Redacción: Javier Baquero – Crotaurinos – voyalostoros.com
Importante corrida se lidio en la Plaza de Toros de Santamaria, en la primera de Abono. Hoy podemos hablar de seis poderosos toros, porque eso fue lo que saltó al ruedo. El ganadero Luis Fernando Castro y el matador Pepe Manrique los máximos triunfadores.
En tarde soleada, con amago de lluvia al comienzo y menos de media plaza en los tendidos se llevo a cabo el segundo festejo de la temporada taurina de la capital colombiana. Esta vez la primera corrida de postín. Se lidiaron seis “poderosos” toros de la ganadería de Guachicono, de propiedad de Luis Fernando Castro, bien presentados todos, con edad, peso y sobretodo trapío. En cuanto al comportamiento vimos desde el toro bravo y encastado, hasta el manso y potable. El listón dejado por los Guachiconos quedo en alto para que las demás ganaderías lo alcancen. Bien por el ganadero y mejor por la empresa.
En el cartel se anunciaron tres “toreros colombianos” y destaco toreros colombianos porque muchos no asisten a la plaza cuando se dice que actúan nuestros compatriotas. Señores los toros no saben de nacionalidades y está comprobado, porque durante los últimos, no recuerdo si cinco, seis o siete años, las corridas donde actúan los toreros nacidos en esta bella tierra han sido exitosas, no solo en Bogotá, también en Cali, Manizales y Medellín.
Bueno, los toreros anunciados eran el bogotano Pepe Manrique, el cucuteño Sebastián Vargas y el vallecaucano Paco Perlaza, todos colombianos, todos con nuestros mismos ancestros, solo que toreros. Los tres brindaron un bonito espectáculo, y aquí tengo que decir que mejor que el de algunos extranjeros durante la presente temporada.
Pepe Manrique, en su primero toreo a la verónica demostrando clase, suavidad y oficio, con la muleta desarrollo una faena con la mano derecha, en la que el común denominador fue el mando, el temple y la profundidad. Manrique intentó torear con la mano izquierda, pero el ejemplar no era potable por ese pitón. Mató de gran estocada y cortó la única oreja del festejo. El toro de Guachicono recibió palmas en el arrastre.
En el cuarto del festejo el torero bogotano se encontró con un toro flojo de remos, tardo y que busco rápidamente las tablas. Manrique lo saludo de forma corta con la capa y con la muleta le ejecutó inteligentemente la faena en los bajos de sombra muy cerca a las tablas. Mató de otra buena estocada y saludo desde el tercio.
Sebastián Vargas en el segundo de la tarde lidio con el capote a un toro que tenía brusquedad en su embestida, en las banderillas colocó cuatro pares, destacándose en especial el último un par a la calafia en el que hubo muchísima exposición y por ende mucho mérito. En la muleta el toro mostró nobleza, por momentos perseguía y por momentos se paraba, sin embargo el cucuteño ejecutó tandas importantes por el pitón derecho, por el izquierdo el Guachicono no colaboró. Poco fondo tuvo el astado. En el momento de entrar a matar el toro perdió las manos y una estocada que estaba proyectada para quedar en lo alto quedó un poco caída lo que el palco no perdono, hubo petición de trofeos, pero todo se quedo en una vuelta al ruedo.
En el quinto de la tarde Vargas se encontró con un castaño manso pero con toreabilidad. Lo saludo con dos faroles y luego dio una cátedra de lidiador con la capa. Hay que decir que el astado era poco fijo en los engaños. Colocó tres pares de banderillas, y nuevamente destacó el colocado a la calafia, en el cual Sebastián se quedó muy quieto exponiendo mientras el astado muy pegado a tablas embestía con rapidez. Ya con la muleta el cucuteño inició con el toreo de mano izquierda ejecutando posteriormente buenas tandas de muletazo, las que siempre estuvieron arropadas por el abrigo de las tablas teniendo en cuenta la condición de rajadito del astado. Con la espada Vargas que es tan certero, mató de pinchazo, estocada y dos descabellos. Su labor fue silenciada y el toro recibió pitos en el arrastre.
Paco Perlaza en el tercero de la tarde anduvo muy bien con el capote, con la muleta ejecutó una faena cerca a las tablas a un toro que tenía calidad pero poca fuerza, lo que generaba poca trasmisión. Mató de buena estocada. En el sexto Perlaza tampoco contó con suerte, otro sin fuerza pero con nobleza, en el capote fue poco lo que persiguió y con la muleta no tuvo fondo, sin embargo, el colombiano ejecutó una faena interesante en el centro del ruedo, en la que le dio todas las ventajas al toro y pudo exprimir hasta el último de los muletazos. Mato de estocada y tres descabellos.
En fin hoy solo se cortó una oreja, pero son varios los triunfadores, primero el ganadero, por lo que envió a la plaza capitalina. Segundo el público, que pudo ver el toro toro en Bogotá, tercero los tres toreros que demostraron el bagaje y la condición que los posiciona dentro de los mejores de Colombia y finalmente la empresa también gano porque entregó a la afición un cartel rematado con toros de garantía.