Un motor de combustión como los gasolina o diésel está todo el tiempo produciendo torque y potencia desde el mínimo de revoluciones hasta el máximo. En el manejo del automóvil, podemos entender hacia cual de las 2 variables se inclina. 

Los motores de combustión siempre queman aire con diferentes combustibles como gasolina, diésel, gas natural o licuado de petróleo, metanol en los de carreras, etc. Esas explosiones controladas desplazan los pistones en el motor, los primeros en una cadena de movimientos mecánicos que finalizan con el giro de las llantas. Con la siguiente analogía, comparando lo que hacemos al montar en bicicleta con lo que pasa en un motor, se puede entender con más claridad: cuando pedaleamos, la fuerza descendente – ascendente de las piernas y pies sobre las bielas, hace girar el plato donde va la cadena que pasa la fuerza a la rueda atrás.

Pasando al motor, la explosión controlada de la combustión desplaza también de forma descendente – ascendente el conjunto pistones – biela (equivalentes a piernas – pies) que hacen girar de manera circular el cigüeñal, equivalente al plato en la bicicleta.

En las dos situaciones y sin profundizar en tecnicismos, cuando se hace girar el plato en la bicicleta y el cigüeñal en el motor, se está produciendo un torque simplemente porque la fórmula en física consiste en multiplicar la fuerza de piernas/pies o pistones, por la longitud de la biela en la bicicleta o el codo del cigüeñal en el motor. El torque, en la práctica, es la fuerza que entrega el motor y en física es un trabajo que consiste en aplicar una fuerza sobre una palanca de cualquier longitud.

Hay que anotar que la cantidad de torque/fuerza casi siempre es directamente proporcional al tamaño del motor y que otra forma de incrementarlo es sobrealimentando la máquina con un turbo (muy populares en los últimos años) o súpercargador, éste último casi extinto, visto actualmente en los 3 litros 6 en línea de Mercedes y Jaguar, movidos con electricidad y acompañando a un turbocompresor.

¿Cómo se puede sentir o se expresa el torque en el manejo de un automóvil? En lenguaje fácil, es la fuerza que sentimos del motor cuando va poco acelerado (no confundir con la velocidad del vehículo), cuando al acelerar con revoluciones bajas o intermedias la respuesta es rápida sin tener que revolucionar el motor bajando a los cambios anteriores. Ahora, ¿qué es la potencia mecánica expresada en caballos? Es el trabajo (torque), que se hace en cualquier cantidad de tiempo; en física, explicada de forma sencilla y aplicada a los motores, es el torque multiplicado por las revoluciones del motor.

Así se entiende que cuando la cantidad de revoluciones en el motor es baja o intermedia no hay muchos caballos, aumentan a medida que el motor sube las rpm hasta llegar al punto de potencia máxima. Entonces el concepto de potencia o sea los caballos, no podrían existir sin el torque, tampoco sin las revoluciones; como el motor empieza a producir torque/fuerza  -aunque sea mínimo-,  en el primer toque al acelerador, también desde el primer toque se producen caballos: eso queda evidenciado al mirar las gráficas de potencia y torsión de cualquier motor.

QUÉ ES MEJOR, ¿TENER MÁS POTENCIA O TORQUE?

Depende de las necesidades y/o el uso frecuente que se le va a dar al vehículo. Para un automóvil/camioneta de uso normal en ciudad, con esporádicas salidas a carretera, lo ideal es el torque abundante, la respuesta pronta sin tener que revolucionar/acelerar mucho la máquina. Esos motores son mayoría en la forma como entregan la potencia y el torque. Los turbocargadores, tan difundidos, tienen en estos motores “familiares” un papel importante porque soplando aire a presión aumentan el rendimiento notablemente con cifras grandes de torque/fuerza en revoluciones bajas y medias, a veces sacrificando en altas la cantidad de caballos, no tan necesarios en esas aplicaciones.

La turbina, soplando sobre tamaños superiores a 1.4/1.5 litros hacia arriba, producen unas cifras de torque/fuerza más que suficientes para que en carretera, enfrentando cuestas pronunciadas, el auto acelere y sostenga una buena velocidad, sin tener que pisar a fondo y sostenido o tener que bajar uno o más cambios todo el tiempo. Distantes de un comportamiento deportivo, esos motores responden mejor ante el cronómetro con sólo pisar el acelerador en el mismo cambio, o acelerando a fondo ya cuando el auto está rodando, en lo que conocemos como capacidad de adelantamiento o recuperación.

¿Cuándo es conveniente disponer de más caballos de potencia? Cuando el motor impulsa un auto deportivo que desde su concepción está pensado para ser disfrutado. ¿Cómo se disfruta en parte? Acelerando bastante el motor, llevándolo hacia la zona alta de las rpm en cada cambio de velocidad porque la respuesta es mejor en altas que en la zona baja y/o intermedia; mejor si es en uno de caja manual.

¿Por qué? Porque el motor se diseña y pone a punto para entregar muchos caballos arriba, sacrificando la cantidad de torque/fuerza disponible en uso más tranquilo donde la respuesta es menos contundente. Lo anterior es relativo, porque con el impresionante desarrollo de los motores, se puede tener una máquina que suba hasta casi 8000 rpm y que su respuesta en bajas y medias sea buena.

A mi juicio, los motores “puntiagudos” se disfrutan más siendo aspirados (o sea sin turbo ni supercargador) y hasta unos 2.5 litros porque aumenta la posibilidad de ser exprimidos con más intensidad y por más tiempo en cada cambio, sin llegar tan rápido a las velocidades tan altas que alcanzan muchos autos en menos de 400 metros. Del número de caballos totales dependen las aceleraciones (el famoso 0 a 100 o ¼ de milla) y la velocidad máxima, llevando el motor a tope en cada cambio, uso que dista mucho del habitual en casi la totalidad de conductores.

Pero como siempre, hay afiebrados y para eso están esos motores, para acelerarlos todo el tiempo, donde el bajo consumo, la durabilidad, baja contaminación y conducción tranquila, no son tan relevantes para sus propietarios. A mi modo de ver, los mejores motores con cifras de caballos y torque inmensas no hacen divertidos todo el tiempo a los autos que impulsan: hay camionetas y autos tan potentes, que la acelerada a fondo dura muy poco porque se alcanzan altísimas velocidades en un instante y el ejercicio se vuelve estresante porque necesariamente aumenta el nivel de concentración para tener el control, y todo el tiempo se está pensando en la distancia para frenar.

Por eso no se disfrutan siempre, salvo en carreteras vacías donde el riesgo se dispara, o en pistas de carreras. ¿Recuerdan los carros poderosos que con alguna frecuencia oímos/vemos acelerar a fondo durante sólo 5 segundos porque de inmediato tienen que soltar el acelerador y además frenar?Sin duda, estamos ante las cifras de caballos y torque más generosas de la historia y proporcionalmente ante los vehículos más rápidos nunca vistos también potenciados por las cajas de 7 y hasta 10 marchas que convierten a los más rápidos en monstruos de la aceleración/velocidad y mantienen a los pequeños motores turbo en la zona de las rpm en que son más eficientes.

¿CUÁNTOS CABALLOS DE POTENCIA Y TORQUE SON SUFICIENTES?

Para un uso familiar un torque desde 190 – 200 Newton/metro bien distribuídos en bajas y medias rpm es más que adecuado, especialmente en los turbo que se afectan mucho menos al trabajar a buenas alturas sobre el nivel del mar. En potencia, 130 a 150 caballos para un peso no superior a los 1200 – 1300 kilos llevarán ese vehículo a cifras decentes de aceleración y recuperación. Lo digo de manera general, con base en la experiencia con los autos, el análisis de las cifras de aceleración de la prensa especializada y las fichas técnicas.

No es la última palabra y por eso se deben tener en cuenta variables que afectan el desempeño como las relaciones de caja y que el motor entregue las cifras que promete. Retomando las cifras, multipliquen casi por 6 esos modestos 130 caballos para conocer los motores gasolina de serie más poderosos actualmente y por 4 para el torque, cercano o superior a los 800 Newton/metro (equivalentes a 81,5 kilogramos/metro o 590 libras/pie). Cuando caen en las manos de los entusiastas modificadores de renombre, caballos y torsión se deben multiplicar casi por 7 y 5 respectivamente.

Y eso que no hablamos de los autos puramente eléctricos, de los más caros, grandes y finos como el Tesla Model S y Lucid Air GT que superan los ¡1000! caballos de potencia, también con la camioneta GMC Hummer pickup eléctrica parada exactamente sobre esa cifra. Y en pocos híper autos eléctricos de hoy, la cifra se acerca o llega a los 2000; el mundo de los eléctricos es también un tema largo e interesante, pero lo trataremos en otra oportunidad.

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