Por @karlalarcn
“De dónde eres es menos importante que hacia dónde vas” – Pico Lyer.
Los días pasaban rápido, más rápido de lo que quería.
Los días entre semana me dedicaba a estudiar en el día y trabajar en la noche. Los fines de semana eran también dedicados solo al trabajo. Ya era mayo, mi francés era algo fluido y estaba curtido contra relaciones sentimentales. En el café podía llevar tres platos en una sola mano mirando al frente y aquella deuda que contraje para poder salir de Colombia estaba casi saldada. Pero algo faltaba.
Ese algo que faltaba no se podía explicar, es sentir que se estaba bien, se hacían las cosas bien, pero sabía que las cosas deberían cambiar y en efecto cambios eran los que venían.
Después de un buen tiempo en esa ciudad y al pasar ya los meses que tenía contados para vivir por fuera me encontraba ante dos caminos claramente opuestos: o volvía a Colombia o simplemente encontraba una manera de alargar mi estadía.
Esa es siempre la disyuntiva en la que nos encontramos todos los que emigramos del país, no importa el tiempo que llevemos viviendo afuera; la pregunta de volver a Colombia siempre araña el corazón.
Siempre doy un consejo y los años me han demostrado que es lo más acertado: antes de volver definitivamente a Colombia, piense en ir y ver “in situ” como están las cosas y si vale la pena intentarlo.
Fue así como me planteé la situación, intentar ir a Colombia, visitar a mi familia y ver cómo estaban las cosas para evaluar las posibilidades de volver.
Desde que llegué a Europa siempre ahorré un dinero disponible para volver al país en caso de urgencia. Aunque no era una urgencia, quería viajar a Colombia y saber qué me podía encontrar, si realmente podría volver o era simplemente un capricho.
Un mes después, tomaba un vuelo de Madrid a Bogotá. Nadie me esperaba, iba de sorpresa. Después de casi un año por fuera me sentía feliz de volver, me sentía feliz de sentir mi ciudad y mi país. Iba con la idea clara de explorar la posibilidad de quedarme, muy dentro de mí era lo que quería, lo que iba a buscar. Solo había algo que me salía por los poros: ILUSIÓN.
Once horas después, la emoción de ver la sabana de Bogotá me quitó el cansancio. La felicidad me embargaba. El sentir que volvía a mis raíces, a mi país, el imaginarme que llegaría a mi casa por sorpresa y seguramente mis papás llorarían de alegría era lo único que me importaba.
Por fin en el aeropuerto me dispuse a tomar un taxi que me llevaría hasta el terminal de buses de Bogotá, donde tomaría un bus hasta el pueblito donde vivían mis papás.
Mi primera impresión fue que el caos seguía en Bogotá. Era 2005 y sentía cómo esa ciudad caótica no había cambiado para nada. Al llegar al terminal el taxista me cobró 25.000 pesos por la carrera. Segunda impresión que no ha variado siempre que voy: todo es carísimo, no importa lo que compre, es caro y queda la pregunta en el aire: ¿Cómo puede una familia con un salario mínimo en Colombia vivir en una ciudad tan costosa como Bogotá?
Ya estando en el terminal de buses era claro que todo seguía igual. Siempre se tiene la esperanza así pasen los meses o los años, que en algo cambie la situación de nuestro país, pero desgraciadamente es solo una idea pasajera. Alguien de la policía me detuvo.
–Señor, le recomiendo que tome sus pertenencias y las asegure. Su mochila es mejor llevarla siempre donde la pueda ver ya que lo pueden robar. – ¡Bienvenido a Bogotá!
En ese momento recordé que en mi país, eso de andar relajado con maletas, celulares y demás, era una costumbre que debía olvidar desde el momento que me bajé del avión.
Después de más de dos horas ya con la luz de la noche, al pasar dos montañas, mi pueblito se abría ante mis ojos. Ese pueblo donde nací seguía igual. La calle de entrada, las luces, el aroma, todo parecía como si se hubiera detenido en el tiempo que no estuve. Me bajé donde siempre lo hacía, tomé mi maleta y salí casi corriendo a la casa de mis papás.
No podía contener la emoción al estar enfrente de la casa. La fachada tenía un color diferente y las cortinas eran otras. Toqué el timbre una primera vez. Nadie se acercó a la puerta. Una segunda vez y una tercera. Una señora desconocida se asomó por el velo de la cortina. Se quedó mirándome y al reconocerme me habló con voz fuerte:
-Sus papás ya no viven acá.
La miré con extrañeza ya que no sabía de lo que me hablaba.
-¿Cómo que no viven acá? Si esta es la casa de ellos, ¿dónde están?
-Esta casa la tome en arriendo al nuevo dueño. -A ellos les remataron todo lo que tenían, si quiere encontrarlos vaya a la siguiente dirección.
En el ámbito familiar, esto eso es lo que tiene el volver a Colombia de sorpresa. A veces la sorpresa es para el que llega y muchas veces, la sorpresa no es buena.
Mis papás me habían ocultado absolutamente todo. Mi papá había trabajado para una entidad estatal, fue despedido y la empresa liquidaba cuando le faltaban 2 años para la pensión. Presentó una demanda y la ganó pero por ser una entidad estatal, los trámites hicieron que no hubiera recibido ni un solo peso de todo lo que le adeudaban. Ahora vivía en arriendo con mi mamá en una pequeña casa, en un camino rural a la salida de mi pueblo.
Llegué a esa pequeña casa, golpeé una puerta de madera gastada por los golpes y el tiempo. La imagen que tengo no se me borrara nunca de mi mente: mi mamá abre la puerta dice mi nombre y se abalanza hacia mí como si en sus lágrimas se liberara toda la presión, era alguien que no podía más con la vida. Su desahogo fue un llanto de desesperación del que vio como todo su trabajo algún día se fue como agua entre los dedos.
Mi papá corrió hacia la puerta y nos fundimos los tres en un abrazo. En medio de la desesperación y la tristeza, fue el amor de los tres lo que nos unió.
Como no me esperaban pude saber de primera mano todo lo que paso. Los dos habían buscado una casa pequeña y modesta a las afueras de mi pueblo donde pagaban un alquiler y trabajaban en un pequeño restaurante que habían montado en el garaje de la casa. Allí vendían almuerzos a los trabajadores de una central de taxis al lado de su casa. Todo lo que me decían en las llamadas telefónicas, que estaban bien y sin problemas eran mentiras. Simplemente no querían que volviera, no querían que me preocupara y por eso callaron lo que pasaba.
Al otro día y sin dormir mucho, un gallo cantó a eso de las 5 de la mañana, hora en la que me levanté con mi papá a ayudarle en el restaurante. Hacia unas horas hacia lo mismo en una calle en Francia, ahora les servía a unos taxistas cosa que no importaba. El hecho de ayudarle a mis papás me hacía más que feliz.
Durante los primeros días no salí de la casa de mis papás, solo quería ayudarles y ver cómo podíamos mejorar la situación. Lo primero era visitar al abogado que llevaba el caso de mi papá.
Cuatro días después salí con mi papá rumbo a Bogotá. Un bus intermunicipal nos dejó en el portal del norte de Transmilenio. Mi papá me lanzó una advertencia: -¡Acuérdese que acá es empujar y correr!
Después de varias horas en la ciudad me di cuenta de que en eso se convirtió Bogotá, en empujar y correr. Infortunadamente todos nos acostumbramos a eso y somos partícipes sin quererlo de lo mismo: el atropello y el maltrato.
***
Desde Francia había hecho algunos intentos, pasando hojas de vida vía correo electrónico. De aproximadamente 100 que pasé, recibí respuestas de unas 10. De 3 lugares me pedían ponerme en contacto con ellos al llegar al país y así lo hice. Tendría 3 entrevistas laborales donde iba a tentar la suerte.
Si hay una frase a la que le temo al llegar a una entrevista en Colombia es cuando dan la explicación de qué tipo de empresa es y dicen algo como “multinacional en expansión”. Esa fue la frase que escuché en la primera entrevista.
-Nuestra empresa es una multinacional en expansión que nació en Ecuador. –La idea es que usted con toda su experiencia venga a trabajar con nosotros. Me ofrecían un puesto en compras pagándome un salario mínimo, pero el primer mes y medio debía trabajar gratis.
No obstante, esa primera impresión, me fui con buena actitud a una segunda entrevista. La actitud me llegó hasta la entrada de la oficina. Una oficina muy bien ubicada en la calle 100 de Bogotá. Me hicieron completar la famosa prueba PF16, después otra prueba de coeficiente intelectual y por último dos entrevistas más dónde lo único que me dejaban claro era que el cargo se llamaba jefe de producto. Después de 4 horas pasé a jugar “la final” con otras 3 personas. Tenía el último turno y me recibió el jefe de área. Me lanzó una pregunta directa con ñapa:
-¿Joven, cuál es su aspiración salarial? –Pero antes que me conteste, déjeme le afirmo (ahí venia la ñapa), él último joven que entro está dispuesto a trabajar de lunes a sábado de 7am hasta cuando le toque por el mínimo, ¿está usted dispuesto a lo mismo?
Después de 4 horas de ver desfilar hojas de respuestas, esferos y personas buscando un empleo, mi cara de cansancio se tornó en molestia ante la humillación, no sólo por la pregunta, también por la falta de respetó por la que muchos como yo pasan en Colombia buscando una oportunidad laboral. Aún hoy, pienso si sería verdad lo que me decía el que me entrevistaba o sólo era por probar mi capacidad de aguante. La risita irónica que soltó al finalizar la pregunta me dejó claro que decía la verdad. Y la verdad fue mi respuesta:
-¿4 horas para hacer esta pregunta?, ¿4 horas para que usted con su risita intente humillar a los demás? -Por personas como usted fue que se inventó aquella frase que doctor le dice a cualquier… ¡ya sabe que!
En ese momento simplemente di la vuelta hacía la puerta, en ese momento me sentí completamente feliz de poderle decir la verdad a alguien en la cara. Es de esos instantes que usted lo único que siente es felicidad, se siente todo un héroe, de esos momentos que todo el ruido se vuelve murmullo. Era el murmullo del que me preguntó, el murmullo del que se cree con poder pidiendo ayuda:
-¡Seguridad, el de la puerta!, -¡Sáqueme a este pobre pendejo de la empresa!
La última entrevista era para una empresa muy reconocida nacionalmente, pero la que sería mi jefe directa no lo pudo decir más claro después dé ver mi hoja de vida:
-¿Y a qué quiere volver? Acá no tendría futuro. Quédese en Europa y trabaje allá. Además, si quiere hacer algo acá piense en una cosa: ¡sin maestría… ni vuelva!
Estaba claro que a nivel laboral, en ese momento, no tenía un futuro claro ni mucho menos promisorio.
***
Ver a los amigos después de un año se vuelve un acto de fe, una necesidad, una obligación de la cual quería disfrutar. Hablé con 15 amigos para poder vernos, los 15 eran mis amigos cercanos al momento de irme. El día de la reunión llegaron 5, con los cuales pude hablar y saber de sus vidas, pero la comunicación no fluía.
Cada uno hizo su vida, cada uno tomó su camino. Las cosas que nos unieron en el pasado no eran ya las mismas y las cosas en común pasaron a ser contadas con los dedos de una sola mano. Es inevitable que eso pase. Al principio teníamos comunicación de forma constante vía mail, (no había ni redes sociales ni mensajes en ese momento) después se disminuyó el contacto hasta el punto de volverse casi efímero.
Sin duda es lo más triste de emigrar, encontrarse con los amigos nuevamente y ver que los que se tenían en la lista se reducen. Tal vez no eran realmente amigos, pero no deja de ser triste el no encontrar puntos comunes ni siquiera en una conversación con mis amigos que pasarían con el tiempo a ser mis amigos desconocidos.
***
Día tras día, me daba cuenta de que ese viaje confirmaba que al salir del país, después de un tiempo, las expectativas suben, se aspira a más, pero es difícil colmar esas expectativas al volver a Colombia. Después de 10 años afuera, son más los que deciden seguir afuera que volver y no es simplemente cuestión de creerse más por vivir afuera. Es simple, si se vuelve a Colombia es para mejorar lo que tiene afuera y en muchísimos casos, lo más posible es que eso no se alcance. Es la misma situación del que emigra de una ciudad a otra en Colombia, probablemente lo hace buscando mejores oportunidades, cosas que en su ciudad de origen por más que añore volver, no podrá encontrar.
Mi situación familiar era también un detonante en la decisión de volver a Europa. Para mi familia, a nivel netamente monetario yo era más útil trabajando en un café al otro lado del mar que viviendo en una humilde casa con ellos. Aunque ese techo sencillo, esa puerta de madera vieja y toda esa atmósfera de sencillez en un paraje muy distinto al que ya estaba acostumbrado me gustaba. Me gustaba el olor a campo, la sencillez con que vivían mis papás que nada tenía que ver con el ambiente de ostentación en el que alguna vez me crié. Así es la vida, conocer la sencillez cuando se tiene menos y sentirse vivo al tener poco.
Fue así como después de dos semanas decidí que mi destino –por ese momento– estaba en volver a Europa, en seguir viviendo por fuera, en intentar salir adelante solo, con la fe intacta en el destino y con la confianza que la misma vida me ayudaría a trazar el camino.
Una semana después una lágrima bajaba por mi mejilla. Intentaba no mirar atrás, no quería hacerlo, pero fue imposible. Al volver la mirada mis dos viejos se abrazaban y lloraban. Tal vez si fueran otras las circunstancias, estarían felices pero esta era la vida y lo que teníamos en el momento. Íbamos a luchar por salir adelante desde orillas diferentes.
El avión de Air Madrid despegaba de Bogotá. Siempre dan un giro hacia la izquierda y mientras tanto sabía que por ahora me iba, pero tenía la ilusión de algún día volver. Los colombianos vivimos de ilusiones y una de las más grandes es volver a un país lleno de oportunidades donde quepamos todos.
Twitter: @karlalarcn
Volver al país es un paso muy difícil, no solo por que ya estas acostumbrado a otras cosas, sino por que sabemos como somos los Colombianos, y no me refiero a la berraquera, empuje, humildad… sino al individualismo, arrogancia e indiferencia a todo lo que no nos toque.
Volví hace 3 años, después de estar 2 años en España… y aunque tengo un trabajo que no hubiera podido tener allí por ser extrajera, y ya tengo una familia que construí en estos últimos años… no descarto la posibilidad de volver a salir del país.
Después de conocer otros sitios y culturas, y volver con ilusión, a veces sientes que las cosas en el país no van a cambiar si no hay un cambio cultural…
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Dura su travesía y la de la mayoría de la gente que cree que tener futuro es poder viajar y ganar en euros. Alguen dijo que nadie quiere a su patria por ser linda sino porque es su patria. Al final de tanta búsqueda y de tanto vano esfuerzo nos damos cuenta de que lo que necesitamos está dentro de nosotros mismos.
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La primera vez viaje a India y allá encontré todo lo que buscaba, sin embargo tenía que volver y me causó esa desilusión que muchos describen aquí, pensaba que por haber estado afuera iba a tener más posibilidades, no sentía empatia con mis amigos, etc. Así que después de intentarlo un año fui a Chile, de nuevo trabajé como profesional como em India gracias a la ONG AIESEC pero el contrato terminó y yo tenía inmensas ganas de volver, ya sabía que era dificil así que iba decidida a darlo todo desde abajo y para mi sorpresa se me abrieron muchas puertas grandes al volver a Colombia, después de 2 años conocí a mi esposo portugués y decidí probar aquí en Portugal y lo unico que siento es frustación profesional, quiero volver a mi país y esta tercera vez sé porqué, allá te valoran más que afuera y valoran tu trabajo, no se debe pretender ir a estudiar afuera y al llegar conseguir trabajo, se debe pretender llegar con humildad y querer aprender y aportar para cambiar justo eso que no nos gusta. Quiero volver y le diria que vuelva a cualquier otro profesional que me lo pregunte, no es fácil pero aportaras por lo menos un grano de arena al cambio. Europa no es perfecto tampoco y aqui no tenemos mucha voz ni voto.
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Muy buena la narración. Solo un detalle, AirMadrid cerró hace diez años, aún lo recuerdo como si fuera ayer
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Excelente
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Muy interesante artículo. Yo viví algo parecido, pero en USA. Amo Colombia, pero no a la mayoría de colombianos y odio a los políticos que nos tienen en esta situación. Pienso que Colombia tiene todo el potencial para ser un país avanzado y próspero, pero por la maldita corrupción de nuestros funcionarios, en lugar de avanzar, vamos retrocediendo. Viví 2 años y medio en USA y me encantó la calidad de vida, y para mí eso no significa bienes materiales, significa la amabilidad de los vecinos, poder ir al supermercado y dejar el carro con las ventanas abiertas y que no se roben el radio o el carro mismo, cruzar una avenida y que la gente frene para que uno pase, ir al médico y que no miren si estoy activo en el sistema para atenderme, o que como me pasó una vez, perdí mi billetera con todos mis papeles y 300 dólares en el gimnasio, y en la noche una gringa llegó a mi casa a decirme que la había encontrado en el parqueadero del gimnasio y me la devolvió intacta. Amo mi país, pero no quiero seguir manteniendo a una partida de ratas del Gobierno para que ellos vivan como reyes y el pueblo siga jodido.
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Vivo hace casi 20 anos afuera. Con el tiempo, la idea de volver es mas dificil. La vision de la realidad del pais es parcial y pesimista. Pero por cosas de la vida me he acercado mas al pais. Paso 6 meses en Colombia y 6 meses afuera. Esto no es Europa ni Norteamerica, pero tampoco es lo peor, ni alla lo mejor. Disfrutar lo que ofrece cada lugar es la clave de la felicidad.
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yo estoy en una situación complicada y lamentable. Llevo 4 años en Europa. Vine con el objetivo de crecer personal y profesionalmente y quizás poder quedarme. A eso sumado que estaba cansada de la calidad de vida de Bogota (la delincuencia, la falta de conciencia ciudadana, los ladrones, el transporte, la inseguridad). Una vez fuera, me di cuenta de otro aspecto; los colombianos en nuestra tierra no tenemos ayuda a nada. Por ejemplo es el caso del transporte, o el desempleo, la salud u otras situaciones.
En Europa, me encontré con otro panorama. Europa es muy buena en termino de seguridad, respeto, consciencia ciudadana, transporte y mientras estes legal hay incluso ayudas en la salud además de otras beneficios económicos otorgados por el gobierno. Mi problema vino después, específicamente luego de mis estudios. He estado buscando trabajo desde hace mucho tiempo y después de enviar muchas solicitudes, hojas de vida, cartas de motivación. No tengo un trabajo ligado a mis estudios, lo cual no me genera satisfacción personal y profesional, mis ingresos mensuales no son suficientes para vivir bien, apenas me puedo mantener y mi permiso de estadía está llegando a su fin, sin la posibilidad de alargarlo ya que no encontré un buen trabajo que me permita quedarme por mas tiempo. Por todo ello, tengo que devolverme a Colombia. Tengo mucho susto!!!! No quisiera volver a la calidad de vida de Bogotá.
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«No importa donde se nace pero donde se lucha «. Karl , lo que dices es muy cierto. Me pasó a mi tambien; regresé y ya no me adapté a la forma de hacer las cosas alli en lo laboral y la calidad de vida en general. De vacaciones cortas por ahora me acomodo.
ExtraÑo la buena comida .
Saludos
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Yo trabajaba en una multinacional Francesa con un muy buen sueldo pero trabajando de 7 a 7 y de lunes a sabado. En el 2000 se me presenta la oportunidad de salir del pais a estudiar. El comienzo fue dificil pero valio la pena. Puede terminar una maestria y conseguir un muy buen trabajo. Mi meta era vivir en un lugar en paz donde you pudiera casarme, tener hijos, el tiempo y los medios para difrutarlos. Me gusta visitar Colombia para ver a mi famiia y amigos, pero regresar….no gracias. Si el pais garantizara seguridad, justicia social, y menos corrupcion, lo pensaria despues de retirarme.
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Yo veo a todas las personas quejandose de la falta de oportunidades en este país pero después veo que esas personas su única aspiración es tener el último modelo de apple o samsung, entonces entiendo que no es falta de oportunidades es falta de visión y ganas de cambiar ese «mierdero» del que muchos hablan.
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Yo viví en Francia durante tres año donde en muy poco tiempo alcance metas muy ambiciosas como ingeniero, sin embargo por la crisis económica del 2012 se me cerraron todas las puertas de un momento a otro en ese país, al final decidí regresar a Colombia de manera prematura (ya que siempre pensaba en volver), empecé de nuevo como todos en una compañía como ingeniero raso, tuve que lucharla, trabajar duro, y hoy en día, tres años y medio después digo que la mejor decisión de mi vida fue volver, he ascendido mucho profesionalmente y siento que estoy aportando mi granito de arena para el desarrollo del país y de la industria nacional, lamentablemente los colombianos queremos siempre las cosas faciles, por eso es que hay tantos torcidos, pero siendo una persona honesta y trabajadora se puede llegar lejos y ser muy feliz como lo soy ahora, ahora volver a Europa no es mi plan b o c, es mi plan z
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Yo estoy en el dilema si volver llevo muy poco en EEUU, pero los comentarios en este blogs me pone mucho a pensar. Definitivamente nada cambia el que cambia es el que migra.
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Es cierto . Uno es como el salmon ; regresar a donde nacio. Pero cuando uno que no hay defensa de los derechos del individuo y el libre mercado, se prefiere estar en als aguas frias..capmag.com
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Nací en Bmanga, salí hace 16 anos a USaA. Y la verdad, rico volver pero de paseo.. y no tan seguido… la complicación a todo, la trampa, la vuelta, la bendita cédula ampliada al 150, la huella, el Fiador, las referencias. Lo complicado hasta para abrir una cuenta tanatorio de Banco .. que STRESSS, además lo poco que gana la gente y lo que la humillan. No me dan ganas de volver. Prefiero quedarme el resto de mi vida en USA. Para retirarme pues, están Dallas, Houston, Vida buena y barata. Me enferma cuando voy a colombia….los POLITICOS, las caravanas de escoltas, la prepotencia de estos personajes, que viven y nos roban y además humillan la gente y se pasas por el …. las leyes a su favor. Me enferman como los políticos se roban nuestro pais. No, YO. me quedo en USA.
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¡Que triste!…… pero así es…. salimos de nuestro «propio» país porque allí somos más extranjeros, somos maltratados y como bien lo dice el autor: nos sentimos humillados.
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los hispanoamericanos somos tontos, migramos para buscar un mejor futuro, pero la solucion no es migrar, la solucion es quedarce y luchar , crear corriente para crear cambio. los paises ricos se nutren de nuestra pobreza utilizando a nuestros dirigentes corruptos. hay que luchar contra la corrupcion en latinoamerica para un mejor mundo hispano.
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El hombre es un animal de costumbres, al principo le fue mal, fue duro pero ya paso y ya se acostumbro, el regreso sera igual. Trabajar, hacer dinero, empresa en el exterior, hijos ubicados en sus estudios una renta en colombia y ya! en su adultez lejana regrese tranquilo Y viva de lo que esfuerzo cosecho. Porque cuando viejo añorara su tierra.
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Todo lo q han dicho es muy cierto y en mi caso vivo en Londres desde hace 6 meses. Había regresado a Colombia después de 4 años de estar aquí; allí estuve 2 años en Bogotá trabajando en mi profesión y con buen salario pero era esclava de lunes a domingo (aunque mi jornada era de lunes a viernes), al llegar a casa tenía que Seguir trabajando. Por un lado estaba contenta por estar con mi familia pero ya estaba enferma por el estrés pues lamentablemente allí somos esclavos y «si no le gusta se puede ir». Por otro lado tomaba 2 horas diarias para llegar a la oficina, en total 4 horas diarias perdidas viajando en el caos de Bogotá. Adicional el único trabajo que mi esposo consiguió fue como profesor de inglés pero no ganaba ni el mínimo… Total decidimos regresar pues por lo menos aquí hay calidad de vida aunque nuestro corazón seguirá estando en Colombia pero creo que por ahora no podemos volver aunque cada día vivimos con la esperanza de regresar.
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Este blog se ha convertido en una de esas cosas que espero cada semana. Elocuencia, inspiración y admiración. Pero venga, hombre, que queremos leer la parte feliz de la historia. Un abrazo.
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Muy buen ejemplo del infierno que es Bogotá, donde el lo normal es, como ud. dice, el atropello y el maltrato. La gente ya está acostumbrada a es forma de vivir. Lo que cuenta sobre las entrevistas de empleo debería ser algo aterrador, pero aquí es la regla.
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Vivo hace 4 años en Canadá, pero mi mente viaja todos los días a mi país, es verdad, aquí se vive bien, entre comillas, se consigue todo lo material, pero realmente prefiero mi país, es una gran experiencia pero no hay como Colombia, y ya estoy planeando mi regreso definitivo con un proyecto acuestas y en camino.
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Yo vivo hace 16 años en EE,UU y cada día me convenzo de regresar a mi país, por más años que usted viva por fuera de Colombia se nesecita regresar a sus raíces sus costumbres volverse a encontrar con uno mismo de donde nació de donde venimos es malo para muchos pero en el fondo de cada uno es el mejor país del mundo nuestra Colombia lo malo de todo somos nosotros que sabemos vivir en el país con las oportunidades que nos dan en Colombia viven 47 millones de personas todas con una oportunidad de vivir de vivir bien o mal como se vive fuera de Colombia.
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Yo migre hace 24 anos, cuando el Pais estaba en la epoca de bombas, el patron se habia entregado, y al par de meses se habia volado; Obvio dejar la familia es muy dificil, al contrario de muchos yo no me fui de Colombia por circunstancias economicas, me fui porque queria experimentar el mundo, vivir en un lugar desarrollado y vivir mi juventud en un lugar donde no se hablase de violencia, masacres, doble moral e inconformidad a toda hora. En los anos 90 fui y volvi, intente quedandome periodos de 3 a 6 meses, pero en vez de mejorar, la situacion en el Pais empeoro a tan punto socialmente debido a las guerrillas por todos lados, que me di cuenta que era perder el tiempo pensar de que algun dia se solucionarian y mejorarian las cosas, son ilusiones banales. Hoy en dia ya en mis 40s, sin padres y con hermanos con vidas ya muy establecidas y distintas, es para mi muy dificil pensar en irme de vuelta, si lo hiciese, lo haria para ir de retiro o vivir mis ultimos anos. A buscar trabajo, ni loco, quizas invirtiendo en un negocio propio y ni eso asi es garantia de un futuro. Veo de acuerdo al comentario, que las cosas siguen igual que siempre, y como alguna vez me lo dije, por alla en 1994, ya habiendo vivido en el exterior por 2 anos, cuando fui de visita. Esto se queda asi, a esto no hay quien lo cambie, al menos no en mi generacion.
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Yo amo mi país con el alma, pero mientras no haya justicia, mientras la corrupción sea el pan de cada día, mientras los ricos se hagan mas ricos y los pobres mas pobres, nuestra eterna ilusión de volver se va esfumar y nuestro dolor de patria lo llevaremos hasta nuestra ultima morada.
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Yo llevo 21 años fuera de Colombia y cada vez que voy de visita me convenzo de nunca mas regresar. Muy rico ver a la familia y a los amigos (casi todos arrancados, viviendo al dia) pero cuando veo lo que gana un ingeniero en Colombia veo que no hay esperanza alguna. Estamos años luz de Mexico, que decir del primer mundo. No conozco muchos colombianos que quieran regresar, los que lo han hecho estan todos jodidos
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Mis hijas residen en Australia. Hace poco estuve visitandolas y decidí que ya no puedo seguir tratando de sobrevivir en este pais
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Normalmente las personas que emigran son las que no tienen medios economicos o vinculos afectivos.Yo vivi 9 años en USA legalmente con residencia pero decidi volver debido a mis vinculos familiares y para vivir la vida como es y no ser un robot de trabajo.Pese a todos los problemas en Colombia es un buen vividero ya que se siente en el ambiente.
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Es tan cierto todo lo que dice, en especial sobre la ilusión de regresar a una Colombia de oportunidades. En mi caso tambien intenté regresar pero la realidad golpea con fuerza y con lagrimas en las mejillas hay que devolverse. Algún dia será.
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Yo estuve un tiempo en USA mas concretamente en San Diego, CA y la verdad uno le da pereza volver a Colombia asi sea su patria, se acostumbra uno a la buena vida
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Totalmente de acuerdo, en casi 20 años por fuera de ese país que se queda en añoranza, fui dos veces muy cortas porque al tercer día me quería devolver. Que horror !!
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si se puede volver pero es un proceso que me tomo como 5 anos despues de 15 anos volvi y lo programe con anos de antelacion y viniendo muchas veces y adaptamdome a las realidades del pais y eso si necesita una base econoimica para empezar un negocio o trabajo independiente
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