Por: Javier Baquero – Jaba
De: Crotaurinos
Se cumplió la sexta corrida en Cali con astados del hierro de Guachicono, bien presentados en general aunque diferentes entre sí. Los toreros encontraron materia por resolver para poder aprobar el examen. El público certificó la prueba de los cuatro actuantes.
Se lidiaron siete astados de la ganadería de propiedad de Luis Fernando Castro, de los cuales cuatro recibieron las palmas en el arrastre por parte de los aficionados que completaron tres cuartos del aforo.
Juan Bautista
El torero francés regresó a Cali donde cinco años atrás salió dos veces a hombros. En el primero las condiciones del astado no permitieron mostrar calidad, únicamente valor y deseos. En su segundo, cuarto de la tarde, se encontró con un toro que le permitió dejar en el ruedo muestra de su calidad en una faena que fue acompañada por la música y las palmas del público. Mató bien y su labor fue premiada con oreja.
Paco Perlaza
El torero vallecaucano hoy dio todo de sí para agradar a los asistentes como a sí mismo. Paco mostró mucha seguridad, temple. En su primero se olvido del aficionado que pagó por verlo, pues se recreo en torear para el mismo, como dicen algunos entendidos en la materia, a Paco lo vimos pero estaba ausente, estaba trasportado ganándole la pelea a un toro con violencia y complicaciones varias.
En su segundo, quinto del festejo, Perlaza ratificó que si de torear con todos los cánones se trata, él también lo sabe hacer con lujo de detalles, entendió a la perfección el comportamiento del astado y sobre el conocimiento construyó su faena, desafortunadamente para el torero y para los que lo vimos, no pudimos disfrutar la salida en hombros por la mala suerte con los aceros. Cortó una oreja pero iba por la puerta grande del Señor de los Cristales.
Morenito de Aranda
El debutante se llevó el peor lote y en su segundo, el sexto de la tarde el palco negó el trofeo que solicitaron lo aficionados con insistencia, sin embargo, dejó grato sabor de boca. Saludó desde el tercio.
Rui Fernandes
El rejoneador portugués se encontró en el séptimo, un toro que no quería saber lo que estaba pasando en el ruedo hasta que se le toco con el primer rejón de castigo, luego de lo cual, persiguió a más no poder y permitió el lucimiento del rubio rejoneador. Buenos rejones, banderillas y en especial la actuación de sus jacas, en especial “Joselito”, que lo llevaron a que el público solicitara el trofeo, que sin entender todavía el presidente decidió que fueran dos.