Por: Javier Baquero – Jaba-
De: Crotaurinos
Con una novillada, dos corridas de toros y el triunfo de los toreros nacionales se inició la segunda fase de la temporada grande colombiana. Medellín y Bogotá vieron triunfar a Cristóbal Pardo y Sebastián Vargas respectivamente. Veintiún toros fueron lidiados y uno de ellos fue indultado.
En primera instancia en la capital colombiana se realizó el sábado la novillada de la temporada. Los novillos fueron de Armerías, bien presentados y de juego desigual. Cesar Manotas estuvo bien en sus dos astados, mejor en el primero que en el segundo. Anduvo pesado con el acero en el cuarto del festejo. Juanito Ortiz demostró el buen momento por el que pasa en el segundo de la tarde único que pudo estoquear, porque su segundo se fracturó una mano cuando comenzaba la faena con muleta y fue devuelto a los corrales. El español Salvador García no se pudo acoplar al toro colombiano y paso en limpio su debut. En Colombia contamos con novilleros que debemos apoyar, en consecuencia los novillos de García bien habían podido valer en manos de un nacional.
El mismo sábado, en la capital de la montaña se lidiaron toros de la ganadería de Carlos Barbero, bien presentados y de juego desigual. Cuatro buenos y dos poco potables, los que le correspondieron a Sebastián Vargas, que tubo que bailar con la más fea dejando buena impresión y demostrando que esta pasando por un momento importante de su carrera.
Cristóbal Pardo, el segundo espada en Medellín estuvo bien en su primero y magistral en su segundo al cual le ejecutó una faena de nota mayor y al que el público le pidió con fuerza el indulto, premio que fue concedido. Pardo luego de su triunfo en Cali quedó entonado y en Medellín ratificó el arte que corre por sus venas.
Manuel Libardo, el torero de Ubate, no se pudo acoplar a sus toros, que fueron buenos y con mucho para explotar. Libardo desentonó frente a los astados. El cartel lo completo Rui Fernandes de buenos andares por el ruedo antioqueño aunque sin agrupar. Es buen jinete, cortó una oreja.
Ayer en la Santamaría de Bogotá otro cartel integrado por toreros nacionales. Esta vez lo rescatable fue que la empresa los puso con una corrida de garantía, como para cortar las orejas. Los toros fueron de Achury Viejo, de Felipe Rocha, bien presentados en su totalidad y de juego desigual. El mejor fue el cuarto, que recibió los honores de la vuelta al ruedo. La corrida tuvo bondad y nobleza en general.
Pepe Manrique estuvo en torero importante en sus tres astados. Tres porque regaló un 7º, después que el palco alto negara los trofeos en el quinto de la tarde, luego de una importante faena. El bogotano con catorce años de alternativa, gustó al los aficionados por su torero largo y variado con la muleta. Tandas de temple y hondura dejó en la retina de los capitalinos.
José Gómez “Dinastía” con muchas ganas y torería compareció después de varios años a la primera plaza del país. Cortó una oreja a su primero y en su segundo el toro no colaboró.
Lo más importante de la tarde estuvo a cargo del cucuteño Sebastián Vargas que cortó las dos orejas de su primer astado. Vargas lleno de alegría saltó al ruedo bogotano para construir dos faenas importantes. La primera a un toro con recorrido, nobleza y bondad, lució con el capote donde lanceo con donosura, en las banderillas recibió el premio de las palmas en ambos toros tras sendos tercios. Lo más importante los palos “a la calafía”, es decir, un par al violín, pero haciéndolo luego de un quiebro. Vargas salió por la puerta grande la plaza más importante de Colombia y se reencontró con la arena que lo hizo matador de toros.