Ernesto Fabian Sampayo Oliveros, visionario millenial
Hace poco se logró una hazaña nunca antes vista: un colombiano consiguió llevarse el título de Campeón en la competencia más importante del ciclismo, el Tour de France 2019. Pero hay algo más importante en la historia de Egan Bernal, el escarabajo que hizo lo impensable: lograrlo a sus 22 años. Hoy quiero honrarlo describiendo estos tres elementos desde los que nos ha demostrado que el éxito no tiene una ruta definida y que partiendo de la experimentación ha logrado desarrollar habilidades que lo hacen único en el ciclismo mundial.
El primer elemento es la vida de Egan: No contaba con recursos para ser el mejor, pero si tenía un talento y disciplina que al fusionarlos invitaron a otros a seguirlo y a creer en él. A través de participar en distintas carreras fue construyendo la credibilidad y la imagen que lo llevó a dar su salto a Europa en el 2016.
Muchas veces los emprendedores se quejan por la falta de recursos para sus proyectos, queja que carece totalmente de fundamento pues el gobierno colombiano ofrece beneficios de la economía naranja con instituciones como Innpulsa, MinTic, Colciencias, entre otras.
La lección aquí es que no se trata solo de recursos, debes desarrollar claramente tu modelo de negocios y demostrar con resultados que tu idea es una acción. Egan no tenía recursos pero demostró un potencial que fue convertido en resultados y eso lo llevó al punto donde está hoy.
El segundo elemento es el fracaso. Si bien Egan hoy es reconocido por su triunfo, hace unos meses era portada de varias publicaciones donde se exponía su accidente de clavícula que lo dejó por fuera del Giro de Italia. En ese momento pudo haber pasado por su mente mucha rabia que lo llevase a vivir en un estado de resignación hacia el futuro. Sin embargo, ese no era el pensamiento de Egan y, por el contrario, el impase lo fortaleció para que en su mente se definiera un único propósito: el Tour de France 2019.
La emoción de Egan era de paz con su accidente, de confianza con su disciplina y de ambición de cara al futuro. En el emprendimiento hay fracasos, algunos se levantan y otros permanecen caídos, ¿cuál es la diferencia? sus emociones y el estado de ánimo en el que viven. En mi vida he fracasado muchas veces, cuando no conseguía lo que quería, cuando perdía un examen, cuando no lograba el resultado en un proyecto, cuando un cliente me decía que NO, y podría enumerar muchos más. Lo importante es tu creencia frente al fracaso, y para mí un emprendedor debe ver el error como una fuente de aprendizaje, pero si vives repitiéndolo ya se convierte en una negligencia. Cuando tienes una Concepción «positiva» del error, tu emoción pasa a ser de paz con lo que te sucede y esto te lleva a que tu presente lo vivas con entera confianza y creas en la posibilidad de una nueva realidad.
El tercer elemento es el equipo. Bernal pertenece a uno de los mejores equipos de ciclismo del mundo y está rodeado de grandes como Chris Froome y Geraint Thomas. El saber rodearse le ha permitido acelerar sus capacidades como escarabajo. Él hace poderoso al equipo y el equipo lo hace a él, es una relación simbiótica en la que diferentes talentos se unen y, por medio de la disciplina, llegan a un resultado exitoso. Egan hubiese podido lograr esta hazaña con otro equipo, pero seguramente no tan a temprana edad. Cuando emprendemos olvidamos esta parte esencial del crecimiento de una startup: el equipo que tiene detrás.
Seguramente tu idea de negocio es muy buena y te repites a ti mismo que tienes el talento y la disciplina para lograr lo que te propones, pero como dice un viejo proverbio: «Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve en equipo». Y esta lección es la más importante para mí, pues son palabras que invitan a reconocer la humildad y a ser conscientes de que para nuestro crecimiento necesitamos de más personas que nos hagan desarrollar habilidades que no contemplábamos como necesarias en un punto inicial. Hoy en día existen rondas de inversión con aceleradoras como Ycombinator y 500 Startups, donde no solo se entrega dinero, también se entrega conocimiento y experiencia que hace que nuestros emprendimientos escalen y logren resultados apoteósicos como lo hizo Egan Bernal.
Egan, felicitaciones y gracias por demostrarnos a través del ciclismo que en nuestro ADN colombiano se respira la esencia del emprendedor.
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