la Alcaldía de Bogotá sin alianzas ignoran que en ciudades como Barranquilla y Cali se han dado alianzas entre los, aparentemente enemigos, partidos santistas y la oposición del Centro Democrático. Mi alianza ideal estaría entre Santos, Pardo, Peñalosa y el político libertario Daniel Raisbeck (profesor universitario que sería un magnífico Secretario de Educación para atajar la mafia de la ADE). Además, en medio de la izquierda deshecha entre López, María Mercedes Maldonado, Alex Vernot y Carlos Vicente de Roux, una candidatura sólida de centro derecha hubiera sido una garantía para recuperar Bogotá.
El dilema ya no es entre dos opciones políticas. Está entre la ciudad que tuvimos la suerte de vivir hace quince años y la izquierda que ha destruido, apoyada por el inefable narcopaquidermo, a la capital de Colombia. Elegimos entre Bogotá y la izquierda, así de simple.
Voyeur: Resulta irónico que el gobierno autoproclamado como el «defensor del ambiente» gaste grandes cantidades de papel, tinta y dinero en un periódico gratuito, que nadie lee (basta mirar las canecas que hay fuera de las estaciones de Transmilenio) y que es un medio de propaganda de la peor ralea posible. ¿Será que el Querido Alcalde está copiando la información en el transporte masivo del hijo del Querido Líder y modelo en culto a la personalidad de todo déspota en el mundo, Kim Jong-Un? ¿Y cuánto de esto le debemos al creador de estos periódicos en las distintas campañas del Polo en Bogotá y Colombia, Daniel Winograd?
En los oídos: L’oiseau de feu [Жар-птица/El pájaro de fuego] (Igor Stravinsky; Wiener Philharmoniker, Valery Gergiev)