En lo que va del año se han destapado numerosos escándalos que demuestran la preocupante posición de indefensión en la cual se encuentran algunas mujeres en entornos laborales hostiles y abusivos. El caso de Bill O’Reilly, periodista de la cadena Fox News, llama especialmente la atención por ser un claro ejemplo de las consecuencias del acoso sexual en las empresas y la falta de lineamientos éticos organizacionales que prevengan esta lamentable situación.

Ponernos en la situación de una persona que sufre de acoso en una empresa, nos puede acercar a la toma de conciencia sobre cómo el abusado tiene todas las de perder. Por miedo a represalias que podrían costarle su sustento e impactar dramáticamente su estabilidad y la de sus familias, muchas mujeres se niegan a denunciar el abuso bajo un indigno silencio; además de ser víctimas de las estrategias de ocultamiento que, no pocas veces, la misma organización despliega en una perversa complicidad con estas injusticias.

Las situaciones de abuso que salen a la luz, corresponden a cadenas de denuncias que muchas mujeres reportan a lo largo de los años, pero que nadie escucha. Esto parece ser lo que llevó al canal de noticias norteamericano a sacar del aire el programa de O’Reilly, quien a través de los años acumulaba varias denuncias de acoso. Lo que causó su despido fue el retiro de la pauta publicitaria de la mayoría de los anunciantes del programa de entrevistas; no las siete denuncias que acumulaba a lo largo de los años.

No sorprende que al sintonizar ese canal o al buscar en la red algunos de sus programas, abunden las observaciones abusivas y discriminatorias, disfrazadas de humor y los comentarios irrespetuosos hacia las minorías: “Digamos, por ejemplo, que usted es un traficante de cocaína”, le dice a un entrevistado (un profesor universitario afro descendiente); “de hecho, la verdad es que usted parece uno”, agrega. “Tiene que haber una razón negativa al tener una mujer como presidente…algo”, comenta O’Reilly en uno de sus segmentos.

Estos ejemplos hacen pensar que los abusos a las mujeres no son casos aislados y que esas prácticas discriminatorias, con las que Fox News se ha identificado, trascienden a sus empleados. La empresa no solamente no tiene un lineamiento ético que impida que esto ocurra, sino que mediante sus transmisiones en vivo y en el contenido de su programación, aprueba estos comportamientos abusivos.

Algunas organizaciones se resisten a aceptar los cambios que la sociedad ha conquistado por cuenta de la lucha por los derechos de las mujeres; y, obstinadamente, las siguen tratando más como accesorios u objetos que como los sujetos sociales independientes y autónomos que son.

Las empresas colombianas y en especial los medios de comunicación no están exentos de estas observaciones. Sin duda, es difícil lograr que esto desaparezca de la noche a la mañana, pero sentar nuestra posición de rechazo y promover la sanción social es lo mínimo que debemos hacer.

@FDavilaL

Fernando Dávila Ladrón De Guevara

Rector Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano