Algunas veces cuando las circunstancias lo permiten sin poner en riesgo a los demás y sin quebrantar la ley, es agradable disfrutar del rendimiento, el agarre en las curvas y el frenado de nuestro vehículo. Las buenas dosis de adrenalina que nos puedan «acelerar« hacen que en estos momentos subamos de vueltas o revoluciones nuestro auto al máximo en cada cambio, o casi.
Es gratificante y se necesita de vez en cuando andar un motor a gasolina o Diesel en altas revoluciones, bien acelerado, pues para eso están hechos. O lo puedo llevar bajo de revoluciones en el tráfico urbano, para economizar combustible. Cuando se presentan estas situaciones es donde debo recordar la esencia del tema que aquí se tratará: nunca, se debe olvidar que existe una relación entre la cantidad de acelerador que «pisa« y las revoluciones a las que va el motor.
Teniendo en cuenta ésta relación, hablemos a manera de ejemplo de el típico manejo de una persona inexperta que llega a la esquina de un barrio en tercera marcha a 1200-1500 revoluciones por minuto y muy tranquilamente, sin bajarlo a segunda, continúa acelerando; lo peor es que lo hacen con el acelerador a fondo o casi, sometiendo el motor a un esfuerzo bastante importante, reduciendo bastante su vida.
Es con esta forma de conducir –bastante agravada cuando el motor aún no llega a su temperatura normal de funcionamiento– en donde el motor sufre el máximo desgaste, pues las bajas velocidades de los pistones producto de llevarlo en bajas rpm, a las que se suman las fuertes explosiones sobre estos –producidas al llevar el acelerador a fondo o casi, como en el ejemplo– dan como resultado el cabeceo–desbalance de los pistones en su movimiento ascendente–descendente, aumentando el desgaste motriz especialmente en la zona cilindros–anillos.
Sin embargo este tipo de conducción no es la única que puede producir desgastes prematuros en los motores. A pesar de que siempre han existido máquinas durables –en especial las de los últimos 15–20 años– el llevarlo también en altas revoluciones permanentemente, sobre las 4000, producirá un desgaste mayor y una menor durabilidad del motor por el lógico hecho de que sus pistones, anillos, y el resto de sus partes en movimiento y rozamiento irán a mayor velocidad, con lo que habrá lógicamente menor durabilidad; además se consumirá y contaminará más.
Se puede concluir que la mejor forma de llevar el conjunto motor, acelerador, y caja de velocidades, es poniendo en práctica la relación directamente proporcional que existe entre las revoluciones de el motor, y la cantidad de acelerador que estoy pisando.
Entre más altas sean las rpm, se puede y se debe dar más acelerador; y entre más bajas menos acelerador por lo anteriormente explicado. Por otra parte es bueno hacer una aclararación sobre un mito existente en lo que tiene que ver con llevar bajo de rpm un motor: se habla de que no es apropiado hacerlo debido a que la combustión de la mezcla aire–combustible en bajas no es ideal, y el motor se carbona por dentro.
Esto no es del todo cierto porque depende de la situación y especialmente del estado de la máquina, y de su sincronización. Mientras sus componentes y reglajes estén bien (filtros, inyectores en buen estado, bujías, parámetros de funcionamiento originales en la chispa–encendido y apertura de inyectores, etc) la famosa carbonada no tiene porqué aparecer mientras se aplique nuestra mencionada fórmula: si va bajo de rpm lo llevará ligeramente acelerado y, paulatinamente lo acelera más, a medida que suba el régimen de revoluciones.
De esta forma la famosa carbonada no aparecerá pues en los motores con inyección la tendencia bajo poco acelerador es a tener la mezcla lo más pobre posible, o sea, con poca gasolina pues es ésta en gran parte, la que en exceso es la causante de el dañino carbón.
Adicionalmente con esta forma de conducir consumimos menos combustible, y somos más amigables con el medio ambiente al emitir menos gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Algo diferente puede ocurrir en los motores con carburador pues la mezcla es menos perfecta y en bajas rpm, sí puede eventualmente carbonarse pero esto no quiere decir que no se pueda rodar algunas veces en bajas aplicando ‘la fórmula’; se debe estar –como en los de inyección– bien de filtros, bujías, encendido, carburador limpio en sus parámetros de funcionamiento, etc.
Finalmente, los autos de caja automática son los que aplican perfectamente la relación explicada pues si usted inicia la marcha con el acelerador apenas pisado, hará el cambio a 2a a pocas rpm y en corta distancia habrá insertado 3 o 4 cambios.
Todo lo contrario ocurrirá si arrancamos a fondo: se va al máximo de rpm en 1ª, en 2ª, 3ª, 4ª y así sucesivamente. Ésta es la que nos da el perfecto ejemplo de cómo aplicar bien en la práctica, el tema del que trata este artículo.
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