El aire acondicionado mantiene la temperatura constante seleccionada que conlleva al confort,  aporta también en la seguridad como desempañador, y mantiene a los ocupantes despiertos (fundamental para el conductor), bajo altas temperaturas externas

Primero explicaré rápidamente por qué el aire acondicionado encendido resta de la potencia generada por un motor, y hace que el consumo aumente en el momento de estar enfriando. Uno de los elementos fundamentales para el funcionamiento del aire acondicionado es el compresor que presiona o ‘empuja’ el gas refrigerante por todo el sistema. El compresor a su vez es movido por el motor del vehículo, por medio de una correa. Se ‘roba’ siempre que opera, alguna potencia del motor, lo que produce un aumento del consumo de combustible porque hay que acelerar más.

El compresor se ‘engancha’ no de manera permanente sino por periodos de tiempo cortos o largos según la cantidad de aire que se pide en cabina, las diferencias de temperaturas entre la que se pide adentro y el exterior, y hasta por la distribución que se hace del aire dentro del habitáculo según el ángulo por donde más incide el sol. Incluso en los más avanzados hay sensores que leen la temperatura corporal (Lexus en su LS 460 incluyó unos infrarojos por primera vez desde 2007) y así orientar más o menos flujo de aire hacia un ocupante con respecto a los otros.

Ni los actuales sistemas start stop son impedimento para una cabina bien enfriada. Sofisticación, compresores más eficientes, componentes muy precisos, desconexión momentánea del compresor con el motor al pisar a fondo algo implementado a mediados de los 90s, pero aún se resta poder al motor.

Vidrios abiertos, contra aire prendido, ¿qué se debe hacer? Con los vidrios abajo y el aire  apagado se consume menos, hasta cuando se alcanza unos 70 kms/hora, según lo visto en los tests sobre las modernas y penetrantes carrocerías actuales, incluyendo las famosas camionetas suv que son menos aerodinámicas que un carro. Nadie puede declarar con exactitud la proporción de combustible que se ahorra, cada vehículo es un mundo aparte, con las condiciones en las que opera.

En tráfico pesado es donde más se nota el ahorro   -digamos como ejemplo que el compresor quita siempre 5 caballos-,    porque al ir bajo de rpm con pocos caballos disponibles, la ‘engranada’ del compresor se nota más, y toca pisar más el acelerador, algo que es menos notorio con el motor girando en altas, de 4 – 4500 rpm en adelante.

La pérdida de potencia se puede percibir si estamos atentos cuando vamos acelerando en medio del tráfico con el motor girando en bajas o medias rpm: de inmediato se siente un leve ‘frenazo’, en la velocidad con la que el motor iba ganando revoluciones.

El aire operando en tráfico, o bajas rpm, se nota mucho más en motores pequeños, de unos 2.5 – 3 litros hacia abajo, con la notable excepción de los pequeños muy populares alimentados con turbocargador, buen reflejo de la actual moda downsizing. Los grandotes se salvan porque yendo bajos de rpm, están entregando ya una buena cantidad de torque y potencia, algo que no se puede esperar de un motor chico. Así, el compresor se acopla, y hasta puede pasar desapercibido.

En ciudades colombianas de clima frío como Bogotá, Pasto o Tunja, se puede andar sin aire, mientras el sol esté oculto, buena forma de ahorrar, imposible de lograr en clima caliente, aunque con menor incidencia porque al estar cerca, o en el nivel del mar, el compresor, restando los mismos 5 caballos en Bogotá que en Cartagena, le está ‘robando’ a un auto que está con el 100% de su poder al nivel del mar, o casi. Y eso es bueno para los más chiquitos que son los que proporcionalmente pierden más con la altura.

Así, con aire apagado, tenemos ahorro en tráfico pesado/bajas velocidades, algo que interesa muchísimo más al dueño de un 1 o 1.5 litros de 100 ‘potricos’, que al de la poderosa camioneta con un 3.5 de 6 cilindros con casi 300 caballos: parte del costo total de mantenimiento llega como producto de lo que se gasta en combustible. Esto, para vidrios abajo andando despacio. ¿Y si aumentamos la velocidad?

Desastre para la billetera. Con los vidrios abajo, así sea con 3 centímetros, se está generando más resistencia al avance porque el aire entra a la cabina y  frena el carro. Entonces, se necesita más acelerador para mantener la velocidad, que si fuera con el aire encendido y los vidrios bien cerrados. Se lidia con el tanque de gasolina que parece desfondado, cuando los vidrios van abajo en una camioneta que ya tiene peor aerodinámica que un automóvil, y entre más alta y ancha empeora la situación; con equipaje en el techo, ni hablar….

Por tanto lo mejor en carretera es llevar vidrios arriba con el aire encendido. Además, salvo que se viaje en montaña permanente, con máquina pequeña donde se cae a bajas o medias revoluciones con frecuencia mientras se adelanta una tractomula, la entrada del compresor se nota menos transitando a velocidades de 80 o 100 por hora  (bien impulsado) casi constantes, con el motor entre 3a y 4a velocidad  girando entre 3500 y 4000 rpm, donde 5 caballos restados no se notan tanto como a 2000 rpm.

En síntesis, y para los que necesitan ahorrar dinero, lo mejor es apagar el sistema en el denso tráfico de las ciudades de clima frío; usarlo siempre para desempañar, y cuando se puede llevar el motor  -en los más chiquitos-   aceleradito  (en velocidad y rpm) en carretera de manera constante. Si los fondos personales no se afectan, y anda más tranquilo por seguridad con los vidrios arriba, además de evitar el ruido y más contaminantes entrando directamente por la comodidad de un eficiente climatizador, ¿por qué no disfrutarlo cuando quiera?

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