Redacción: Javier Baquero – Jaba

Medellín – Colombia. Con la presencia de dos de los toreros más
importantes del momento, Fandiño y Mora, vivimos una corrida con mucho
cemento en los tendidos. Fandiño macizo pero con fallos en el acero
diluyo la puerta grande, Mora grandioso,  Solanilla con torería y García
justó. Los toros con trapío como para Madrid.
Abrió plaza el rejoneador bogotano Francisco Javier García que inició con su caballo Cusco, parando muy bien al novillo que lidió en el centro del ruedo. Hay que anotar que la corrida fue mixta y Francisco Javier esta en el escalafón de los novilleros rejoneadores. Su primer rejón quedo en la parte alta y un segundo se vio deslucido por cuanto perdió el bastón que sujeta el acero.

Para las banderillas utilizó a Juguar, un bonito caballo castaño, con el que dejó farpas todas dejando golpear la cabalgadura. Con un bonito tordo en fase blanco de nombre Manzanares, dejó una banderilla a la grupa. Un par de cortas facturadas de igual manera. Este caballo también fue atropellado. Con acero final dejó un pinchazo, uno caído y otro delantero, con los cuales no pudo finiquitar la vida del novillo toro. Salió a concluir el Alcalareño, sobresaliente de espadas que fue efectivo como siempre. Un aviso se alcanzó ha escuchar.

Ivan Fandiño, que debutaba en Medellín en su primero lanceo con mucha presteza, incluso al probar la embestida luego de la vara. Con la muleta saludo con un cambiado para seguir toreando de forma muy templada a un astado que en ocasiones perdía el ritmo de la lidia. En el centro construyó una faena interesante en la que aprovechaba las buenas condiciones de un toro que iba a más. Fijeza y codicia ponían emoción a lo realizado por Fandiño.

La mono izquierda, también el centro, de mucho valor por lo largos y bien conducidos por este debutante.  El Santabárbara duro poco después de entregar sus embestidas por el izquierdo, Fandiño lo sujeto para que no se fuera a las tablas y remató su actuación con manoletinas de vistosidad. La espada trasera y tendida fue la firma del debut, dando paso a una petición dispersa, a la que el palco respondió justamente al no dar ni un trofeo. Lo hecho con el capote y con la muleta se vio empañado con la espada.

En el quinto de la tarde, un toro precioso pero agarrado, Fandiño no se acoplo con la capa. Ya con la pañosa el español tuvo que sacar todo su conocimiento y el carnet de matador para descifrar el contenido del bonito y complicado toro. Le dio distancia luego de cada tanda encontrando mayor potabilidad en las embestidas. No fue fácil y la lidia se debe calificar de enjundiosa y varonil.  Arranco los oles y obligo al palco para hacer sonar la música. Ganaba la pelea y el público lo entendía que la cosa no era de florituras sino de hormonas. La espada tenia que ser efectiva y pincho en primera instancia al buscar el mejor sitio. Media tendida y fallos con el descabello se diluyo un triunfo macizo. Palmas al torero.

David Mora, con suavidad saludo al tercero del festejo y aprovechó el centro del ruedo para cultivar el tránsito del burel por este sitio de la plaza. Hubo desorden y el toro salto al callejón. Con la muleta en el centro un inicio por derecha muy templado y con la distancia justa. Encontró el sitio y los tiempos requeridos para una faena con un bravo, codicioso y fijo toro. La muleta fue puesta como imán para que el toro la siguiera, largos y templados los trazos. Para complementar la mano en la mano izquierda fueron aun más importantes. La mano muy baja fue el común denominador. Hubo armonía entre toro bueno y torero fino y entendido. Al final muletazos por alto mirando los tendidos. La espada se arqueo al buscar el sitio en primera instancia y luego como en mantequilla fue fulminante. Oreja justa, petición de una segunda y vuelta al ruedo al buen toro.

Con el sexto las cosas prometían mucho al salir un toro con mucha «plaza», trapio a más no poder. La capa tuvo buen saludo para el Santabárbara y con la muleta, queriendo ganar el mano a mano, no anunciado pero vivido entre los dos españoles salió a por todas.  En el tercio hacia el centro llevo con técnica al burel. Ya en el centro el planteamiento tuvo que ser tomar distancia y espacios para que se recuperara el toro luego de cada muletazo. Por izquierda también hubo búsqueda para sacar lo mejor del toro. Fueron tandas buenas pero no se acababa de acoplar con lo planteado por el ejemplar que se veía cada vez mas corto en sus embestidas.

Mora quiso pero no alcanzo el equilibrio entre lo planteado y lo ejecutado con voluntad. La espada a la mano y con un espadazo termino el compromiso. Palmas al torero.

Juan Solanilla, portador de tricolor nacional saludo con una larga atropellada en la que por poco resulta cogido. Luego lo lanceo con enjundia a un toro que fue aplaudido a la salida, bonito, bien armado y con mucho morrillo. La muleta en las manos de Solanilla busco los tableros para iniciar tomado de los tableros en dos ocasiones y luego por alto y al centro del ruedo. El toro se recuesta por el pitón derecho y el bogotano descifra las embestidas. Toro imponente por el trapío y por sus embestidas fue formulado con mucho valor y deseos. Con la mano izquierda la faena subió de nota. Con bernardinas finalizó el primer compromiso y una espada de buena ejecución y un poco caída firmó lo hecho.

Para el cierre Juan Solanilla se las vio con un toro bueno, lamentablemente escaso de fuerzas al punto que su labor se redujo a la de un enfermero que por todos los medios trató de mantener en pie a un toro que humillaba pero que por su condición perdía fácilmente las manos. Solanilla anduvo mejor con la muleta que con el capote y lo que quería que se convirtiera en triunfo quedo en tan solo silencio