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Lo primero que uno debe hacer si va a hacer un trámite en Claro es llenarse de paciencia, mucha paciencia. Si usted puede tener una sesión de yoga antes, mucho mejor. O prepárese con una hora de anticipación, tomando goticas de Valeriana, que no le hacen daño. 
Cuando se sienta preparado, listo para enfrentar el reto, no lo piense ni un segundo, porque se arrepiente. Solo arranque de una vez al centro de atención en Claro. 
Y para hacerle un poco  más fácil el asunto, aquí le cuento qué le van a decir, si su trámite es el de mandar a arreglar el teléfono que tiene garantía de Claro. 
Apenas llega usted se va a encontrar con una fila que es algo así como la oficina de triage de los hospitales. La señorita que lo atiende tiene la misión de encaminarlo a usted, según la importancia del asunto. 
Usted le dirá a la señorita que necesita que le arreglen su teléfono porque se recalienta, no salen llamadas, se resetea, etc. Lo que sea que le pase. Ella pondrá cara de pocos amigos y le preguntará si trajo el cargador del aparato. Por supuesto que usted nunca imaginó que tenía que llevarlo. Entonces la señorita le dará un número de turno y un papel y le dirá que no cree que se lo reciban porque no lleva el cargador. 
Cuando ya llegue al mostrador de atención al cliente, un funcionario de Claro, que hará de tripas corazón para poner una sonrisa en su rostro, le preguntará el número de teléfono y mientras va buscando en pantalla le dirá que llene el papel que le dieron, indicando qué es lo que tiene el aparato. 
Después de entregarle el papelito, el funcionario le preguntará: ¿Ya hizo copia de seguridad)? Y usted pondrá cara de sorprendido porque nunca imaginó que tuviera que hacerlo para que le revisaran su aparato. Se devolverá, todo aburrido, con la certeza de haber perdido su tiempo y depende del genio con el que esté dirá unas cuantas cosas, o por lo menos las pensará. Por eso es mejor lo de las goticas de Valeriana antes. 
Llega usted al otro día, con el cargador entre el bolsillo, el teléfono en la mano, las goticas de Valeriana y el papelito que le entregaron a la entrada para que escribiera todo lo que le pasa a su aparato. 
Se encuentra con la funcionaria de atención al cliente y empieza el ritual: ¿cuál es la marca?, le pregunta. Usted muestra su Blackberry. ¿Cuál es la falla? Y usted empieza a contar lo que sufre con su teléfono, mientras su interlocutor no deja de hacer cosas en el computador y al final le pide el papelito en donde usted describió las fallas. 
¿Ya le hizo copia de seguridad?, le pregunta. Y usted pone una sonrisa de oreja a oreja, como diciendo ‘¡ja, esta vez si no me van a corchar!’. Y contesta orgulloso: sí. 
Es entonces cuando el funcionario clava sus ojos en los suyos y le suelta la pregunta: ‘Le ha descargado Wasap?‘. No, contesta usted. Y empieza a darse el siguiente diálogo: 
¿Desde que lo compró le ha presentado el mismo problema?
No
¿Cuándo fue la última vez que lo cargo?
Esta mañana.
¿Le hizo copia de seguridad?, vuelven a preguntarle. 
Sí señorita, sí la hice. 
Ella toma su celular y en cuestión de segundos le quita la pila, la memoria y la simcard y se las devuelve a usted, con la tapa posterior del teléfono. Se lleva el aparato y al rato vuelve y empieza a hacer cosas en el computador. 
¿Y no necesitan el cargador?’, pregunta usted inocente. 
No, para nada, le contesta. 
Usted, bien optimista, pregunta que cuánto se demora el arreglo y le dicen que si es un asunto del software, 24 horas. Y que si es otra cosa adicional, el aparato se lo llevan a Bogotá y se demora nueve días (si está en Bogotá la demora es de siete días). 
¡Cómo! Pero no me puedo quedar sin celular, replicará usted. La señorita fruncirá el ceño y le repetirá la misma frase. 
¿Pero ustedes no le dan a uno un celular mientras tanto?
No. Después de las 24 horas, si el daño es mayor, sí se le presta uno para que disfrute de sus servicios. 
¿Entonces vengo mañana a esta hora por el otro aparato, si es mayor el daño?
Cuando ella le ha dicho sí, se acuerda que el día siguiente es sábado y de inmediato le comunica que las ’24 horas’ serán hasta el martes siguiente a la misma hora, porque el lunes es festivo y los sábados no son días hábiles. 
Mientras le dicen eso, le van pasando una hoja en la que dice que su celular tiene la carcasa pelada, el conector sucio, la pantalla rayada y el teclado pelado. Y usted quedará boquiabierto, porque nunca le ha visto esos imperfectos. Se lo dice a la señorita y ella le vuelve a traer la parte del teléfono con la que se quedaron y le muestra lo que usted nunca ha visto. 

Y ustedes me reponen el tiempo de servicio no prestado en esos días?, preguntará usted con inocencia, pero no espere una respuesta afirmativa. Le dejan claro que Claro no le repone el tiempo. 
Twitter: VargasGalvis

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