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LA VÍSPERA: “Llovía con maldad”
Como suele ocurrir, el equipo de la Casa Editorial EL TIEMPO llega un día antes del Festival a Valledupar. Esta vez, la primera visita fue al Parque de la Leyenda que estaba siendo adecuado para comenzar el encuentro.

Allí estaban Emiliano Zuleta, “vuelto un quinceañero”, tal cual como me lo había descrito hacía unos días Sergio Luis Rodríguez, el acordeonero de Peter Manjarrés. Estaban allí, de hecho, todos los músicos del cantante, esperándolo para ensayar.

Emiliano, totalmente rejuvenecido después de su tratamiento para bajar de peso, me habló de su sorpresa al saber que el disco que grabó como invitado especial de Peter se había vendido como pan caliente durante la semana previa al Festival. Y ahora, la gente quería verlo tocar los clásicos con Peter, así que iba a tener que distribuir su tiempo entre El Toba Zuleta, el cantante con el que hace pareja, y Peter, al menos durante la fiebre del disco.

También nos contó que en Semana Santa, en el Cabo de la Vela, lo había picado una mantarraya en un pie y había tenido problemas de salud.

Peter llegó, pero la hora del ensayo se prolongaba. También llegaron a esperar su turno Los Niños del Vallenato de la escuela de la Fundación, que empezaron a corretear por el primer piso del coliseo. Pero el turno nunca llegó, ni para los niños, ni para Peter. Porque empezó a caer el diluvio, que un amigo de Peter describió diciendo: “Llueve, y llueve con maldad”.

Tanta, que el agua empezó a inundar el coliseo, los que esperaban detrás de tarima fueron corriendo sus sillas, huyendo del agua. Y pasaron las horas sin que nadie osara a asomarse o a salir. Se dice entre los vallenatos que no hay inauguración del Festival sin lluvia. Pero, quizás, esta vez el Festival le hizo el quite a esa cita anual con la lluvia, porque al cambiar de fechas, el diluvio llegó en la antesala. No como el año pasado que comenzó con un desfile de piloneros empantados.

PETER Y LA REINA
La reina infantil que se coronó el año pasado Yeimy Arrieta, estaba entre los niños que iban de un lado a otro. Vi en sus ojos la admiración y el cariño que siente por Peter. Manjarrés le recordaba: “Te lo dije, te lo dije que tú ibas a ser la reina”, decía.

Y ambos me contaron una historia: antes de que Yeimy se convirtiera en la primera niña en obtener una corona en el Festival, Peter fue a tocar a su pueblo. Ella logró acercarse y decirle que algún día quería tocar con él. Y de hecho, Peter, conmovido, la invitó a subir a la tarima en un concierto. Al oírla le auguró el triunfo. Y eso los hizo buenos amigos.

Pero la lluvia nunca opaca la alegría del Festival. Y parte de la felicidad de es atardecer, fue ver a Emiliano Zuleta Díaz escuchando con atención las canciones que interpretaba en el acordeón el niño Sebastián Sepúlveda, de 7 años. Semillero hay para rato.

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