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Comienza el Festival Francisco El Hombre, de Riohacha. Y el departamento parece haberle puesto mucha fe, traducida en presupuesto, porque un día antes de comenzar la expectativa en promoción que han hecho indica que es un festival que nace grandotote.

Lo importante lo han dicho ya los participantes en la competencia: le da a la nueva generación la oportunidad de competir con sus propuestas comerciales contemporáneas. Eso llevó a los hijos de varios cantantes consagrados a competir entre sí, lo que supone una gran atracción y una gran oportunidad para que la gente deje de identificarlos como «el hijo de tal» y empiece a gritar sus propios nombres. Traducción: tendrán vitrina.

Chévere también que premie al cantante. Si bien, la magia del Festival Vallenato de Valledupar, y de muchos otros, es que no ha dejado que el protagonismo del acordeonero decaiga (en oposición a las grabaciones comerciales en las que el acordeonero siempre es el segundo en la lista), que un Festival en la vida, como el de Riohacha, quiera darle visibilidad a cantante y acordeonero por igual, no hace daño. Es más, vuelvo a lo anterior, ayuda a consolidarse a las nuevas figuras.

Lo que me pareció curioso es que se declararan puristas en lo único en lo que el Festival Vallenato es bastante abierto: No invitaron a ningún artista que no fuera vallenato, ni como atracción, ni como exhibición ni como gancho para atraer a la gente. Walter Daza, vicepresidente de la organización que lleva a cabo el Festival Francisco El Hombre, que no iban a permitir que otro ritmo le robara el show al vallenato. Bueno, depende de como se mire. Si van a verlo en términos de competencia, eso también podría recordarles a los vallenatos que su mundo no debe ser tan chico, que su calidad debe ser tan alta que pueda robarle el show a cualquier salsero, ranchero, reguetonero o lo que sea que venga.

Y de paso, un invitado, aunque sea uno, de otro ladito, da un airecito a los oídos, y puede ser el gancho para traer gente de otros lados, en una región en la que el vallenato se oye todos los días. Como quien dice, el equilibrio entre ambas cosas puede también funcionar en ese sentido.

Premian al disco del año, otro buen punto. Ellos están claros en que van a hacerse un nicho importante apostándole al vallenato comercial. Eso les da el elemento diferenciador que necesitaban para brillar con luz propia.

Y alguna paradoja debían de tener: se declaran de vanguardia y le ponen el nombre más tradicional y legendario que podían encontrar: Francisco El Hombre. Vaya, quizás porque van a premiar a la evolución modelo Siglo XXI de aquel juglar. Me gusta el detalle. Es como el recordatorio de que esas nuevas músicas que trabajan los jóvenes tiene una raíz, les recordará permanentemente de dónde vienen.

 

A continuación, les dejo el link con lo que dicen algunos de los participantes en este festival, entre ellos Carlos Mario Zabaleta y Jadith Muegues:  http://bogota.vive.in/musica/bogota/articulos_musica/enero2009/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_VIVEIN-4777776.html 

 

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A propósito, me dijeron que al fin van a demoler la Tarima Francisco El Hombre de Valledupar. Es una pena. El argumento es que atentaba contra el espacio público y contra el patrimonio arquitectónico, cultural e histórico de Valledupar. ¿Cuándo comienza lo histórico? El Festival ya tiene 42 años años de historia y esa tarima fue escenario de la mayoría de esos años. 

Ahora no lo ven, pero en cien años, algún fanático del vallenato dirá lo que decimos ahora de los que derribaron templos y construcciones pretéritas que podríamos haber disfrutado ahora. Al saberlo me sentí como el día en que me contaron que en Fonseca habían acabado, hace algunos años, con el camino de árboles que lo identificaba.  

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