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Un año atrás, antes del Festival Vallenato, la casualidad me llevó a la casa de Wilson Rodríguez, el cajero de Beto Jamaica. Allí conocí a uno de los más fieles seguidores costeños del cachaco: Henry Arciniegas.

Ahora vuelvo a encontrarlos, como la primera vez, ensayando en la misma casa, haciéndole fuerza al mismo concursante.

Me sorprendió encontrar a Arciniegas, pero, pensándolo bien, no debía ser extraño.Había olvidado el fervor con que este hombre hablaba de su entonces candidato a rey. Se le escurrían las lágrimas de felicidad la última vez que lo vi el año pasado.

La diferencia estaba en la sensación de tranquilidad de todos. Quizás porque el reinado de Beto está tan reciente que todavía es una gloria presente. En cambio, quizás,los otros reyes que se van a presentar a la contienda tienen que demostrar que siguen en forma.  “No importa si no gana –dice Arciniegas-. Dije que estaría con él hasta el final”.

Como Orangel ‘El Pangue’ Maestre, a quien visitamos a la víspera, Jamaica está de menos palabras que las habituales, concentrado en reparar el resorte de los bajos de uno de los cinco acordeones que trajo a Valledupar.

El acordeón está destapado y Jamaica mueve con delicadeza los mecanismos para señalarme los estragos de la falta del resorte.

Al rato me muestra un destornillador al que le hizo una ranura de emergencia para poder continuar con la reparación.

“Es mejor que cada acordeonero, que conoce su instrumento, repare su acordeón”, dice el cantante y guacharaquero que lo acompañará en la competencia.

Jamaica tapa su acordeón y comienza a tocar. En eso, aparece un compositor vallenato de origen chino, que está lanzando en el festival un álbum con algunos vallenatos en chino, para presentar al mercado oriental.

La canción de este ensayo es un paseo, compuesto y cantado por Beto que dice así:

“Aquí está el cachaco, señores, con su acordeón al pecho. Para demostrarles a todos que toco vallenato. No les temo a mis contendores porque tengo talento. Son completas mis condiciones. Toco, compongo y canto. Ay ombe, con los pitos y con los bajos me muestro, porque soy Rey Vallenato. Ay caramba.”

Tal como el equipo de ‘El Pangue’, la gente de Jamaica está ajustando la duración de la canción. Arciniegas pone la grabadora. Tocan. Se oye la grabación y Jamaica dice qué cosas no le gustan. Son otros que es mejor dejar tranquilos.

A propósito de ‘El Pangue’, fuimos a ver cómo seguía: el conjunto sigue reduciendo el tiempo del mismo merengue que tocaba un día atrás. La noche anterior iban en 5 minutos y pico. A esa hora, poco antes del mediodía del martes, la canción iba en 4 minutos y 45 segundos. Les sobran 15 segundos de canción. Les quedan dos días para tenerla lista.

 

FOTOGRAFÍA: Henry Arciniegas observa como su acordeonero preferido, Beto Jamaica, repara su propio acordeón. Tomada por Mauricio Moreno/ EL TIEMPO

NOTA: Este blog se actualizará varias veces al día, debido al Festival Vallenato.

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