Los dispositivos tecnológicos más esperados del año, el iPhone X y el iPhone 8, fueron puestos a la venta a principios de noviembre. Con la promesa de un salto significativo frente a sus antecesores, vale la pena considerar las posibilidades que ofrecen. ¿Estamos frente a una revolución tecnológica o es un “juguete” sólo para gomosos?
Aunque se trate de productos de consumo masivo, la incursión de los teléfonos celulares en nuestra sociedad no es una trivialidad. Lo cierto es que, en muchos sentidos, nos han hecho la vida más fácil; no es exagerado decir que son como extensiones de nuestro cuerpo. En este mercado, la competencia por la atención del usuario ha llevado a los desarrolladores a implementar funcionalidades como la realidad aumentada (AR), la cual es el potencial de esta tecnología que encuentro más interesante.

Realidad aumentada

Aunque no es nueva, la realidad aumentada parece ser un eje fundamental en el posicionamiento de estos dispositivos. ¡El éxito de aplicaciones como “Pokémon GO!”, confirmó su aceptación en el campo del entretenimiento, pero todavía hace falta que esta tecnología ponga en contexto en otros campos. En áreas como la Educación, en donde podría hacer maravillas para desarrollar procesos innovadores de aprendizaje, aún no se ha visto algo de gran impacto.

Reconocimiento facial

Esta función, que solo está disponible en la versión X, es sin duda la que más llama la atención. Como mecanismo de seguridad, sólo tomaría al usuario estar frente a la cámara del teléfono para que este lo reconozca como su dueño. Aunque de momento, no puedo dar fe de su efectividad, sí podría asegurar que esta función, que por ahora es extraña, en pocos años será un estándar que permitirá más opciones innovadoras para los desarrolladores de soluciones.

La cámara

La tecnología detrás de esta función ha permitido generar imágenes que se acercan a los resultados de cámaras profesionales. Pero lejos de poner en riesgo el trabajo de los fotógrafos, la inclusión de efectos especiales, opciones de exposición, y la emulación de luces de estudio, acercará a los aficionados a las artes visuales y hará brillar muchas cuentas de Instagram.

El precio

Acariciando los mil dólares en el mercado norteamericano, la versión más costosa del nuevo y más poderoso iPhone, se vendería en Colombia desde el primero de diciembre por casi cinco millones de pesos, muy por encima del salario de un colombiano promedio. Por supuesto, en este contexto y teniendo en cuenta temas como la conectividad, la infraestructura y la seguridad, es difícil justificar un gasto de esa magnitud para la mayoría de nosotros.

Tras años de mejoras cosméticas y superficiales en los teléfonos celulares, es grato encontrarse con tecnologías disruptivas, que se proponen dar un paso adelante y ofrecer opciones a veces inverosímiles. Aunque percibo que por ahora los nuevos iPhone están más orientados a entusiastas tecnológicos, su llegada me hace difícil no imaginar el día en el que estas tecnologías estén al servicio de todos.