¿Novedades del Mégane II? Luces y limpiabrisas que prenden solos, tarjeta con botón para encendido, más espacio, menos ruido, 6 sofisticados airbags, y unas líneas que dejaron obsoleto al modelo anterior
El Mégane sigue la evolución, la más notoria en el paso de una generación a otra, y se presenta en el salón del automóvil de Bogotá en noviembre de 2004, como el Mégane II modelo 2005. Fue el auto del año en Europa año 2003 (como el R9 en 1982, 21 años antes…..), creció como se esperaba, y era aún más seguro en accidentes de las mismas características. La imagen del auto era tremenda, con trazos rectos por todos lados, no había una luz ni nada en común con el anterior Mégane I.
Además con una longitud de 4,5 metros, pero especialmente por la distancia entre las ruedas delanteras y traseras de 2,686 metros y los cortos voladizos en ambos extremos, parecía ser más grande. Aprovechando el buen y generoso equipamiento, Renault lo comparaba con los del segmento superior. La curvatura del vidrio trasero ponía al hatchback bien adelante en el tiempo, lo conserva vigente hasta hoy, y evoca a las locomotoras de vapor.
Mégane II sedan, moderno, diferente, original. Dejaba obsoleta a la 1a generación
Un frontal más delgado, una tapa de baúl más alta que hacía inclinar aún más el vidrio trasero ponían su cuota para hacerlo aún más aerodinámico; mejor, tan aerodinámico como el I, pero con más silencio y agarre a altas velocidades. Con todo, dejó una buena superficie para los vidrios laterales, y los prominentes y más amplios pasos de rueda denotaban por qué era el último en llegar. El 5 puertas no penetraba tan bien en el aire, con un CX más alto de 0,35, así como sucede con todos los hatchbacks.
Los vendidos en Colombia vinieron 2 litros gasolina de 140 hp y 19,1 de torsión, con eje de levas de posición variable en admisión, para, en la casi eterna lucha de todos los nuevos, tener más poder (eficacia), y ser más eficientes (consumo y contaminación). Caminaban bien, incluso el automático de sólo 4 marchas (apenas Mercedes mostraba su nueva automática de 7 en el gigante clase S), aunque las diferencias con la competencia no eran tan notorias como en la primera generación, a pesar de tener 6 cambios en el mecánico.
Destacados avances en Mégane II
¿Dónde más están los avances con respecto al Mégane I y demás, tema central de ésta nota? Se »contaminó» para bien del consumidor, con lo último que impregnaba al mundo automotor: dirección con asistencia eléctrica para no quitar potencia al motor -muy suave estacionando, menos precisa y comunicativa en marcha-, encendido por medio de tarjeta que al ponerla en su alojamiento dejaba prender el motor al oprimir un botón (igual para apagarlo) herencia del Laguna II, asientos delanteros con espuma de 3a generación filtro PADIM y filtro acústico (las sillas ayudan a suavizar o endurecer la marcha en cualquier carro).
Único en su segmento con una parte trasera tan atrevida
Fue el primer compacto en lograr 5 estrellas en las pruebas de seguridad de Euroncap, donde, con una estructura – cabina con elevado poder de absorción de energía, por nada empataba las notas con el sempiterno Volkswagen Golf V del 2003, referencia y modelo a emular por la competencia. 6 airbags que se inflaban en 2 etapas (los 2 delanteros) dependiendo del peso del ocupante, -hasta 8 en opción en otros países, fue de los primeros en optar por laterales en cada puerta de atrás-, pretensores dobles en cada cinturón de la silla delantera, uno para la diagonal, el otro para el de cadera.
Pretensores sencillos en los cinturones laterales traseros, que en general no dejan impulsar al cuerpo más allá de una distancia corta y segura para evitar golpes contra el timón – tablero, y contra las sillas delanteras. Si el esfuerzo de los cinturones sobre el cuerpo pasaba de ciertos valores, entraban a trabajar los limitadores de carga, para todos los ocupantes.
Diseño muy arriesgado que mató comercialmente a sus hermanos mayores Avant time y Vel Satis. Para el Mégane II 5 puertas, todo lo contrario….
Algo novedoso que hasta hace unos 5 años se empezó a difundir como aporte a la seguridad activa, es el encendido de las luces intermitentes de estacionamiento, cuando por encima de 50 kms se frena con todo el poder para alertar a los autos de atrás. Los seguros de puertas se ponían solos ya a 10 de velocidad, sensores de luces y limpiabrisas los prendían automáticamente (variaban automáticamente la velocidad en proporción a la lluvia), el retrovisor oscurecía solo, y los espejos laterales tenían desempañadores.
El freno de emergencia se activaba con un peculiar mando muy parecido a los aceleradores de avión, los vidrios delanteros estaban programados con antipinzamiento para no triturar las manos, al igual que el techo corredizo opcional que al final de vida no se ofreció; el timón tenía magnesio para óptima deformación, y hasta la bomba del líquido de frenos era colapsable durante el accidente. Está por demás mencionar que todos tenían frenos abs con reparto electrónico de la fuerza de frenado, y asistencia durante frenadas de emergencia. La seguridad como un todo fue uno de sus grandes valores.
Los asientos cómodos y envolventes complementaban un buen viaje con la notoria presencia de una guantera amplia y refrigerada, y cajoncitos, gavetas incluso bajo el suelo, como en la Scénic; también hay generosos espacios en los apoya brazos al levantarlos en las puertas, y la cabina tiene muy buen aspecto, de primera línea, con un tablero e instrumentos que en su momento simplemente decían »soy avanzado». La posición de manejo, regular en Mégane I, mejoró muchísimo, con un timón más vertical que deja ver bien los instrumentos, con pedales y silla alineados.
Delicioso estar al mando de un Mégane II
Realmente un auto completo, vanguardista, que en su momento mostraba una de las mejores relaciones precio/valor del mercado. Como nada es perfecto (o casi….) el Mégane II generó y genera como usado, desconfianza, por problemas de índole mecánico y electrónico que pueden leer en el artículo que hice al respecto, y complementar con los análisis hechos con base en »montañas» de kilómetros y años, por la reconocida Whatcar del Reino Unido, entre varias publicaciones que estudian a fondo los vehículos en estos aspectos.
La llegada del Mégane III y Fluence consolida la calidad
Con la llegada del Fluence (diríamos Mégane III sedan) y del Mégane III de 5 puertas, de la planta de Renault en Turquía, me adelanto a decir que al contrario del anterior, su calidad con respecto al buen funcionamiento y longevidad está más que asegurada en los que ruedan por todo el planeta, donde con seguridad la mano de la subsidiaria Nissan tiene mucho que ver: ustedes mismos lo pueden comprobar.
Creció más, 12 centímetros, la fisonomía es totalmente diferente (menos arriesgado e imponente al vistazo, pero luce moderno y elegante), con un techo que cae aún más en su recorrido final. El Fluence y Mégane III comparten el chasís, dejando 2 centímetros menos entre ejes para el hatchback, con respecto al Fluence que tiene 2,70. Lo que mejora o se presenta como novedad para Colombia, en parte, no es tan contundente como lo fue la presentación de la 2a generación. Motores 2 litros y 1.6 en gasolina, desarrollados por Nissan y Renault respectivamente.
¿Qué tal el mando para el freno de emergencia en el Mégane II?
El motor de 2 litros sube 3 caballos y notables 0,7 kilogramos metro de torque a 143 y 19,8 respectivamente; claro, contamina menos, y mantiene los buenos consumos. Caja de 6 mecánica en el 1600 que entrega 110 caballos, y automática CVT de relaciones que varían continuamente. Éstas cajas dejan ver sus bondades en consumo reducido, y confort a velocidades medias o altas.
Cuando se acelera con toda ‘clavan’ el motor en la parte bien alta de las rpm lo que en el otro extremo, si se acelera a fondo con frecuencia, perjudica el consumo y la acústica en el habitáculo. Se puede llevar en manual, donde hay 6 relaciones ‘artificiales’ programadas que simulan pasar de un cambio a otro.
Las cotas de espacio mejoran un poco, con más cms para las piernas y en altura total para los ocupantes traseros. Según lo esperado la cabina es más rígida, mantiene el bajo nivel sonoro, y cambia casi todos los materiales plásticos duros del interior, por otros más consistentes y de buen tacto. La calidad visual y táctil es de alto nivel.
El Fluence (lo llamo Mégane III sedan) y su hermano, entre los Renault más durables y de buen funcionamiento en la historia de la firma gala
No tan generosos en la tercera entrega
¿Qué novedades adicionales al Mégane II ofrece para Colombia, en línea con el avance de los autos, además de la ‘aburrida’ técnica? Aire acondicionado automático (climatizador) que mantiene temperaturas diferentes para conductor y copiloto. La tarjeta de encendido ya no hay que introducirla en el lector del tablero. Con llevarla en el bolsillo se puede prender el motor y subirse tocando la manija.
Control de crucero y limitador de velocidad controlados desde el volante, sensores traseros para estacionar con una secuencia de bips que aumentan a medida que se acortan las distancias. En conectividad, radio MP3 con auxiliar y USB controlable desde el mando satelital en el timón, y Bluetooth. Ahora los 4 vidrios son antipinzamiento y los retrovisores se abaten eléctricamente. Grave, faltó venderlos con el control de estabilidad y, no hay más que decir, para nuestro mercado….
En Europa hay sillas con calefacción, freno de ‘mano’ con mando eléctrico, cámara de reversa, rines 17, sonido Bose con 8 altavoces y caja de bajos, caja mecánica con embrague automático como la DSG del grupo Volkswagen o la Powershift de Ford, GPS, techo panorámico que era opción en el II, pantalla táctil con toda la conectividad para bajar nuevos programas, luces diurnas con ledes, start – stop que para el motor por economía después de unos segundos de estar quieto y lo vuelve a prender soltando el freno en el automático, y oprimiendo el clutch en el mecánico.
Mégane III 5 puertas, con diseño menos arriesgado que el anterior. Un clásico – moderno
Y más para Europa…..sistema de recuperación de energía al frenar o desacelerar (va directo a las baterías mientras el alternador descansa), motores downsizing como el 1.2 de 4 cilindros gasolina turbo con ¡130! caballos, y un torque entregado en un 90%, desde 2000, hasta 4000 revoluciones por minuto.
Por esas cosas que pasan en Colombia, la buena y libre competencia (relativa porque los TLC dan ventajas a ciertos países para que sus autos sean más económicos), y el costo de la importación por las monedas y gravámenes, se fueron de las vitrinas desde fines del año pasado -creería que unos pocos se vendieron empezando 2015-, los excelentes Fluence (desde 2011 en Colombia) y Mégane III 5 puertas, unos perfectos escaparates de lo último y lo mejor dentro del segmento más peleado en Europa, el C – D (ya no son tan compactos).
Materiales de tablero con excelentes instrumentos, algo común e idéntico en el Fluence y el Mégane III
El rodaje y uso por miles de propietarios, la prensa especializada, y empresas en sus flotas, hasta hoy, dejan como evidencia junto al Logan y Sandero, -apariencia, tacto y remates aparte-, en Colombia y el mundo, que son hasta hoy, los Renault mejor construidos, operando muy bien a medida que envejecen.
Lástima que los potenciales clientes colombianos no concretaron suficientes negocios, seguramente por desconocimiento de lo hablado (o por conocimiento del mediano equipamiento para su precio?), por el estigma con el que a veces muchos se refieren todavía a una marca ‘colombiana’ como Renault cuando en realidad nunca lo ha sido, por el hecho de ser ensamblados en el país; se escucharon comentarios referentes a poca exclusividad -por el número de autos que ruedan-, menor tecnología o calidad, lo anterior, totalmente desfasado de la realidad.
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DESDE EL RENAULT 9, HASTA MÉGANE III Y FLUENCE (PARTE 1)
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