Bucaramanga – Colombia. Cerca de catorce mil personas acudieron al cierre de la feria empresarial de la capital santandereana en la plaza de toros Señor de Los Milagros.

Se lidiaron astados de la ganadería de La Ahumada, desiguales de presentación y comportamiento. Desde la mansedumbre hasta la nobleza mostraron las reses lidiadas.

Con una entrada bastante buena se realizó el festejo mixto programado para ponerle fin a la feria de una de las ciudades más industriales de Colombia. En el cartel los matadores Ramsés Ruíz de Colombia y el español El Capea Jr. Y junto a ellos el rejoneador nacional Jorge Enrique Piraquive.

Jorge Piraquive vio las dos caras de la moneda en cuanto a los toros que le correspondieron, un bueno y con beneficio de triunfo,  el otro un manso de solemnidad con el cual poco o nada se podía hacer. En el primero de la tarde Piraquive brindó un bonito espectáculo a los asistentes, Nilo, Te, Revolver y Ofrecido fueron fundamentales para las buenas ejecutorias del caballero en plaza. Toreo de costado, templo la embestida de su oponente, se recreo con los rejones y las banderillas, sin embrago su deseo de triunfo lo llevó de manera inocente y errónea a alargar la faena para posteriormente marrar con el acero definitivo. La equivocación le costo el corte de los trofeos y todo se quedo en una cariñosa ovación y saludo desde el tercio.

En el cuarto de la tarde Piraquive salió dispuesto a resarcir el error del primero, sin embargo sus ganas y buenas maneras se encontraron con un manso de libro, un astado que le huía de las cabalgaduras e incluso de los capotes que le mostraban los hombres de a pie, a este el rejoneador colombiano le buscó la faena pero todo fue en vano. Mató de rejón certero y el público guardo un respetuoso silencio tras lo hecho por el bogotano.

Ramsés Ruíz se podría decir que mostró las mieles del buen toreo pese a que el resultado en trofeos no refleje lo mismo. En el segundo de la tarde primero de su lote realizó una faena llena de estética, valor y buenas maneras la cual remató con un pinchazo y estocada, dejando en sus manos un trofeo justamente cortado. En el quinto de la tarde Ramsés presagio una buena faena pero su oponente que tuvo una alegre salida duró únicamente hasta la pelea con los montados, luego de la cual se vino a menos dificultando la labor del torero capitalino que trasteó con decoro y honradez. Mató de dos pinchazos y estocada y cariñosas palmas despidieron el torero al callejón.

Pedro Gutiérrez Lorenzo – El Capea fue prácticamente el triunfador de la tarde pese a tan solo haberse llevado dos de las cuatro orejas que pudo haber cortado. El tercero del festejo un manso con calidad dejó que el torero español cuajara una interesante faena en la que aprovecho las condiciones planteadas por el de La Ahumada. La donosura en la muleta mostró la impronta de lo heredado a su padre, con la tisona rubricó lo realizado y el palco no dudo en responder a la petición mayoritaria mostrando los dos pañuelos blancos.

Con el sexto El Capea pudo haber alcanzado dos trofeos más sin embargo luego de una muy buena faena el acero cambio el rumbo de lo planteado, dos pinchazos y un bajonazo desdibujaron las dos orejas que querían acompañar al español.

Fue una buena tarde, el público se divirtió, la terna brindo espectáculo y se probó que Bucaramanga es una plaza que responde cuando los carteles tienen altura. Bien por la ciudad bonita.