En un artículo del sito web ‘SAY’ sobre ciudades inteligentes, su autor, Jonathan E., asegura que Walt Disney es el padre del concepto de Smart Cities, cuando en 1966 anunció lo que sería Walt Disney en Orlando Florida, al cual llamó EPCOT.

En ese entonces, Disney afirmó: “La parte más emocionante, la más importante de nuestro proyecto de Florida, de hecho, el corazón de todo lo que haremos en Disney World, será nuestra ciudad prototipo experimental del mañana. Lo llamamos EPCOT. EPCOT se inspirará en las nuevas ideas y nuevas tecnologías que ahora están surgiendo de los centros creativos de la industria estadounidense. Será una comunidad del mañana que nunca se completará, pero siempre presentará, probará y demostrará nuevos materiales y nuevos sistemas. Y EPCOT siempre será un escaparate para el mundo del ingenio y la imaginación de la libre empresa estadounidense”.

Aunque, según el artículo, años después la idea como tal no se implementó, es claro que la visión del creador de Mickey hace 54 años era sorprendente. Con seguridad hoy también existen grandes visionarios y con mayores oportunidades que Disney, gracias a los adelantos tecnológicos.

Este es un tema con enormes expectativas que hoy ocupa el tiempo de gobiernos y organizaciones para encontrar la manera de mejorar la vida de las personas a partir de la tecnología. Y en medio del proceso, ha surgido una preocupación en varios países sobre la importancia de centrar los cambios en los ciudadanos, porque al parecer ellos no están siendo considerados en la toma de las decisiones que los afectarían. Su falta de participación en las discusiones podría llevar a que las variaciones que se implementen sean innecesarias, irrelevantes y rechazadas.

Vicktor Weber, fundador y director de Future Real Estate Institute, asegura en un artículo para el Foro Ecnonómico Mundial que “en su mayoría, los participantes en los proyectos de ciudades inteligentes son políticos, consultores, académicos y empresas de tecnología. Sin embargo, a menudo falta el grupo más importante de participantes: los ciudadanos comunes y corrientes que tendrán que vivir en estas ciudades transformadas. En consecuencia, las estrategias y los proyectos se centran demasiado en la tecnología y no lo suficiente en los habitantes de las ciudades.”

De otra parte, el SmartCitiesWorld ha llamado la atención sobre la necesidad de revisar las iniciativas de ciudades inteligentes porque ya no es solo acerca de patrones de mejorar el tráfico y los estacionamientos, la iluminación y mejoras en las obras públicas. Y hace referencia a la firma de investigación Gartner, que considera que la participación ciudadana y la mejora de los servicios y la experiencia serán fundamentales para el éxito de las ciudades inteligentes, pues lo importante es mejorar la vida de las personas y no solo el uso de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y las máquinas inteligentes.

Primero la estrategia y luego la tecnología que la soporta. Las ciudades no son iguales y, en consecuencia, no sería prudente aplicar herramientas, ideas y conceptos a un lugar, sin conocer previamente su situación.

Bettina Tratz-Ryan , vicepresidente de investigación en Gartner, cree que “el camino a seguir hoy es un enfoque de abajo hacia arriba impulsado por la comunidad donde los ciudadanos son una parte integral del diseño y desarrollo de ciudades inteligentes, y no una política de arriba hacia abajo con los líderes de la ciudad que se centran solo en plataformas tecnológicas», lo cual comparto.

El negocio alrededor de la tecnología es muy grande. International Data Corporation (IDC) proyecta las inversiones tecnológicas en Smart City en $ 158 mil millones en 2022 y hay muchas organizaciones interesadas en promover sus productos y servicios, razón por la cual los gobiernos deben asegurarse que las ofertas se ajusten a los ciudadanos. Víktor Weber cree que quienes tomen las decisiones, además de escuchar a las personas, necesitan entender los temas tecnológicos y estar bien asesorados para adoptar las estrategias correctas, pues asegura que “la falta de conocimiento se compensa buscando la ayuda de terceros que pueden tener sus propias intenciones ocultas”.

En Colombia avanzamos al ritmo de nuestras posibilidades en esta materia. Según el IESE Cities in Motion Index 2019, entre 174 ciudades del mundo, Bogotá es la 117, Medellín la 135 y Cali se ubica en el puesto 149. En los primeros lugares está Londres, Nueva York y Ámsterdam. Santiago de Chile, ubicado en la posición 66, es la primera latinoamericana. Y sería importante aprovechar que estamos en los albores para programar la manera de incluir a la ciudadanía en las conversaciones a través de diferentes mecanismos.

En este sentido, los alcaldes podrían ver el caso de Boston, ciudad en la que se está tomando en serio la participación ciudadana. Asimismo, valdría la pena que los CIO´s de los gobiernos locales tuvieran en cuenta las recomendaciones de los analistas de Gartner para ellos, las cuales son las siguientes:

Ojalá podamos disfrutar de un futuro cercano con las transformaciones responsables y apropiadas, hechas a la medida de cada ciudad para que el cambio esté realmente al servicio de las personas.