Redacción: Javier Baquero – Jaba

Bogotá – Colombia. Regresó Don Pablo Hermoso de Mendoza y las cosas le
marcharon con la cara y la cruz, sin embargo abrió la puerta grande de
la calle 27. Mora agradó y Bolívar se entregó en fondo.
A tan solo dos festejos de haber iniciado la temporada bogotana la Santamaría agoto el papel, hubo un lleno taurino y algunos revendedores se quedaron con algunas localidades que por su avaricia al especular con los precios no pudieron colocar.

Se lidiaron astados de dos ganaderías. Cuatro toros de Agualuna y dos de Ernesto González Caicedo. Los primeros con mucho trapío y peso, justos de casta, aunque con nobleza y mucha fijeza. Los de González Caicedo, correspondieron al exponente del arte de Marialba y fueron justos en lo que representa el clásico Santacoloma, aunque con bastante peso.

La terna la conformó un cartel mixto, no solo por las ganaderías, pues Don Pablo Hermoso de Mendoza, estuvo acompañado por los diestros Luis Bolívar y el español debutante David Mora.

Pese a que en la mañana la ciudad de Bogotá estaba encapotada a las tres y treinta de la tarde el cielo abrió y el sol fue el marco perfecto para una buena tarde de toros.

David Mora, torero madrileño que deambuló por tierras nacionales hace algunos años a través de la provincia cundinamarquesa, confirmo su alternativa en la primera plaza de toros de Colombia y dejó grata opinión en la exigente afición capitalina. El capote lanceado con mucha suavidad dio las primeras muestras de la importancia del madrileño, pese a las condiciones de merma en la movilidad de sus oponentes, el primero un casi invalido y el segundo un toro que se lesionó una de sus extremidades y acorto las posibilidades de éxito. Con la muleta las cosas subieron de tono. El temple, la suavidad y el mando estampados en cada muletazo hicieron que el público de Bogotá aplaudiera las actuaciones de Mora.

Luis Bolívar, representante de la torería nacional vino como en tardes anteriores a triunfar pero la suerte no lo acompaño. En su primero la falta de clase y las pocas embestidas que traía el de Agualuna apenas si nos dejaron ver el temple y mando del vallecaucano. La faena la inicio en el centro del ruedo con dos cambiados y pases por alto para seguir construyendo escasas dos tandas, luego de lo cual el burel perdió el rumbo al centro del ruedo y busco el abrigo de las tablas, mostrando su escasa raza.

Con el cuarto del festejo Bolívar salió a por todas pero, no sé si es por que es colombiano o porque a los extranjeros las cosas se les dan con mayor facilidad, dos orejas que se ganó a ley no le fueron concedidas y tan solo un apéndice le fue entregada. Con el capote dos largas, verónicas, una media y una serpentina para llevar al toro al caballo fueron suficientes con la capa. Luego con la muleta en sus manos en el centro del ruedo, cito de largo para embarcar las embestidas de un toro fijo, pronto y noble. Las tandas fueron buenas, cortas y con mando, todo para dar espacios de tiempo que permitieron que el toro se recuperara. Bolívar probó el pitón izquierdo y demostró que era menos potable que el derecho. Al momento de llegar al suerte suprema y tras haber construido un faena que solo faltaba rubricarla con una buena estocada, el espada nacional decidió entrar a matar a cuerpo limpio, votando la muleta y citando con su mano izquierda dando el pecho y tratando de embazar el acero que en una primera instancia no entro, pichando en hueso, pero que en una segunda oportunidad igualmente a cuerpo limpio entró hasta la empuñadura cobrando una voltereta con puntazo incluido en su muslo izquierdo.

Bolívar planteo en su subconsciente o la puerta grande o el hule de la enfermería, y casi consigue alguna de las dos. El hule no porque fue mas su habilidad que certeza del toro al momento de entrar a matar y la puerta no porque el palco le negó los dos trofeos que el público pidió con fuerza y que a la postre no le fueron concedidos. Una oreja únicamente facturó el palco alto y Bogotá quedo en deuda con Bolívar que tenía el derecho a acompañar a Pablo por el portón de la 27. Lo importante fue que los 14 mil y tantos aficionados que colmaron los tendidos entendieron lo realizado por Bolívar y quedaron a la expectativa de su próxima actuación en la capital.

Don Pablo Hermoso de Mendoza, que regreso a Bogotá luego de su gran actuación del año anterior donde cortó cuatro orejas y un rabo. La verdad el mejor rejoneador del mundo tuvo dos comparecencias disimiles entre si y con resultados justos al final de lo realizado. Iniciemos por decir que hay honestidad en el de Estella, pues trajo todo su arsenal, 14 caballos de primera línea.

Hoy salieron al ruedo siete de ellos en su orden: Estella, Silvetti, Icaro, Pirata, Garibaldi, Chenel y Dali. Con todos mostró dotes de buena monta y dominio con los astados, con sus respectivos reparos. En el tercero de la tarde dos rejones de castigo, el primero muy caído. Bien toreando de costado templando con Silvetti, con y sin banderillas en sus manos. Exposición con Icaro, muy cerca a los pitones del toro. Cortas muy vistosas, colocadas sin solución de continuidad, incluso a dos manos con Pirata. A dos pistas y con cambios de franco frente a la cara del burel, mostró las virtudes de Chenel, todo esto muy bien, pero me quedan dudas, en el primero colocó siete banderillas y su segundo nueve, y según recuerdo la Ley Taurina de Colombia, de la cual soy total defensor dice tres pares o seis banderillas, para ser más exacto, número superado sin ningún recelo.

Ayer en Medellín el mismo Pablo colocó hasta tres rejones de castigo sin pedir el respectivo permiso al palco, cosa por demás irrespetuoso, así sea Don Pablo, para el final ni los rejones de muerte ni el descabello fueron lo más destacado del rejoneador. En el tercero justas las dos orejas?, sí, pero el público salió de la plaza diciendo a la puerta grande le falto algo, y yo me pregunto que?, será que los capitalinos queremos a un Pablo cada vez  mejor o que tanto rabo entregado en la presente temporada hace que los espectadores quieran ver magistrales tardes con cero errores y miles de aciertos. No sé pero ahí queda esto para su análisis.