No cae nada mal un motor turbo de 2.5 litros en la que, quizá, es la camioneta más agradable de su tamaño. La versatilidad no riñe con el lujo ni con la agilidad de conducción
No es un secreto el éxito de la CX5 en Colombia y el mundo. Por donde mire, encontrará una. El año pasado sus ventas totales en Estados Unidos superaron a las de la suma total de todos sus hermanos en ese mercado. Más o menos un cuarto de las ventas totales de Mazda en el mundo son de la CX5.
La firma de Hiroshima eligió el sendero correcto para fortalecer sus finanzas. ¿Virtudes? Sin ser la más capaz fuera del pavimento, o tener el baúl más grande, está a un nivel superior del promedio en calidad general de ejecución, en la forma como se conduce, refinamiento, estilo, y en lo que transmite. Mucho más, cuando pisamos el acelerador de la turbocargada Signature.
Me gusta como se siente la apertura de las puertas de casi todos los Mazda actuales y la CX no es la excepción. El resumen al volante, sin iniciar la marcha, es que la silla es excelente por suavidad y contorno exacto. Al mirar el tablero y puertas empiezan los destellos de lujo, detalles que la diferencian con muy buenos terminados: piezas en madera zen (con la que se fabrican los muebles más tradicionales de Japón), y un lujoso cuero Nappa que cubre las sillas y los bordes de la consola.
La forma de los aireadores; controles de clima; el emplazamiento de la pantalla táctil, como si estuviera en la arena por la forma del tablero; y la calidad visual general, la pone un escalón por encima de sus rivales. El diseño exterior por todos conocido, creo que tiene su mejor parte en la esquina trasera con 3 protagonistas mezclados: los altos alargados y suaves stops, el paso de rueda, y la lámina entre ellos. A otros les puede parecer mejor el frente con la inconfundible persiana que termina restando espacio a las luces led (inteligentes en éste nivel de equipamiento), con el remate del ala cromada. El sello de Mazda nos emociona al primer vistazo, y nos atrapar por medio de casi todos los sentidos.
¿Y el motor? La experiencia de uso y manejo la complementan los 228 caballos y un generoso torque de 42,8 kilogramos/metro. Algunos creen que 228 de potencia no es mucho para un 2500 turbo gasolina. Al contrario, con el torque -o par motor- el desequilibrio entre ambas cifras tiene su razón, puesto que en el desarrollo del motor que nació para la CX9 actual, Mazda concluyó que el usuario tipo rara vez hacía pasar la máquina de las 4000 revoluciones, lo que necesitaba era torsión y no potencia final expresada en caballos.
¿Traducción en el uso habitual? La respuesta es casi inmediata paulatina y notoria, con el motor desacelerado, incluso a bajísimas 1500 revoluciones, lo que hace fáciles los adelantamientos en carretera o subidas aumentando la seguridad activa, sin tener que apretar subiendo las revoluciones. Por ejemplo, en 4a marcha con medio acelerador, se impulsa como si estuviéramos en una 3a corta de mucho poder y en total silencio, porque el motor se escucha desde 4500 hasta las 6000 donde en manual pasa al cambio siguiente y recuerda que pierde poder y no vale la pena seguir girando por encima de 5000.
Eso motivó a Mazda para desarrollar el turbo de presión dinámica ¿Cómo llegaron a tanto torque? El turbo es impulsado por los gases del escape. En bajas revoluciones el flujo es modesto y para acelerarlo es conducido hacia 2 compuertas de diferente tamaño. Cerrando la más grande, los gases y la turbina se aceleran con más prontitud de lo habitual, y así se comprime el aire de inmediato obteniendo los más de 40 kgm a sólo 2000 revoluciones; una vez acelerado, se abren las 2 compuertas, y pasan todos los gases de escape a impulsar la turbina hasta el máximo de revoluciones. La cifra de torque es más o menos la de un motor contemporáneo de 4.2 litros aspirado.
Un tiempo cercano a los 6 segundos y a los 17, le toma acelerar hasta 100 y 160 respectivamente, sobrada. ¿Para que más en una camioneta supuestamente con vocación familiar y aptitudes que no permiten el mal trato en destapado? Apenas para una escapada velocista sin los niños y la señora, con la mayoría de la competencia sobre los espejos.
Y se puede disfrutar mucho en carreteras con curvas sucesivas y perfiles distintos -increíblemente-, sin que los pasajeros tengan que soportar mareos y arribar extenuados al destino. Comprobado, me lo recordó mi sensible acompañante a paso normal y »anormal», casi al límite en algunas curvas cerradas; el G – Vectoring, invención de la marca, es el responsable. ¿Por qué?
Reduce el balanceo lateral y longitudinal de los pasajeros, aminorando sobre ellos las fuerzas de gravedad, en bajas velocidades de ciudad, hasta el tope de sus capacidades. ¿Cómo? Al girar el timón el motor desacelera en lapsos máximos de ¡0,05! segundos, el peso se transfiere adelante aumentando el agarre en esas llantas y cuando vuelve a acelerar, se traslada el peso atrás con el mismo efecto.
Es un sistema fabuloso (¡8 años! le tomó a la japonesa desarrollarlo), la intervención de los complejos algoritmos que gobiernan el sistema permiten una operación anónima hiper sutil sobre los ocupantes. Sencillamente no hay mareos o los mitiga, el cansancio se reduce, y sobre pisos resbalosos o en giros súbitos, aumenta la estabilidad. Su presencia es notoria tras intensas horas en los densos »tacos» al suavizar cambios de carril, y la eterna operación acelerar – frenar. En el G – Vectoring Plus -evolución presente en éste modelo- intervienen los frenos; el video en éste link es perfectamente ilustrativo.
En carretera pisa perfecto, los cambios de apoyo derecha – izquierda, y viceversa, se ejecutan sin balanceos, toda la conducción fluye en armonía, la dirección es muy fiel; no hay que olvidar que llevamos 1.7 toneladas y no se puede agarrar en curvas como un auto tipo Mazda 3, Civic, o un Peugeot 308 por nombrar compactos destacados. Además la velocidad y los cambios en la caja no se sienten, y sentimos que es más liviana….el pedal de freno lo sentí un poco más largo, menos lineal que en otros Mazda, aunque el sistema aguanta bien la temperatura.
Adentro, la capacidad del baúl o el espacio para las piernas de la 2a fila no es el mejor de todas las suv compactas. Sin embargo es holgado para las piernas codos y cabeza de los 2 ocupantes traseros. Si el principal requerimiento es un baúl gigante, hay que girar la vista hacia otras contrincantes.
¿Equipamiento? Hay que recapitular que todos los Mazda que se venden en Colombia tienen 6 airbags y control de estabilidad, la CX5 desde la básica incorpora sensor para encender automáticamente las luces y limpiabrisas, climatizador automático, espejo retrovisor electrocrómico, cámara de reversa, control de crucero, G – Vectoring Plus, espejos abatibles automáticamente, comandos por voz para llamadas – cambios de emisora, etc, e indicadores en rojo que alertan cuando cualquiera de los 5 ocupantes no usa el cinturón.
La Signature turbo es la que más entrega y sobre todas las asistencias a la conducción de la Grand Touring LX (alerta de cansancio conductor, frenado automático ante peatones y obstáculos, alerta y ayuda para mantenerse en el carril, etc), con cámara de 360 grados, head up display, puerta trasera eléctrica, silla conductor eléctrica con memorias y tracción en las 4 ruedas, agrega ventilación para las sillas delanteras, retrovisor sin marco, rines con otras formas en un solo color aluminio oscuro, y pantalla – velocímetro digital de 7 pulgadas.
¿Tiene la CX5 Signature turbo una dura competidora dentro de su propia marca? Sí y no, en función de las necesidades. Una diferencia de menos de 10 millones de pesos la separa de la imponente y grande CX9, hace reflexionar a quienes quieran algo para nada discreto, mucho más voluminoso con 7 puestos, con una cajuela gigante en modo 5 personas y con el mismo motor y equipo.
La CX5 ¡es medio metro! más corta, pesa 300 kilos menos -eso es mucho-, y por ende es más rápida, fácil de estacionar y maniobrar en el tráfico, su costo de mantenimiento es menor por el consumo (las 2 tienen que usar extra), y a futuro, el costo de insumos como pastillas, discos de freno y llantas son favorables para la compacta 5.
Mazda, como firma de volumen, ha declarado la ambiciosa meta de rivalizar con las marcas más reconocidas; con su tamaño y recursos va por encima del promedio entre generalistas, y aunque cerca, no está al nivel de Mercedes, Audi o BMW de tamaños y motores razonables (lejos aún de las gigantes berlinas alemanas, expresión máxima, lo mejor del automóvil), pero reduce mucho la separación, y nos pone a pensar.
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