Bogotá – Colombia. Una oreja para el niño torero Guillermo Valencia fue el único trofeo entregado en la tercera y última novillada del festival de verano de Bogotá.
Con prácticamente un lleno en los tendidos, en su gran mayoría integrado por gente menuda, se vivió la tercera novillada sin picadores en la capital colombiana. Se lidiaron astados de la dehesa de Bengala de propiedad de María Francisca Gutiérrez, justos de presentación y desiguales de comportamiento. Toreables primero, segundo y sexto, complicados tercero, cuarto y quito.
Actuaron los novilleros David Martínez, Guillermo Ceballos, Luis Miguel Castrillón, Guillermo Valencia, Juan Diego Giraldo y el rejoneador Andrés Ruiz.
Aunque la música por parte de la banda del maestro Escobedo, también se escucharon cortos pasodobles por parte del clarín del palco presidencial, menos en el novillo de Guillermo Valencia.
El niño Valencia quien inicialmente fue contratado para lidiar un solo novillo el sábado 9, se fue de la primera plaza de toros de Colombia con cuatro novillos a su haber y en las tres tarde en que actuó su esportón no se fue de vacío. Hoy cortó la única oreja del festejo frente a un ejemplar que más que garantías brindó complicaciones y exigió la credencial de torero. Valencia anduvo bien con el capote, al igual que con la muleta, al momento de matar una espada tendida basto para que el de Bengala rodara por la arena y el público pidiera la concesión del trofeo, que a la postre fue a parar en sus manos y lo acompañó durante la vuelta triunfal por el albero de la plaza de la calle 26.
De otra parte, el balance es variado para el resto de la sexteta de toreros. David Martínez variado con el percal, aseado y bien puesto con la muleta en ambas manos. La espada y el verduguillo quedaron como materia para habilitar. Guillermo Ceballos no se acopló con el percal y con la muleta se faena estuvo llena de altibajos, la espada y el verduguillo también le hicieron reprobar su actuación.
Otra actuación destacable aunque sin trofeos fue la del antioqueño Luis Miguel Castrillo, quien tiene empaque y buenas maneras. El capote lo manejo con conocimiento y mando la muleta encrecho la actuación, sin embargo la rúbrica de su actuación quedo mal elaborada, por la falta de oficio con los aceros. Juan Diego Giraldo mostró muchas ganas en los tres tercios, sin embargo este ingredientre no tapo las falencias de técnica y estética que podrían haber redondeado una buena actuación, los aceros también le fueron esquivos.
El festejo lo cerró el joven rejoneador Andrés Ruíz, quien puso voluntad y buena colocación en los rejones, las farpas, la rosa y el acero final, pese a lo cual tuvo que echar pie tierra y tratar de finiquitar a su oponente, tarea que fue totalmente desdibujada por la distancia que ponía al momento de buscar las carnes del astado. Revolcón en cada intento y cara de desasosiego fue lo que pudimos ver al no poder acabar con la vida de su novillo. David Martínez por ley se vio en la obligación de salir a pasaportar al sexto de la tarde, sin contar con mucha suerte.