Bogotá – Colombia. En tarde agradable y con una entrada que no llegó al medio aforo se cumplió la quinta corrida del abono bogotano. Los históricos nombres de Alentejo, Barretino, Gabillero, Marinero y Franciscano hoy no fueron garantía para los toreros.

Se lidiaron astados de la ganadería de Achury Viejo, dehesa que envió a la primera plaza de toros de Colombia astados de procedencias muy importantes, al analizar el listado de nombres de los cornúpetas. Barretino, Gabillero, Marinero, Franciscano, Alentejo, Herrerito e incluso Escondido que era el reserva fueron una decepción para la expectativa frente al encierro. Los nombre que ayer brindaron lustre a la ganadería hoy dejaron mucho que desear.

En el cartel el antioqueño José Gómez – Dinastia, el ecuatoriano Mariano Cruz Ordoñez y el caldense Cristobal Pardo. El foráneo escasamente «lucio», mientras que los nacionales trataron de dar lo mejor de si.

Mariano Cruz Ordoñez, aunque su nombre en bastante taurino, la verdad hay que decir que como torero está bastante crudo, en el único toro que lidio, el de su confirmación de alternativa saltó al ruedo desconfiado, descompuesto y con poco sitio, los pocos lances que ejecutó, fueron realizados con poca verdad y con mucho pie atrás. Con la muleta no pudo, su desconcierto frente a la cara del complicado toro de Rocha fue mayúsculo. Si bien es cierto el toro tuvo malas ideas, corto recorrido y en general muchas complicaciones, también es cierto que Cruz Ordoñez no mostró condiciones frente al astado. Con la espada un golletazo y tres descabellos, mientras que en el palco alto sonó un aviso. Pitos para el toro y el torero a la enfermería como producto de un desgarre del gemelo de la pierna derecha, parte que fue ratificado por los galenos de la plaza, impidiéndole salir a lidiar su segundo astado.

José Gómez – Dinastia, en el segundo de la tarde lanceo en forma corta a su oponente y con la muleta lidio a un descastado y flojo ejemplar, lo que si hay que decir es que el de Achury no mostró peligro pero si muchas complicaciones por ambos pitones. El antioqueño mató de dos estocadas y dos descabellos, su labor fue silenciada mientras que el astado recibió pitos en el arrastre.

En el cuarto de la tarde con el capote la labor fue de uno en uno y con la pañosa hubo voluntad pero nada de arte, muletazos de uno en uno, unos con temple y otros trompicados, frente a un toro que se tornó caminador. Recibió un fuerte revolcón sin consecuencias. Pinchazo y estocada dividieron las opiniones del público.

Un tercer toro saltó al ruedo para ser lidiado por el torero antioqueño como consecuencia de la lesión sufrida por el ecuatoriano. Un manso de solemnidad que fue devuelto de forma ilógica, para dar paso a un sexto bis, remontado y con hechuras de no embestir, lo que en efecto ocurrió. Un año más para Dinastía en Bogotá en el cual no pudo acabar de romper, otra vez será

El torero caldense Cristobal Pardo, que venía de buenas actuaciones en otras ferias colombianas llegó con disposición, a su primero lo lanceo de forma aceada y mandona, incluso después de la vara cuando nos brindo chicuelinas, media y rebolera de gran factura. Colocó banderillas destacándose el tercer par al violín. Con la muleta le brindo a la madre del ganadero «pipe» Rocha para luego iniciar su labor bajándole la mano al negro astado, el que se rajó rápidamente pese a la voluntad y perseverancias del torero nacional.  Mato de dos pinchazos y estocada.

Cristobal lidio el quinto, teniendo en cuenta que se corrió el turno para que Dinastía pudiera torear el segundo astado de Cruz Ordoñes, luego que los galenos prohibieran su salida al ruedo. Nuevamente el capote fue un buen aliado de Pardo, aunque hubo rapidez el percal fue templado frete a la cara del astado. Con la muleta y frente a un toro que no humillaba y menos trasmitía, todo se quedó en ilusiones y voluntad, mató de pinchazo y estocada.

En medio de la tarde gritos disonantes de pagamos y exigimos junto a pitos fuera de lugar se escucharon en el público, luego que las peñas iniciaran con las protestas. Son otros tiempos y hasta las protestas han cambiado, se ha perdido altura al momento de protestar, así haya razón para ello.