Una entrevista con Carlos Mendoza y Eduardo Benatar, integrantes de Luz Verde, grupo venezolano radicado en Barcelona nominado a mejor álbum de rock en los Grammy Latino 2014.

Carlos Mendoza, Eduardo Benatar y Willbert Álvarez © Luz Verde

Barcelona no es una ciudad tan rockera como lo podrían ser otras en España, por ejemplo Madrid o Bilbao. Barcelona es más bien una ciudad rumbera (en el sentido de la rumba catalana, ese género gitano que se popularizó en los 50), reggaetonera y electrónica. Sin embargo, recorriendo bares a veces uno se encuentra con buenas propuestas de rock. Hace unos días en la Sala Monasterio conocí a Luz Verde y fue muy grato para mi saber que eran de Venezuela. Habiendo crecido en Cúcuta (Colombia) siempre me ha interesado lo que pasa en el vecino país, no sólo a nivel político y económico, sino también, y aun con mayor interés, a nivel artístico.

Con Willbert Álvarez y Carlos Mendoza en las guitarras y voces, Eduardo Benatar en la batería y Pedro Misle en el bajo, Luz Verde ha grabado seis discos, dos en Caracas y los cuatro más recientes en Barcelona, donde viven desde hace 10 años. El más reciente disco, El Final del Mundo Vol. II: Nada es Imposible, ha sido nominado a los Grammy Latino 2014 en la categoría de mejor álbum de rock. En esa misma categoría compiten Molotov, Enrique Bunbury, Doctor Krápula y Don Tetto.

La próxima semana estarán en Las Vegas en la decimoquinta edición de los Grammy Latino. Definitivamente Nada es Imposible, ni siquiera ser nominados a unos Grammy. ¿Los cogió por sorpresa la noticia o ya se veía venir?

Carlos: Nos habíamos inscrito en los Grammy y habíamos postulado el disco pero la verdad es que no esperábamos nada, por eso estábamos poco pendientes de los resultados. La idea inicialmente era llamar la atención estando dentro de los postulados, pero cuando se dio la pre-nominación fue una gran sorpresa vernos ahí. Después, el 24 de septiembre, nos enteramos de la nominación a través del Twitter de un colega en Venezuela que nos felicitaba. Entonces sí fue una sorpresa, todo pasó muy rápido y superó las expectativas iniciales.

Pues felicitaciones, qué buena manera de celebrar sus 20 años de carrera. Recordando un poco sus inicios a mediados de los 90 en Caracas, grupos como Zapato 3, Sentimiento Muerto, Desorden Público… ¿Los influenciaron a ustedes de alguna manera? ¿Qué rock nacional escuchaban y qué de fuera?

Carlos: Básicamente los que mencionabas, Zapato 3, Sentimiento Muerto y Desorden Público eran tal vez los más famosos en esa época. También estaba La Leche, que era más del rollo underground y punki, pero me gustaban mucho las letras, eran para miarse. Después, derivados de Sentimiento Muerto, “Cayayo” Troconis que en paz descanse, sacó un montón de cosas él solo y creó otras bandas como PAN y Dermis Tatú.

Eduardo: A mí PAN no me gustaba pero Dermis Tatú era buenísimo, tal vez el mejor disco de rock que se ha hecho en Venezuela hasta ahora es el único disco que hizo esa banda.

También lo que hacía o hace aún Paul Gillman…

Carlos: Sí claro, aunque Gillman siempre ha sido de la onda metal.

¿Ustedes no tuvieron su época metalera y cambiaron como les ha pasado a muchos?

Eduardo: Nuestro sonido era un poco más hard rock al principio pero nunca metal. Yo nunca he tenido un doble pedal, ni Carlos ha tenido guitarra de siete cuerdas o con picos, siempre guitarras curvas [Risas].

Carlos: La verdad siempre hemos sido bastante clásicos en el sonido. Siempre tuvimos claro que queríamos sonar como los Stones o los Beatles, es decir rock and roll. Pero bien al principio, antes de que Eduardo se incorporara, tal vez sonábamos más a The Cure. Otros grupos de fuera que escuchábamos era los argentinos, todos: Charly García, Fito Páez, Calamaro, Los Rodríguez… Y de México, los Café Tacuba.

¿De Colombia escuchaban algo de esa época?

Carlos: Los Aterciopelados me gustaban mucho, siempre me ha parecido interesante la propuesta de fusión. Aunque bueno, después se pusieron un poco flojos.

Eduardo: … y un poco aburridos. Una vez en un concierto hicieron una versión trip hop de Florecita Rockera, la llamaron Florecita Housera, y el grupo que les seguía era Molotov. La comparación era odiosa porque Molotov es un grupo muy bueno en escenario, divierte, pero Los Aterciopelados ya parecían muy flojos.

A propósito, Molotov es uno de sus “contrincantes”, otro de los nominados a mejor álbum de rock este año.

Carlos: La verdad es que siempre los hemos admirado mucho, tienen unas letras y una energía impresionante. Y Bunbury también, ha tenido sus momentos, tal vez Flamingos es de los discos que más me gusta de él.

Eduardo: Pequeño también es muy buen disco.

¿Lo que hacía Bunbury como Héroes del Silencio les gustaba?

Carlos: A mí sí. Avalancha es un discazo.

Eduardo: A mí no. A mí me parecen más interesantes los trabajos como solista, la banda que armó tenía de todo: metales, violines, teclados, la guitarra sonaba distinto. En fin, sus trabajos en solitario me parecen más respetables musicalmente.

¿Qué los trajo a Barcelona?

Carlos: El panorama musical del rock no estaba muy bueno en Venezuela a principios de 2000, ya habíamos llegado a cierto tope y no había espacio para bandas intermedias como nosotros en ese momento. Entonces decidimos buscar nuevos horizontes, un mercado musical más grande, y como ya teníamos dos discos grabados esa era nuestra carta de presentación. Barajamos las posibilidades entre Miami, Argentina, España, y dijimos bueno España suena bien porque la economía allá es más fuerte y estable [Risas]. Ahora nos reímos pero en el momento de la crisis no nos dio tanta risa. Entonces en 2004 cada quien se vino como pudo, a buscarnos la vida como podíamos y a empezar de cero pero con los dos discos y experiencia en escena.

Eduardo: Sobre todo la experiencia en escena es algo importante del concepto de Luz Verde. Nosotros siempre hemos sido una banda de tocar en directo, y eso es lo que creemos que hace a un músico, la interacción con la gente. Nuestros tres últimos discos los hemos grabado en vivo en el estudio y ha sido una experiencia muchísimo más satisfactoria que lo que hacíamos antes, es decir yo grababa primero la batería, después el bajo, etc. Los primeros discos fueron así porque los hicimos en estudios pequeños, pero desde que cambiamos a La Medusa, que es el estudio donde hemos hecho los últimos tres discos, ha sido posible grabar todo al mismo tiempo, en directo. Es maravilloso.

¿Cómo ven la escena musical hoy en día en Venezuela?

Carlos: Fuimos hace poco y fue grato ver que hay muchas bandas nuevas y aún tenemos público allá. Sin embargo la situación económica no está muy buena, todo es muy inestable, allá sí hay una verdadera crisis.

Eduardo: Es difícil porque aunque uno quiera hacer música en Venezuela la situación económica y política y social es tan crítica que no permite desarrollar una carrera estable.

Al venir a Barcelona se aíslan también un poco de todo ese ambiente político que a la final termina afectando al artista… a no ser que sea un artista que se dedique a hacer arte con contenido político o social.

Eduardo: Bueno no te creas, igual hay muchos músicos comprometidos políticamente que viven allí, pero no la tienen fácil porque el país está tan polarizado que automáticamente cuando te pronuncias en contra o favor de algo pierdes todo el público que no está de acuerdo contigo. No hay manera, le ha pasado a actores de televisión, músicos, escritores, está demasiado tenso.

Carlos: La Venezuela que nosotros conocimos ya no existe, la Venezuela de hoy en día es una pelea continua, con mucho odio y rencillas. Pero bueno, fue bonito darnos cuenta cuando volvimos que estaba gestándose un movimiento musical que está súper bien.

Eduardo: Otra cosa importante que pasó musicalmente en Venezuela es que la gente empezó a escuchar y apoyar el rock nacional. Excepto dos o tres bandas que se hicieron muy famosas, a la gente no le gustaba el producto nacional, pero eso cambió.

¿Cuándo y por qué se dio ese cambio?

Eduardo: El momento de inflexión fue hacia 2006. Hubo una apertura mediática al producto nacional a partir de una ley que decía que había que tener un porcentaje de música folclórica o nacional sonando en los medios, entonces para no cambiar completamente los formatos mediáticos lo que muchas emisoras hicieron fue comenzar a poner música producida en Venezuela aunque no fuera folclore, y entre esos estaba el rock. Eso hizo que la gente se conectara más con el rock nacional.

En Colombia tal vez Los Aterciopelados fueron clave en ese cambio, en que la gente conectara más con el rock nacional.

Carlos: Sí claro, porque comenzaron a rodar en MTV Latino, cuando el canal era de música realmente…

…Y no tanto de realities. A propósito, los vídeos también son clave en su estrategia de difusión y producción musical. Me gustó en particular el de En Llamas, me imagino que fue totalmente improvisado.

Carlos: Totalmente, hacía 40 años que no nevaba en Barcelona y bueno, estábamos ese día compartiendo piso con Willbert y dijimos, consigamos unas cámaras y vamos a la calle a hacer un video. Todo fue muy espontáneo, pero Eduardo no fue, sólo estuvimos Willbert y yo.

Eduardo: Pero bueno, también piensa que Will y Carlos la tenían más fácil con las guitarras, ¿pero que iba a hacer yo? Morirme de frio con las baquetas en la mano… [Risas]

Luz Verde – En Llamas

El vídeo de Luna de Papel también me gustó, si necesitan extras para otro vídeo así por favor llámenme.

Carlos: Jaja, bueno la verdad se hizo un proceso de casting y escogieron a unos chicos de universidad para eso, estuvo divertido.

Eduardo: Pero nosotros no salimos en la fiesta, sólo tocando, la parte aburrida del video la verdad [Risas].

Luz Verde – Luna de Papel

A propósito, un Catalán va a ser homenajeado en esta entrega de los Grammy Latino…

Carlos: Claro que sí, el gran señor Joan Manuel Serrat, mi mamá debe estar muy contenta, jaja, y yo también, el tipo ha escrito unos temazos.

Summer Rain es una canción en la que mezclan inglés y español, ¿han pensado en hacer un trabajo sólo en inglés?

Carlos: En esta canción el inglés fluyó, pero no se me da en una forma natural. Más adelante podría ser una opción, no estamos negados a hacerlo.

Eduardo: El inglés es un idioma mucho más percusivo, es más fácil que cualquier cosa suene bien en una canción, pero el castellano es un idioma que necesita tener más fondo para que suene bien. Parte del mérito del rock en castellano, con algunas excepciones por supuesto, es que hay sustancia en sus letras. Es parte de lo que me gusta de lo que hacemos en Luz Verde, que las letras tienen sustancia.

Me da la impresión de que Barcelona no es una ciudad muy rockera…

Carlos: Te da la impresión exacta. Cuando llegamos en 2004 habían cerrado muchas salas de concierto, gustan más las cosas en formato pequeño, entonces tuvimos que adaptar nuestras canciones a formato acústico. Debimos irnos a Madrid, es más movida la escena allí, jeje, o incluso Bilbao, pero bueno, básicamente queríamos una ciudad con playa. El único que había venido antes era Eduardo, pero a él no le gusta la playa, jaja. Pero en fin aquí estamos y nos adaptamos al rollo de Barcelona.

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