Mañana es 20 de julio, y además de conmemorar la llegada del hombre a la Luna, se conmemora el inicio de los «tiempos de efervescencia y calor» que José Acevedo y Gómez proclamaba en 1810. En honor a la fecha, y teniendo en cuenta que en dos semanas empiezan los Juegos Olímpicos, decidí hacer un pequeño escalafón de las diez principales cartas de medalla para nuestro país en los escenarios de Río de Janeiro. Mis criterios fueron los siguientes:
– Desempeño en Olímpicos anteriores
– Desempeño en competencias multinacionales (Mundiales y Panamericanos)
– Calidad del equipo
– Competidores
1. Caterine Ibargüen
Nunca en la historia del deporte colombiano ha habido una dominación tan grande de una disciplina como la que ha tenido Caterine Ibargüen en el salto triple. Desde su medalla de plata en Londres 2012, y descontando el segundo lugar que obtuvo en Birmingham, no ha habido una competencia donde la atleta de Apartadó no haya terminado en lo más alto del podio. A menos de que ocurra una catástrofe en la cancha, es casi seguro que ella será una de las responsables de que se escuche nuestro himno en los escenarios de Brasil. Al igual que en 2012, la kazaja Olga Rypakova (oro en Londres) y la ucraniana Olha Saladuha serán sus dos mayores rivales. Sin embargo, hay una competidora adicional a la que Ibargüen debe prestar atención: la venezolana Yulimar Rojas, campeona bajo techo y entrenada por Iván Pedroso, quien ganó medalla de oro en salto largo en Sydney y entrenó a otro campeón en salto triple: al francés Teddy Tamgho. Pero es muy difícil, sinceramente, que Ibargüen no gane e, incluso, que vaya por un récord olímpico (15,39 metros, impuesto por la camerunesa Françoise Mbango Etone en Beijing 2008) o mundial, que lleva imbatido desde 1995 con los 15,50 metros que saltó la ucraniana Inessa Kravets.
2. Mariana Pajón
La abanderada en Londres 2012 y medalla de oro en esos juegos llega a Río siendo la gran favorita para repetir medalla. Al igual que Ibargüen, ella ha sido la reina del BMX durante el presente ciclo olímpico. Entonces, ¿por qué va debajo de Ibargüen en mi escalafón? Simple: en el BMX las caídas son determinantes e impredecibles. Y en una final, una posible caída puede quitarle a la antioqueña el sueño de oír el himno por segunda vez. Las dos principales competidoras de Pajón vienen de Oceanía: la australiana Caroline Buchanan y la neozelandesa Sarah Walker, las dos viejas conocidas en las pistas. No se debe descartar tampoco a la norteamericana Alise Post, reciente bronce en Medellín, ni a la venezolana Stefany Hernández, frecuente rival de Pajón en cada uno de los escalones continentales que lleva a las pistas olímpicas. Pero, así como ellas conocen bien a Pajón, ella las conoce mejor aún. Y la garra que todos le vemos a la campeona de BMX sale, con mucha más fuerza, en eventos grandes y arropada -como seguramente lo estará, así como estuvo la selección en Brasil- por la afición colombiana.
3. Fernando Gaviria
El bicampeón vigente del omnium es uno de los que mejores resultados puede darnos en el velódromo de Río de Janeiro. Incluso, su preparación en ruta con el equipo Etixx-Quick Step ha estado encaminada al gran logro de este año, acompañado por veteranos como Tony Martin, Tom Boonen y Marcel Kittel. De hecho, su destreza en las pistas ha sido comparada por expertos en el ciclismo con la de nuestro primer campeón en pista, el inolvidable «Cochise» Rodríguez. Si bien junto a él competirá Mark Cavendish, quien ha ganado varias etapas en este Tour de Francia, los dos más fuertes son aquellos que acompañaron al antioqueño en el podio de los mundiales de Londres: el alemán Roger Kluge y el australiano Glenn O’Shea. Pero Gaviria, cuya regularidad en las distintas pruebas que componen el omnium lo hace un ciclista inteligente que no deposita todos los huevos en una canasta, es un oro que muchos no esperan y que, al menos aquí, puede ser tan seguro como el de Ibargüen y Pajón.
4. El equipo de ciclismo en ruta
Pocas veces se puede hablar de un dream team en el ciclismo olímpico. Pero, sin lugar a dudas, los cinco que representarán a Colombia en las calles cariocas pueden llamarse así sin ningún problema. Comencemos con el nombre obvio: Nairo Quintana. Más allá de las injustas e inmerecidas críticas que muchos, escondidos en las redes sociales, hacen al nacido en Cómbita, el campeón del Giro de Italia y dos veces subcampeón del Tour de Francia es uno de los mejores ciclistas del mundo hoy en día. Además, el recorrido montañoso que tendrá Río para los ciclistas es inigualable para un escalador de su experiencia y calidad. Sigamos con el medallista de plata vigente y dos veces subcampeón del Giro, Rigoberto Urán. El de Urrao sabe lo que significa quedar a pocos metros de ganar y tiene clavada, sin duda, la espina del sprint que, en el Mall de Londres, le ganó Alexander Vinokourov hace cuatro años. El siguiente en la lista: Esteban Chaves. El Giro de este año demostró de qué está hecho el bogotano, sobre todo teniendo un equipo tan -en teoría- débil como Orica-Green Edge. Sergio Luis Henao, el gregario más útil para Chris Froome en el presente Tour y un escalador de kilates, viene de Rionegro para el partidor. Y por último, de Pesca, Miguel Ángel López viene de ganar el Tour de Suiza. Teniendo en cuenta que el ciclismo es ante todo un deporte de equipo, siento que la estrategia de los técnicos colombianos será buscar una medalla de oro y utilizar al equipo para desgastar, de tiempo en tiempo, a los otros equipos poderosos que habrá en la competencia de ruta. Italia será temible con Fabio Aru y Vincenzo Nibali; Gran Bretaña tendrá al incombustible Froome, apoyado por Adam Yates y su fiel Geraint Thomas; los holandeses van con Tom Dumoulin (fijo para la contrarreloj), Steven Kruijswijk (tercero en el Giro de Italia) y Bauke Mollema (segundo en el Tour); y si bien España sólo ha confirmado a Alejandro Valverde, se puede esperar a Joaquim «Purito» Rodríguez y Luis León Sánchez apoyándolo.
5. Yuri Alvear
Aun cuando fue bronce en el último campeonato mundial en Astana, la judoca vallecaucana ha sido una de las mejores del mundo desde 2011. Con el retiro de la francesa Lucie Décosse y la holandesa Edith Bosch, la experiencia de la nacida en Jamundí le puede dar puntos a favor, sobre todo con la relativa inexperiencia y juventud de sus principales rivales, como la holandesa Kim Polling, bronce en los campeonatos mundiales de Río 2013 y campeona europea vigente, la alemana Laura Vargas Koch (a quien Alvear venció en el campeonato mundial hace tres años), la francesa Gévrise Émane y la brasileña María Portela.
6. Carlos Mario Oquendo
Poco tiempo después de que Pajón ganara el oro, tuvimos una doble alegría con otro ciclista antioqueño. Carlos Mario Oquendo, tras haberle ganado en su semifinal al campeón mundial, el francés Joris Daudet, se alzó con el bronce en la pista de Londres. Este año Oquendo, con la experiencia que le dan sus segundos juegos olímpicos, puede darnos otro metal. Daudet, quien ganó el oro mundial en Medellín, y el doble campeón olímpico, Maris Strombergs de Letonia, serán los dos principales rivales de Oquendo. No se puede descartar, tampoco, al holandés Niek Kimmann (medalla de plata en Medellín este año y campeón en contrarreloj), al australiano Sam Willoughby (plata en Londres) y al joven norteamericano Nicholas Long. Dicho eso, pocas cosas son tan impredecibles como el BMX y Oquendo puede darnos otro podio en Río de Janeiro.
7. Jackeline Rentería
Aunque eclipsada por otros atletas, no se debe perder de vista a la mujer más decorada en la historia olímpica de Colombia. Tendrá frente a ella a la japonesa Kaori Icho, quien pasó de dominar los 63 kilogramos a medirse en la categoría de la caleña, la finlandesa Petra Olli y la turca Elif Jake Yesilirmak. Cabe anotar que Icho no será la única en haber cambiado de categoría: Rentería también ha pasado de los 53 kilos, donde otra japonesa (Saori Yoshida) domina a sus anchas desde 2002, a una más alta. Una dificultad grande para que ella continúe su racha de medallas fue la reciente operación de maxilar, que le dará poco margen de entrenamiento entre su recuperación total (el 23 de julio, según los médicos) y el momento de la lucha en Río. Sin embargo, la resiliencia de Rentería puede darnos frutos en los salones brasileños.
8. Óscar Muñoz
El vallenato fue una de las sorpresas más gratas de Londres 2012: nadie esperaba que llegara tan lejos este taekwondista y que ganara una medalla de bronce en una categoría como la de 58 kg, donde sólo perdió un combate contra el español Joel González (a la postre, campeón olímpico). Si bien González competirá en la categoría de 68 kilos, Muñoz la tendrá difícil contra el iraní Farzan Ashourzadeh, el coreano Kim Tae-Hun, el mexicano César Rodríguez y el portugués Rui Bragança, los mejores del mundo hoy en día. Resulta interesante que el campeón europeo de la categoría, el belga Mourad Laachraoui, no competirá en Río de Janeiro. Hubiera sido interesante verlo, sobre todo como una historia de redención familiar: su hermano, Najim, fue uno de los que se detonó en el aeropuerto de Bruselas en los atentados organizados por ISIS y, además, fue el encargado de fabricar los explosivos utilizados en los atentados de París el año anterior.
9. Jossimar Calvo
No hay que dudarlo: Calvo es el mejor gimnasta en la historia de Colombia y, hoy en día, el más importante del continente americano. Pero todavía le falta un pequeño escalón para competir frente a monstruos como el japonés Kohei Uchimura, el británico Louis Smith o los impredecibles gimnastas chinos. No obstante, puede darnos un metal en su competencia preferida, la barra fija. De no ganar una medalla, no debemos decepcionarnos como lo hacemos, tan frecuentemente, los colombianos. Es un gimnasta joven que ha salido adelante, como buena parte de nuestros deportistas, sin ayuda de nadie. Su historia, por sí sola, es inspiradora como pocas. Pero, reitero, nuestro abanderado en el Maracaná todavía necesita curtirse un poco más para estar en el nivel que ostenta la élite mundial de la gimnasia.
10. El equipo masculino de fútbol
Una de las mejores cosas que le dio la Copa América Centenario al fútbol colombiano fue la posibilidad de acercar a varios jugadores de la selección sub-23 a la rutina de entrenamiento de José Pékerman y unir la disciplina de la selección de mayores con los equipos dirigidos por Carlos «Piscis» Restrepo. Aun cuando varios sub-23 no estarán en Brasil gracias a que fueron vendidos a otros equipos (Marlos Moreno es el ejemplo más diciente, pero Davinson Sánchez y Mateo Casierra -quienes no estuvieron en Estados Unidos- ya actúan con el Ajax, Rafael Santos Borré -otro que faltó en la Centenario- ya entrena en el Vicente Calderón para luchar contra «el Niño» Torres y Griezmann, y Roger Martínez saltó de las canchas norteamericanas a un equipo chino que, seguramente, lo prestará al Inter de Milán), Sebastián Pérez, Cristian Bonilla, Andrés Felipe Roa y Felipe Aguilar saltarán de la absoluta a la olímpica, algo que, de no haber sido por la desafortunada lesión que sufrió hace unos días, también podríamos decir de Yerry Mina. Los tres jugadores mayores, en mi opinión, fueron bien escogidos: Teófilo Gutiérrez y Dorlan Pabón pueden dar no sólo gol, sino un apoyo en pases y en arrastrar marca a una de las revelaciones más gratas del fútbol colombiano en este 2016: Miguel Borja; mientras que William Tesillo cubre la baja de Mina. Además, están jugadores como Wilmar Barrios, Harold Preciado, Cristian Borja y Deiver Machado, que han demostrado su talento en la Liga Águila. No sé si puedan llegar al oro: Brasil se ha preparado para este torneo más que para la Copa Centenario (basta pensar que Neymar será su capitán y tienen a Rafinha Alcántara, Marquinhos y Felipe Anderson); México no es solamente el campeón vigente sino que tiene una reconocida estructura de divisiones menores apoyada por el incombustible Oribe Peralta y el talentoso Erick «Cubo» Torres; Alemania trae a jóvenes promesas como Niklas Süle, Matthias Ginter y Serge Gnabry apoyadas por los gemelos Bender; y Argentina tiene a Manuel Lanzini del West Ham, Jonathan Calleri de São Paulo, Ángel Correa del Atlético de Madrid y Giovanni Simeone (sí, el hijo del Cholo). Pero se puede llegar más lejos de lo que creeríamos muchos, sobre todo recordando el triste antecedente de nuestra generación dorada de 1992.
¿Pueden ser los Olímpicos más importantes para el deporte nacional? No lo dudo. No sólo porque llevamos la delegación más grande de toda nuestra historia (al día de hoy, 148 atletas, mayor que la de países como Cuba, Dinamarca, México o Bélgica y similar a la de Suecia o Sudáfrica) o porque sea la más cercana geográficamente a nuestro país (y, por ello, se puede esperar que los aficionados colombianos estén acompañando a nuestros atletas). Sino porque, si hace algunos años nos sentíamos cómodos con un bronce, hoy en día vamos por más de un oro. Somos, hoy en día, una de las cinco potencias deportivas americanas junto a Cuba, Estados Unidos, Canadá y Brasil. Así de simple.
Voyeur: Unas son de cal, unas son de arena. Mientras escribo este post, he notado las reacciones a lo ocurrido el fin de semana en Iquique con la serie de Copa Davis entre nuestro país y Chile. Más allá de las obvias y lamentables condiciones de la cancha chilena, resulta claro que Santiago Giraldo tiró una pataleta como si fuera un niño chiquito. Veamos los hechos de una forma simple: primero, no rechazó la cancha en el primer juego -que ganó contra Nicolás Jarry- sino en el segundo. No se retiró al principio del segundo juego, cuando pudo haberle dado el espacio a otro jugador (tal vez Juan Sebastián Cabal o Robert Farah), sino a punto de perder el segundo set y obligado a ganar los tres sets que le quedaban para obtener el punto colombiano. Giraldo es un jugador talentoso, a nadie le cabe duda. Pero en lo mental le faltan varios chips, sobre todo en un deporte donde la fortaleza mental lo es todo como el tenis. Si el pereirano tuviera decoro, anunciaría su retiro de la selección de la Copa Davis. Seguramente algún tenista joven con hambre de triunfos puede hacer lo que Giraldo, con todo su talento, dejó tirado.
En los oídos: Heartbreaker (Led Zeppelin)