Educación híbrida: un reto latente para las Instituciones de Educación Superior
Desde nuestra más tierna infancia, se nos enseña a seguir modelos que otros han creado para nosotros en lugar de utilizar los artefactos existentes como piezas de un rompecabezas para comprender nuevas construcciones. Este paradigma cambia de manera flagrante a la luz de las nuevas tecnologías. (Barret y Redmond, 1995, p.52)
La creciente digitalización de la sociedad impulsa a la adopción de herramientas digitales en todas las esferas de la vida, las Tecnologías de la Información y de la Comunicación TIC están en un constante y creciente cambio, lo que conlleva a que sectores como el educativo implementen acciones que les permitan estar a la vanguardia. De ahí que se piense en modalidades académicas como la híbrida, la cual combina los elementos de la educación presencial tradicional y el aprendizaje en línea. En este sentido, las Instituciones de Educación Superior han entendido este nuevo escenario de profundos cambios y han empezado a ajustar sus proyectos curriculares a estudiantes con diversas necesidades y variados estilos y ritmos de aprendizaje. (Rojas & Esparza, 2020)
¿Qué ventajas brindan los programas de estudios híbridos?
Un alto porcentaje de los estudiantes trabajan de manera simultánea a su formación y, muchas veces, los tiempos establecidos para cada una de las actividades no son favorables. De ahí que la modalidad híbrida en la educación tenga una gran ventaja, pues genera mayor flexibilidad, el estudiante puede aprender a su propio ritmo y desde cualquier lugar, siempre que tenga un dispositivo con conexión a internet, en horarios que se adaptan a sus necesidades.
Otra de las ventajas de esta modalidad es la reducción de gastos y costos que se generan en la educación presencial, como el tema del transporte y el espacio físico. Al poder acceder de manera virtual tanto los docentes como los estudiantes ahorran tiempo y dinero al poder entrar a las plataformas y a los recursos de aprendizaje sin necesidad de desplazarse hasta las instalaciones de la universidad.
Como se mencionaba al inicio, las TIC están en constante cambio y crecimiento, el saber y el acceso al conocimiento ya no son exclusivos de la escuela, los tiempos para la participación, la exploración y la interacción con los saberes han transitado de lo discreto y desde la institucionalidad educativa a lo continuo y abierto de las redes y de la conectividad, a las que, en su gran mayoría, tienen acceso las personas. De ahí, que el sector educativo en su formación provoque que los estudiantes desarrollen competencias y habilidades digitales, además de la capacidad de aprender de forma independiente, preparándolos así para un entorno laboral y profesional actual (Navas Montes et al., 2015), una de las ventajas de los programas híbridos.
La educación híbrida empodera a los docentes, pues les ofrece herramientas y recursos para enriquecer su enseñanza optimizar la gestión del tiempo y apoyar su desarrollo profesional continuo, lo cual contribuye a una experiencia educativa más efectiva y satisfactoria tanto para docentes como para estudiantes.
¿Quiénes se pueden beneficiar de esta modalidad académica?
Los estudiantes, quienes en muchas ocasiones son trabajadores o con responsabilidades familiares al ser padres/madres o cuidadores y necesitan de una flexibilidad para estudiar mientras cumplen con sus actividades laborales y familiares, combinado las clases presenciales con el estudio en línea. Además de ellos, están los estudiantes internacionales, quienes pueden comenzar sus estudios desde sus países de origen antes de trasladarse a las universidades, reduciendo costos y facilitando la adaptación.
Por otra parte, los docentes se ven beneficiados dado que pueden diversificar sus métodos de enseñanza al hacer uso de las tecnologías digitales y a los recursos disponibles en la web, facilitando así la adaptación de su enfoque educativo a las necesidades, estilos de aprendizaje y rendimiento académico de los estudiantes. Además, el aprovechamiento de los recursos educativos en línea, como videos, simulaciones interactivas, bibliotecas digitales y cursos abiertos masivos en línea (MOOCs), enriquecen el contenido de sus cursos/módulos/asignaturas y pueden ofrecer material complementario que amplíe la comprensión de los estudiantes sobre los temas tratados en las clases.
¿Por qué están en tendencia las carreras híbridas?
Es evidente que el mayor impacto y los cambios, propiciados por los nuevos medios digitales y tecnológicos, se dan gracias a la facilidad de interacción entre los sujetos, los dispositivos y los contenidos, generando que los primeros sean no solo consumidores sino prosumidores, es decir, en la actualidad, los estudiantes no solo consumen lo que encuentran en línea, sino que también crean y comparten su propio contenido, contribuyendo así activamente al flujo de información y contenido de la red.
De ahí que el sector educativo, puntualmente la educación superior, identifique esta realidad, proponga y oferte programas académicos que estén alineados con ese uso permanente de las TIC y es la modalidad híbrida la que responde a esto. Los programas híbridos permiten combinar habilidades de diferentes campos, facilitando que los profesionales se adapten a múltiples roles y entornos de trabajo. Esta flexibilidad es altamente valorada en un mercado laboral que cambia rápida y constantemente debido a la tecnología y la globalización.
Actualmente, hay una transición de una sociedad con un sistema educativo a una sociedad de la educación o sociedad educadora, (Quintana, 2020) que ahora depende menos de un sistema educativo, cuya misión ha sido, tal y como lo plantea Castro (2000), la materialización de la subjetividad moderna definida por la constitución de las naciones. Partiendo de esto, la escuela, que había sido primordialmente “un espacio de internamiento donde se forma ese tipo de sujeto que los ‘ideales regulativos’ de la constitución estaban reclamando” (Ibíd., 149), se abre paso para que estos ideales da paso para que tales ideales regulativos se difundan en otras instancias de la sociedad y dejen exclusivos del sector educativo y se avoque a un proceso de cambio.
Teniendo en cuenta esto, educación híbrida representa una alternativa novedosa, que aún está en proceso de exploración, pero que ha generado una gran acogida e interés entre los estudiantes y los docentes y por tal razón, más Instituciones de Educación Superior se están sumando a esta modalidad, por las ventajas que contiene.
¿Cuáles son los retos y oportunidades que tienen las instituciones educativas en la implementación de estos programas?
Dentro de los retos está el poder garantizar que todos los estudiantes y docentes tengan el acceso tanto a dispositivos como a una conexión a internet de alta calidad, algo que no es tan sencillo de suplir dadas las condiciones económicas y sociales de nuestro país, un ejemplo claro son los estudiantes rurales, quienes en un alto porcentaje deben hacer largos desplazamientos para poder acceder a una red de internet.
Otro reto es la formación y actualización constante por parte de los docentes, pues implementar la modalidad híbrida requiere estar a la vanguardia en términos de estrategias, recursos digitales y uso de plataformas y programas que permitan el acceso al contenido según las necesidades, pero también, el generar procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad. No es solo “usar un dispositivo para proyectar un video”, es que lo digital haga parte de lo educativo como un medio y una herramienta para el desarrollo de competencias y habilidades en los estudiantes. Para esto, es necesario ajustar los currículos, de manera tal que se combinen efectivamente los componentes presenciales y en línea, garantizando que se complementen y se refuercen mutuamente. Aunado a esto está la evaluación, la cual debe ser propicia y ajustada para lo presencial y lo virtual permitiendo valorar de manera precisa el progreso y la comprensión de los estudiantes para alcanzar los resultados de aprendizaje.
Finalmente, uno de los mayores retos es la inclusión, de modo que los programas se adapten a los estudiantes que con necesidades educativas diversas de modo que puedan responder a esta y su formación sea apropiada.
¿Cuál es el compromiso con la calidad académica?
Según la UNESCO (1997), la calidad puede entenderse como “la adecuación del Ser y Quehacer de la educación superior a su Deber Ser”; esto está estrechamente ligado a los objetivos de las instituciones educativas, la misión, visión, vinculación con la sociedad, etc. (González & Ambriz, 2013), de ahí que las Instituciones de Educación Superior diseñen programas de estudio que sean rigurosos, actualizados y relevantes para las demandas actuales y futuras del mercado laboral; además, que fomenten la integración de diferentes disciplinas para ofrecer una formación más completa y adaptada a las nuevas realidades.
Adicional a esto, debe estar en la capacidad de invertir en la formación y actualización de su planta docente en temas relacionados con el uso eficaz de las nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza; esto va a permitir que los docentes desarrollen competencias innovadoras que despierten el interés y el compromiso de los estudiantes en su formación. Por otra parte, es necesario que las instituciones permitan el desarrollo de competencias y habilidades blandas a través de un proceso de evaluación y realimentación continuo entre estudiantes, docentes y la administración para identificar áreas de mejora y realizar ajustes necesarios.
El compromiso con la calidad académica requiere un esfuerzo continuo y una visión estratégica para adaptarse a los cambios y asegurar que los estudiantes reciban una educación de alta calidad que les prepare para las necesidades que demanda el mercado laboral y profesional, la sociedad, la cultura no solo con miras al futuro, sino al presente. Para esto, es necesario promover la investigación y la innovación entre los docentes y los estudiantes, de modo que se contribuya al avance del conocimiento y a la solución de problemas reales, además de establecer alianzas con empresas y otras organizaciones para asegurar que los programas académicos estén alineados con las necesidades del mercado y que los estudiantes tengan oportunidades de prácticas y proyectos reales.
¿Destaca otro dato de interés?
“La educación híbrida combina lo mejor de ambos mundos, brinda flexibilidad, personalización, acceso a los recursos digitales, mientras mantiene la interacción presencial y la orientación de los educadores lo que puede resultar en una experiencia de aprendizaje enriquecedora y efectiva” (Mascaró Benites, et al., 2023). La presencialidad permite que docentes y estudiantes interactúen de manera directa, facilitando el desarrollo y la expresión de las habilidades sociales y emocionales y hay una realimentación más inmediata; por su parte la virtualidad, permite la flexibilidad en los tiempos y una mayor accesibilidad a los contenidos y los recursos digitales permitiendo al estudiante ir “su propio ritmo” y desde cualquier ubicación. Combinar estas dos modalidades le amplia el panorama al estudiante favoreciendo su formación académica y para la vida.
Por:
Ángela María Arias Rodríguez.
Docente MT – Lic. Educación Infantil
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