Cumplimos con el segundo festejo de la Feria de Cali, la primera
corrida, una mixta que salió deslucida por un común denominador, la
mansedumbre de los astados de la ganadería de El Paraíso.
La terna compuesta por un rejoneador y dos toreros de a pie, trataron, dieron todo de sí y al final de la tarde tan solo el rejoneador se llevo un trofeo. Cristóbal Pardo y Guerritas Chico no contaron con suerte en el sorteo, pese a esto pusieron disposición y muchos deseos pero frente a la cara de sus oponentes las ilusiones se desvanecieron pues sus ganas vieron pasar toros a media altura por momentos con la cara arriba y en casi la totalidad de su lidia sorteando mansedumbre y malas maneras. El comportamiento de los toros del rejoneador Andy Cartagena no fueron muy distintos, sin embargo, hay que recordar que la carita arriba en los toros sirve para el arte de Marialba, pues cuando persiguen lo hacen con mayor facilidad porque los caballos son más altos que ellos.
El español puso lo suyo llegando a la cara haciendo cabriolas, colocando rejones certeros y de buena ubicación. Las banderillas largas, cortas, al violín e incluso un par a dos manos arrancaron de los asistentes las palmas que durante toda la noche quisieron estallar. En el público había deseos de triunfo como en los toreros ganas de acariciar los trofeos, razón por la cual todo se agradecía, nada se reprochaba y mucho más era lo que se anhelaba.
Lo de ayer fue un festejo más y una ilusión desvanecida. Vendrán nuevas tardes para Guerrita y Cristóbal en las que encontraran mejor suerte. Para Andy también podrá haber mejores actuaciones aunque con lo mostrado cumplió al público caleño.
Hoy nuevamente la presidencia mostró errores imperdonables, tal vez el más notorio el permitir en el segundo toro de Andy Cartagena se colocara un tercer rejón de castigo sin que el rejoneador pidiese el preceptivo permiso, situación que el palco permitió y dejó pasar inadvertida. El número de farpas tampoco se ajusto a lo reglado, ni el presidente ni en asesor parecen saber contar. Será que el palco no sabe o quizás no quiere saber. Veamos otro festejo y esperemos que las cosas mejoren suerte para Juan Bernardo, el rejoneador Piraquive y los matadores El Cid, Luis Bolivar y Daniel Luque.
El arrastre: después que le destrozan las vértebras, el toro pierde control sobre su cuerpo desde el cuello hacia abajo, sin embargo hacia arriba se mantiene intacto, por lo que esta conciente de todo el horror y de cómo es arrastrado fuera del ruedo. no seas indiferente a su dolor ¿Alcanzas a ver la lágrima escurriendo? No seas participante de estos eventos, no es humano presenciar, esas tradiciones no van con el siglo XXI.
Reflexiona; “la conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter, de tal manera que se puede afirmar de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona”. Schopenhauer.
Solo los sicópatas se gozan, tu no eres uno de ellos reflexiona renuncia, esta es una tradición que NO debe continuar.
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El toro es atravesado con una Espada de 80 cm de longitud, que puede destrozarle el hígado, los pulmones, la pleura, etc., según el lugar por donde penetre en el cuerpo del animal de hecho, cuando destroza la gran arteria, el toro agoniza con enormes vómitos de sangre. A la hora de matar, si el toro corre con un poco de suerte muere de una estocada, pero no como se piensa de una estocada al corazón si no que la espada penetra pulmones y diafragma, a veces una arteria mayor, y de ahí la hemorragia que se aprecia del hocico y de la boca. A veces mueren ahogados en su propia sangre.
La tortura sigue: el toro, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y suele encaminarse penosamente hacia la puerta por la que lo hicieron entrar, buscando una
salida a tanto maltrato y dolor. Pero entonces lo apuñalan en la nuca con el DESCABELLO, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10 cm.
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La pérdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarse. Con el toro ya cerca del agotamiento, el torero no se preocupa ya del peligro y se puede dar el lujo de retirarse del toro después de un pase especialmente artístico, echando fuera el pecho y pavoneándose al recibir los aplausos del público Cuando el toro alcanza este estado lastimero, el matador entra en el ruedo en una celebración de bravura y machismo, a enfrentarse a un toro exhausto, moribundo y confundido
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al vez hayas oído que la fiesta de los toros es un arte, pero no lo es… Es una Ciencia… la ciencia de la Tortura.
Nada en la fiesta brava es genuino, solo el dolor.
Se cree valiente pero no lo es, no tiene carácter fuerte. 24 horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir NO atacar. También se le han recortado los cuernos para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas.
Lo golpearon en los testículos y los riñones Le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, así el torero no desluce su actuación.
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Los animales que no pertenecen a nuestra especie son individuos que también tienen la capacidad de sufrir y el interés de disfrutar de su vida. La sintiencia es la principal característica a tener en cuenta a la hora de mostrar respeto moral hacia los demás dado que indica que existe alguien que puede verse afectado por nuestros actos. No existe ningún argumento mínimamente coherente que pueda establecer que los intereses de los animales no-humanos deban ser infravalorados por nuestra especie animal homo sapiens. El criterio de especie (especismo) es un criterio arbitrario, y por lo tanto injusto, así como lo es el criterio de raza, sexo, inteligencia o nacionalidad.
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Una hache mal puesta y la falta de una tilde echaron al traste un titular.
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